Sería de una mentalidad muy naif creer q los reality shows no son guionados, dirigidos o editados. Nada es lo q parece, incluso en los documentales supuestamente serios
10 Programas de televisión que resultaron ser no tan reales como creíamos
Es posible que muchos recuerden la famosa película The Truman Show: Historia de una vida, aquella que muestra la vida de un personaje encerrado en un reality show. Aunque, en un principio, él no lo sabe, su vida es televisada las 24 horas del día. Pero el único que ignoraba lo que ocurría era Truman. El resto: su hogar, las calles de su barrio, su familia y hasta su propia esposa eran actores contratados que seguían un guion cuya principal aspiración era sostener la atención de la audiencia. Quizás esta historia haya venido a anticipar todo lo que llegó después: una catarata de reality shows donde sus participantes parecen vivir ajenos a la presencia de la cámara, que parece filmarlos el día entero mientras hacen distintas cosas: desde sobrevivir en una isla desierta hasta buscar a un amor virtual. Es cierto que, al día de hoy, todos sospechamos que esto nunca es verdaderamente así. Sin embargo, algunos datos que aún sale a la luz no pueden dejar de sorprendernos y de hacernos sentir algo engañados o demasiado ingenuos.
Genial.guru buscó entre los programas de telerrealidad más aclamados por la audiencia y encontró estas curiosidades que ahora comparte contigo.
1. El precio de la historia
La familia Harrison es dueña de una casa de empeños en Las Vegas, a donde llegan coleccionistas a ofrecer objetos valiosos, piezas extrañas o ejemplares únicos para vender o empeñar. Esto hace que, en muchas ocasiones, los Harrison deban llamar a un especialista para determinar la autenticidad del objeto para restaurarlo o para definir su precio.
El programa, también conocido como La casa de empeños, se transmite por History Channel y es muy popular. Los televidentes se sienten atraídos por las escenas en que Rick Harrison, su hijo Corey o el amigo de la familia, Chumlee, discuten el precio con un cliente, explican la historia del objeto ofrecido o le muestran, ante su mirada decepcionada, lo lejos que está de ser auténtico el objeto preciado y único que creían tener.
La tienda de empeños es real, sin embargo, muchas de las ventas están pautadas de antemano. Los clientes no son extraños que entran por primera vez a la tienda en el preciso momento en que los enfoca la cámara: antes, firman un acuerdo en el que ceden su imagen y su voz; de otro modo, el programa estaría violando la ley de privacidad vigente en Nevada.
Lamentablemente, esas escenas de regateo tan emocionantes no existen, el precio de cada objeto (si es que de verdad se vende) está fijado de antemano. Los protagonistas no trabajan día a día en la tienda, ellos solo aparecen para grabar los episodios donde se ofrecen los objetos que ya han sido seleccionados de antemano. Aunque la tienda sea muy parecida a la que se muestra en televisión, hay sectores que quedan “detrás de cámaras”, como un gigantesco espacio de souvenirs destinados a los fans y turistas que visitan la casa de empeños.
Al parecer, la falta de autenticidad, más que en las piezas ofrecidas, estaría en el propio programa de televisión.
2. Survivor
Un grupo de concursantes intenta sobrevivir en una isla desierta durante 39 días. El afortunado vencedor ganará un millón de dólares. Emitido por el canal CBS, en este popular programa de telerrealidad, los televidentes miran desde sus confortables hogares cómo un grupo de personas debe competir día a día para obtener como recompensa algo tan básico como un baño o una cena. Cada una de estas pruebas son verdaderos sacrificios en los que el concursante debe esforzarse al máximo.
Aunque, en comparación con otros reality shows, este parecería ser el más genuino, el evidente descenso de peso de los participantes lo evidencia, testimonios de ex participantes aportan pequeños detalles que muestran que no todo lo que vemos hacer a estos sacrificados es exactamente real. Si bien el hambre y el aislamiento son ciertos, habría algunos manejos de los productores para influir sobre los comportamientos e inclinar las historias hacia lugares que, creen, serán los más atractivos, desde la selección de los participantes hasta la sugerencia antes de la votación de posibles opciones que ellos quizás no habían tenido en cuenta y que terminan influyendo sobre su decisión final. Quizás esto se deba a que la producción ve a un jugador más “rentable” que otro, televisivamente hablando.
Aunque hay rumores de que el show está guionado, que los participantes tienen incluso dobles de riesgo y que hasta duermen en un hotel. Lo cierto es que lo único que pudo demostrarse es que, en esta versión real de Desaparecidos, los participantes no siempre encendían las fogatas frotando piedras o rogando que el sol se refleje en un lente, sino con encendedores o fósforos provistos por el equipo y que, en algunas ocasiones, algún camarógrafo indulgente les dio una golosina para endulzarles la noche.
