15 Casos en que no queda claro si la gente fue guiada por un descaro indignante o una ingenuidad sin precedentes

Historias
hace 2 años

Si alguien ha intentado engañarte alguna vez, ya sabes de qué trata este artículo. Imagínate la siguiente situación: regalas un viejo sofá a través de la red y unos desconocidos te piden que lo lleves hasta la casa de campo de su madre. Porque, bueno, ¿qué te cuesta?

Genial.guru volvió a poner los ojos en blanco por el descaro y la falta de tacto de la gente, pero considera que a veces solo hay que reír y olvidarlo.

  • Tenemos una pequeña empresa familiar. Buscaba un asistente personal. Una señora vino e inmediatamente anunció que necesitaba 3 meses de vacaciones en verano para llevar a su hijo al mar. Me despedí de ella y le dije que, de hecho, estaba buscando a alguien para poder llevar yo a mis hijos al mar en verano, al menos durante 2 semanas. © Tatiana Akdemir / Facebook
  • Una vez me crucé con un sujeto especial: llegó a una cita con un anillo de bodas en el dedo. Cuando se lo señalé, inmediatamente comenzó a quitárselo. Porque, quién sabía... quizá funcionaba la regla de los cinco segundos y lo “desveía”. © FreakSpider / Pikabu
  • Una vecina me pidió que la ayudara a deshacerse de una enorme bolsa de DVD. Escribí un anuncio en Facebook. Cinco personas respondieron de inmediato. Cuatro mensajes eran del tipo “¿Puedes traérmela hoy? Vivo cerca, ¿qué te cuesta? Tengo hijos y no tengo tiempo para ir”. La bolsa, por cierto, pesaba 20 kg, la mitad de mi propio peso. Y la quinta chica era normal. Vino con su hijo, se la llevó y dio las gracias. En pocas palabras, mientras leía esos mensajes de “tráeme”, recordé por qué no he regalado cosas en 3 años. Solo las he vendido, aunque fuera por 1 USD. En la foto está esa misma bolsa.
  • Tengo una conocida que una vez estaba buscando trabajo en una oficina de empleo. Les dijo que tenía un niño pequeño y que también le gustaba dormir hasta las 12:00. Luego se quejó de que le ofrecieron 3 vacantes y le dijeron que si no le servían, entonces que no volviera a contactarlos. © Olga Pandorea / Facebook
  • Trabajaba para un periódico y una vez organizamos un concurso para niños. La madre del pequeño que ocupó el segundo lugar nos volvió realmente locos. Él ganó una bicicleta y 3 certificados para clases en un club infantil, pero la señora hizo un escándalo diciendo que a su hijo no le dieron todos los premios. Después de todo, al tercer lugar le entregarían 5 certificados. Después de una hora de conversaciones con el editor y de explicar que al tercer lugar no se le daría una bicicleta, la peleadora admitió que teníamos razón. Pero al día siguiente empezó a escribir en las redes sociales que nosotros, los periodistas, habíamos robado los certificados. ¡Y armó todo eso por 5 USD! La jefa tuvo que comprarle estos 2 certificados con su propio dinero: la peleadora realmente podría haber estropeado nuestra reputación.
  • Estaba vendiendo unas botas de esquí. Escribí con mayúsculas: talla 47. Una señora las compró y al día siguiente llamó con reclamos de que su hijo de 10 años se había hundido en nuestras botas de Gulliver. Y en general estaban defectuosas. Cuando le recordé que las botas eran de esquí y no era muy cómodo llevarlas al colegio, la señora me dejó perpleja con la pregunta: “¿Entonces cuándo me darás los esquís?”. © Julia Troyanskaya / Facebook
  • Escuché esta historia de unos colegas. Una suegra creó una cuenta falsa en un sitio de citas, agregó una foto del esposo de su hija, que no le caía bien, e intentó armar un escándalo, pero no funcionó. © CuMnoTuK / Pikabu
  • Fui a un tour de yoga. La pensión donde nos quedamos fue elegida por la empresa organizadora. Por 20 USD al día, tenía una cama con un colchón viejo en el que era imposible dormir. Pero la gota que rebalsó el vaso fue la cortina del baño, que estaba cubierta de manchas negras de moho. Le dije a la dueña “Reemplázala”, queriendo decir que comprara una nueva, pero ella soltó una frase encantadora: “Ahora la lavaré”. Y yo pensé: ¿es así de desvergonzada o realmente no sabe que lavar algo que tiene moho no ayuda? Aquí está la foto de esa cortina.
  • Fui a una entrevista de trabajo. No solo teníamos que pasar 9 horas en el edificio sin la oportunidad de salir, sino que en lugar de una comida completa solo había una pausa para un café con panecillos. Al mismo tiempo, llamaron a 50 personas, y cada candidato tardaba al menos 45 minutos. Cuando los empleados de recursos humanos se dieron cuenta de que era físicamente imposible entrevistar a todos, anunciaron una “evaluación masiva”. Muy gracioso. Fui el primero en decir: “Lo siento, me voy”. Se sorprendieron mucho y me preguntaron por qué. ¿Cómo puede alguien planear una entrevista tan estúpidamente? © Sachin Sharma / Quora