3. ¿Quién da más?
Una pareja de subastadores californianos, Dan y Laura Doston, recorre depósitos de almacenamiento o galpones abandonados para rematar lo que allí se encuentre a compradores profesionales que aparentemente cuentan con cinco minutos para inspeccionar el lugar una vez que se abre. Luego, ofertarán entre ellos y el lote completo será entregado al mejor postor. El programa tuvo mucha popularidad entre la audiencia y en su segunda temporada se convirtió en el más visto de la cadena A&E hasta esa fecha.
Pero, al parecer, según lo denunció David Hester, uno de los productores del programa que luego renunció e insólitamente volvió a reincorporarse en una nueva temporada, los tesoros de estas cuevas de Aladino modernas estarían sembrados allí de antemano por los propios creadores del show. Ellos luego les indicaban a los participantes cuáles eran los depósitos más preciados y hasta les daban dinero para que las subastas fuesen competitivas.
4. Enchúlame la máquina
Conocido en Latinoamérica como Enchúlame la máquina y en España como MTV Tuning, este reality show estadounidense fue transmitido por MTV desde 2004 a 2007 y conducido por el rapero Xzibit, cuya fama se debió en gran parte a este show. Cada semana, el dueño de un auto destartalado recibía la visita “inesperada” de un equipo de mecánicos del taller West Coast Customs, donde reparaban el auto basándose en el gusto y la personalidad de los elegidos. La reparación a menudo incluía excentricidades y extravagancias de todo tipo: parlantes en el baúl, luces en los asientos y hasta una máquina de algodón de azúcar dentro del habitáculo.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. Más temprano que tarde, el artificio salió a la luz. Tres exparticipantes que fueron entrevistados en el periódico en línea The Huffington Post declararon que los autos solo se mejoraban por fuera, se le prestaba atención a la superficie, no se hacía nada por arreglar el motor y se ignoraban los desperfectos técnicos que, en ocasiones, estos mismos cambios de maquillaje generaban.
También se dijo que los accesorios eran eliminados inmediatamente después de que el episodio saliera al aire y que tampoco era cierto el tiempo que se decía duraba la reparación: lo que en el reality show llevaba dos semanas, en la realidad, suponía un trabajo de meses. Uno de los participantes, Seth Martino, contó cómo, lejos de arreglar la mecánica de su auto, estos artificios terminaron de arruinarlo: las luces led colocadas en su asiento calentaban tanto que no podía manejar si estaban encendidas y el supuesto cambio del caño de escape era en realidad solo el cambio de la salida del escape.
Al parecer, estos mecánicos eran solo maquilladores de autos y estaban muy lejos de conocer los daños que este cambio de apariencia podría generar en su funcionamiento. Toda una metáfora de que lo importante e imprescindible está en el interior.
5. MTV Cribs
En el programa MTV Cribs, las celebridades de Hollywood abrían las puertas de sus mansiones para mostrar a la audiencia los hogares plagados de lujos en que vivían. Así, el público obnubilado asistía al espectáculo del modo de vida excéntrico de las estrellas. El reality duró 13 temporadas.
Aunque, una vez más, las apariencias engañan. Al parecer, fue una puesta en escena más de estos megafamosos tan acostumbrados a actuar. Ya sea por sus propios testimonios o por demandas legales de los verdaderos dueños, se supo que MTV alquilaba mansiones lujosas y las hacía pasar por la casa de los cantantes, actores y actrices que participaban del show. El problema, además del engaño en sí, es que muchas veces, los verdaderos propietarios no se enteraban de que esto ocurría, o sí, pero después de ver el programa.
La cantante JoJo, que participó del programa cuando tenía apenas 13 años, admitió en una entrevista para The Huffington Post que, en ese momento, ni siquiera tenía casa propia y que, para el día de la grabación, le pidió prestada la casa a un tío adinerado. El rapero Ja Rule usó una mansión alquilada y el último día hizo una fiesta que dejó como saldo la casa destruida. El verdadero propietario, a quien MTV nunca le había pedido permiso para grabar allí, no tardó en demandarlos.
También, el famoso cantante Robbie Williams, que por aquella época no tenía suficiente dinero para comprar una casa en Beverly Hills, le pidió prestada la suya a su amiga actriz Jane Seymour. El músico, a quien al parecer poco le cuesta aparentar, contaba lo bien que se llevaba con los vecinos mientras algunos mayordomos, que luego se supo que eran actores contratados para la grabación, transitaban por el lugar. La mentira se sostuvo hasta que su amiga lo delató por accidente en una entrevista.
6. Hell’s Kitchen
En el reality show gastronómico creado por Fox y liderado por Gordon Ramsay, la producción plantea una competencia en la que entre 12 y 20 participantes compiten en principio divididos en dos grupos y después de manera individual. Los retos son varios y van desde la preparación de un menú para un próximo banquete hasta las pruebas de sabor. El ganador recibe como premio la posibilidad de trabajar como jefe de cocina en un lugar elegido por Ramsay y 250 000 USD.
El programa está basado en un formato británico que lleva su mismo nombre, pero que, sin embargo, guarda algunas diferencias: el show se graba, no se transmite en directo y no hay público que participe en la eliminación de los chefs.
Además de ser considerado un genio de la cocina, Gordon Ramsay es también famoso por su mal carácter. Ambas características han quedado demostradas en sus programas, donde además de ser capaz de manejar eficazmente un restaurante, se evidencia su inclinación a irritarse y gritarle a un participante si considera que no está haciendo las cosas bien.
Diversos testimonios de productores y camarógrafos del programa echan luz sobre el detrás de escena de este programa, que, si bien no se puede decir que esté armado o que sus escenas estén guionadas, al parecer, el clima de tensión que allí se vive colaboraría para lograr las escenas de dramatismo que llegan a los espectadores. Algunos datos en este sentido: los productores les quitan a los concursantes sus celulares para evitar que tengan cualquier tipo de contacto con familia y amigos, ellos pasan cinco semanas en Hell’s Kitchen aislados; no hay televisión, no hay teléfonos ni contacto alguno con el mundo exterior.
Los participantes trabajan largas horas (desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la madrugada) y después de todo ese trabajo, si quieren comer, tienen que cocinarse ellos mismos en la cocina de un dormitorio que comparten con tres o cuatro concursantes más. Aunque solo se elijan algunas escenas, este recorte, desde luego, apunta a captar la atención del público, las cámaras están encendidas las 24 horas del día y todo está grabado. El casting que se realiza para concursar en el programa no busca personas cuyas personalidades sean adecuadas para la televisión, que sean estrellas o aspiren a eso. No. El programa busca cocineros de línea apasionados por la cocina.
Está dicho: el secreto de esta receta está en agregar los ingredientes, prender el fuego y esperar que el plato se cocine a fuego lento.
7. Catfish: Mentiras en la red
El reality norteamericano transmitido por el canal MTV y presentado por Nev Shulman se basa en un documental, Catfish, del año 2010 que él también protagoniza. El programa trata sobre las relaciones que nacen en las redes y que se mantienen virtuales por lapsos a veces indefinidos.
En internet, este término, en español “pez gato”, se refiere a quienes publican en las redes perfiles falsos con información sobre su vida también falsa con el fin de enamorar a otras personas que se sentirían atraídas por esta fachada especialmente armada para la ocasión. En este programa, Nev y su compañero Max Joseph recibirían solicitudes de personas que están manteniendo desde hace meses una relación virtual y comienzan a sospechar que dentro de la pantalla habría “pez gato encerrado”.
La producción se encarga de todo el seguimiento: desde que los cineastas conocen a la “víctima” hasta que se encuentra con su pareja virtual (a quien encuentran investigando y verificando antecedentes), develando al fin su verdadera identidad. El programa apuntaría a profundizar en este tipo de relaciones, a mostrar qué es lo que pasa no solo con quien cae en las redes de estos armadores de perfiles, sino también con quienes los arman: algo los llevó hasta allí, inseguridades, complejos, una muy baja autoestima.
Lo que ocurre es que las mentiras y los montajes no serían solo propiedad del catfish. Un descuido en la producción dejó filtrar un dato que no tardó en correr con la misma velocidad de un virus cibernético. Al parecer, todo el circuito se haría exactamente al revés: es el “pez gato” quien se comunica casi siempre con la producción, luego, a partir de que este, se pone en contacto y rastrean a la víctima. Recién allí se encendería la cámara. ¿Cazador cazado?
8. Los cazahogares
La producción de Los cazahogares sigue a parejas o familias que se mudan de país y están buscando una nueva casa con la ayuda de un agente inmobiliario de la zona. En cada episodio, una nueva familia debe elegir entre tres propiedades, finalmente, una vez instalados en el feliz hogar, son visitados para narrar cómo se sienten y qué cambios le han hecho al lugar.