  • Hace mucho tiempo, fui con mi novia a una tienda a comprar algunas cosas para la mesa de Navidad. El monto resultó considerable para esa época. Verificamos el cheque y había pavo y bacalao que no habíamos comprado. Mi novia corrió hacia la caja: “¿Qué es esto?”. La respuesta de la cajera nos mató: “Bueno, tú tienes un novio que te comprará cosas ricas para Navidad. Y yo no tengo uno, ¿quién me las comprará?”. © Vereshch / Pikabu
  • Tenía un sofá. Ya era viejo, pero me daba lástima tirarlo. Fui a una tienda de segunda mano y dije: “Les daré el sofá gratis, si lo vienen a buscar”. La vendedora saltó en su silla ante la palabra “gratis”. Al día siguiente me llamó: “Ahora unos chicos irán a tu casa a buscar el sofá. Dales unos 10 USD o 15 USD”. Le dije que prefería tirar el sofá a la basura antes que pagar por algo que estaba regalando. Y ella, suspirando con tristeza, dijo: “Está bien, entonces les pagaré yo misma”. Expresó todo el dolor del mundo en esa frase. © lulzen / Pikabu
  • Trabajaba en una escuela privada. Teníamos 2 tipos de clases: individuales con un solo alumno y grupales, cuando había 5 niños o más. Por las clases individuales se pagaba un valor doble. La dueña de la escuela tenía 5 hijos, y una vez decidió inscribirlos para clases individuales conmigo. Así que todos los días, de lunes a viernes, tenía una lección extra con uno de sus hijos. Encima lo habían programado de tal forma que después de las clases habituales tenía que esperar 2 horas, para que fuera más cómodo para la jefa traer a los pequeños.
    Conociendo su forma de ser, inmediatamente pregunté si me pagarían por todo eso. “Pues, claro. Es una carga extra para ti”, respondió ella. A fin de mes fui a cobrar mi salario y vi que no había suficiente dinero. Le pregunté qué había pasado, porque había ingresado todas las clases en el panel de administración y había una cantidad de dinero mucho mayor. La respuesta de la dueña: “Desconté una parte. Porque 5 niños ya no son una lección individual, sino una grupal, y es una sola familia, es decir, es como una lección a la semana”.
  • No parezco un deportista, pero me dedico seriamente al sistema de combate “Krav Maga”. Una vez que caminaba con una camiseta con los símbolos de tal disciplina, un vecino me detuvo: “Sabes, tienes una bonita camiseta, pero si eres un hombre de verdad, entonces es hora de que te pongas a hablar en serio”. Le pregunté: “¿Quieres decir que podría entrenar 12 horas a la semana con el mejor instructor?”. Asintió con gravedad. Le di las gracias por el consejo, pero por dentro me reía a carcajadas: “Amigo, eso es exactamente lo que estoy haciendo”. © Elke Weiss / Quora
  • Una vez, mi jefa salió de una entrevista de trabajo en un estado de leve conmoción. Le dio una prueba a un candidato al puesto de economista y lo dejó solo en la sala de negociaciones. Después de un tiempo, la jefa regresó y descubrió que el tipo buscaba activamente respuestas en Internet. Y cuando ella le pidió que guardara el teléfono, él se indignó: “¡Pero todavía no lo he buscado todo en Google!”. © Ala de gaviota / Genial.guru
  • Mi esposo tiene un amigo de la universidad que se graduó recién este año. Tiene 27 años. Pidió vivir con nosotros hasta que consiguiera un trabajo. Llevaba 2 meses, había ahorrado más de 900 USD. Le pregunté cuándo se mudaría. Él: “Bueno, estaba planeando quedarme un tiempo más y ahorrar un poco”.
    Bajo mi presión, encontró una habitación, pero igual no se mudaba. Porque nuestra casa estaba más cerca de su trabajo. Le di un ultimátum, por lo que se quejó con mi marido. Y mi esposo estaba cerrando un proyecto y no estuvo en casa durante 2 días. Como resultado, mi marido, que no había dormido durante 2 días, tuvo que transportar sus cosas. Y la guinda del pastel: ahora ese amigo le escribe a mi esposo que lo espera de visita, pero que no me lleve a mí, porque fui demasiado grosera. Se quejó de mí con todo el mundo, y ahora me consideran una histérica. © Martnik / Pikabu

¿Qué historias de descaro trascendental, que rozaba la estupidez, has enfrentado en tu vida?

Imagen de portada Vereshch / Pikabu

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