Pero resulta que este proceso de selección no sería tan real como se muestra. Según una declaración que HGTV brindó a Entertainment Weekly en 2012, un invitado anterior reveló que una de las casas que los participantes visitan, ya sería propiedad de ellos (ya había sido reservada) y las otras dos con que competían nunca habían sido una opción, sino que eran elegidas solo a fin de recrear una supuesta competencia de inmuebles. La propia producción admite que, para agilizar los tiempos, buscan familias cuyo proceso de venta ya esté avanzado y que después “recrean” exactamente las expresiones y emociones que vivieron cuando verdaderamente estaban en el momento de comprar la casa. ¿Es posible recrear una emoción?
Habría otros datos que también contribuyen a poner en duda la autenticidad del show: según Mental Floss, cada semana, de 100 a 200 personas solicitan estar en el programa, pero pocas lo logran. Para esto, tendrán que pasar por el filtro de un casting tan competitivo como selectivo. Quien logre hacerlo, cobrará por participar en el reality, serán USD 500 por una semana de filmación.
Por otra parte, algunas de las casas que los participantes simulan querer comprar no están siquiera a la venta, son solo casas de amigos. Así tal cual contó un participante en el año al blog Hooked On Houses. Queda preguntarse entonces si este reality no tiene mucho más de show que de realidad.
9. A prueba de todo
Bear Grylls, experto en supervivencia y exmilitar británico, protagoniza este programa (transmitido por Discovery Channel) donde se arroja desde un helicóptero en paracaídas y queda a merced de la ingrata naturaleza, donde vive en las condiciones más extremas y en absoluta incomodidad. Perdido en lugares olvidados del planeta y provisto solo de un cuchillo y una cantimplora, apela a los recursos más exóticos (e inverosímiles) para sobrevivir, como comer gusanos, peces vivos, carne cruda y alacranes.
Sin embargo, al parecer, si bien su capacidad de supervivencia es indiscutible: lo prueba su extenso currículum en la materia (en la marina y el ejército se lo conoce como “El verdadero MacGyver”), este veterano de las Fuerzas Especiales del Ejército Británico no está ni tan solo, ni tan incómodo, ni tan hambriento. Detrás de cámaras, cuenta con un amplio equipo de producción y, cuando las luces del show se apagan, muy lejos de la intemperie, se retira a hoteles de la zona, donde come y duerme plácidamente.
Incluso, al parecer, los caballos salvajes con los que este MacGyver moderno se topa en uno de los episodios del programa no tenían nada de salvajes, sino que habían sido traídos de una estación de trekking.
Cuando, en una entrevista que se le realizó en un hotel de Londres, donde él sonreía y respondía correctamente cada una de las preguntas que reporteros de los más diversos países le hacían, se lo cuestionó acerca del presunto carácter ficticio de su programa, él respondió: “Lo que hago es un show, un programa que le enseña a la gente técnicas básicas de supervivencia. Claro que está editado. Es televisión, ¿no?”.
10. The Bachelor
En este programa, un grupo de mujeres, cual cenicientas modernas, esperan pasivamente a que un hombre soltero y codiciado las elija. Para esto, este hombre tendrá citas grupales con las chicas y luego las irá descartando hasta quedar solo un grupo de afortunadas, con quien se citará a solas. En el medio, habrá encuentros entre las familias del soltero y las candidatas.
Lo cierto es que ya pocos dudan de que este programa está guionado, y es que hay varios elementos que lo prueban, y no verlos sería casi como decidir apagar las luces en una cita a ciegas.
Al montaje evidente, y en vistas de que las flamantes parejas formadas en el programa se separaban ni bien terminaba el show, se suma el testimonio de exparticipantes que aseguran que los productores editan material de archivo para crear historias ficticias y que estos además manipulan a los concursantes para conseguir que digan determinadas cosas frente a las cámaras. Una exconcursante contó que se usaron frases que dijo en una situación en otra completamente diferente.
Además, la selección se hace en función del rating (aunque esto siempre lo sospechamos, una ex participante lo dijo claramente en una red social: llaman particularmente la atención por algo, son personajes conflictivos, extravagantes, con vidas difíciles o modelos ya conocidas. Mucho de lo que se graba queda fuera; el material se elige y arma teniendo como pilar un argumento conflictivo que atraiga la atención de la audiencia.
Parece que en esta cuento de hadas, la carroza se transforma demasiado rápido en calabaza.
¿Conoces algún otro dato revelador sobre estas historias o algún reality show más que no sea lo que dice ser?