10 Razones no obvias por las que constantemente quieres dormir
¿Tienes sueño y no puedes dormir bien? El estado de somnolencia diurna se llama hipersomnia y puede tener muchas causas: desde una falta banal de descanso hasta enfermedades.
Genial.guru comparte las principales causas de la somnolencia constante y explica cómo evitarla.
1. Deficiencia de hierro
La falta de hierro en el cuerpo puede conducir a una disminución de la hemoglobina en la sangre y causar anemia por deficiencia de hierro. Según un estudio, el nivel de este elemento no solo afecta la calidad del sueño, sino que también puede causar otros trastornos, como el síndrome de las piernas inquietas. Si existe una sospecha de deficiencia de hierro, no comiences a tomar vitaminas de inmediato. Es mejor realizar un análisis de sangre, y si realmente hay deficiencia, entonces los médicos generalmente recomiendan comer manzanas, carne y tomar pastillas de hierro.
2. Síndrome de las piernas inquietas
Algunas personas simplemente no pueden mantenerse quietas cuando están sentadas o acostadas. Necesitan mover constantemente las piernas (a veces, las manos), especialmente por la tarde y por la noche. Esta condición se denomina síndrome de las piernas inquietas y afecta al 2-10% de las personas. Quedarse dormida, a una persona así, le resulta difícil. A veces, el síndrome de las piernas inquietas se acompaña de otras enfermedades (por ejemplo, diabetes, artritis o hipotiroidismo), por lo que debe consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso.
3. Deficiencia de vitamina D
Debido a la deficiencia de vitamina D en el cuerpo, se produce fatiga crónica, la concentración disminuye y se altera el sueño. En algunos casos, la falta de esta vitamina puede llevar a la apnea y afectar el metabolismo. La vitamina D se produce al sol y, por lo tanto, en el invierno, con días de menos luz, los médicos a menudo recomiendan tomarla en cápsulas. El farmacéutico te dirá la dosis, pero es mucho mejor consultar al médico personalmente.
4. Apnea durante el sueño
La apnea es un cese temporal de la respiración, que conduce a una falta de suministro de sangre y, en consecuencia, fatiga por las mañanas. Durante un ataque de apnea, las paredes de las vías aéreas se estrechan y se detiene el suministro de oxígeno a los pulmones. En riesgo están las personas con sobrepeso, que fuman o roncan.
Para reducir la probabilidad de apnea, se recomienda dormir de lado, no tomar alcohol por la noche, sedantes y pastillas para dormir (para que los músculos faríngeos se mantengan en buena forma), así como dejar de fumar y cuidar el peso.
5. Trastorno afectivo estacional
Esto suele ocurrir en el otoño o en el invierno cuando llueve y el día se acorta. Se diferencia de la depresión común en que pasa con un aumento de la luz del día y no siempre requiere medicación. Si con la llegada del otoño o el invierno comienzan los trastornos del sueño entonces vale la pena comer más frutas y verduras, así como salir durante el día cuando brilla el sol.
6. Presión arterial baja
La presión arterial baja (o hipotensión) ocurre cuando el corazón no funciona correctamente, hay mucha pérdida de sangre, esfuerzo excesivo o estrés prolongado. Además de la somnolencia, aumenta la irritabilidad, pueden producirse dolores de cabeza y mareos, e incluso desmayos. El mejor tratamiento para la hipotensión es la prevención. Un estilo de vida saludable, una nutrición y un régimen diario adecuados son todo.
7. Depresión
Podemos sufrir de depresión sin saberlo. Uno de los síntomas es la fatiga constante. No hay fuerza para hacer nada y queremos dormir todo el tiempo. Si sospechas de depresión, no debes hacerte un diagnóstico tú mismo, pero hay que acudir de inmediato al médico.
8. Desequilibrio hormonal
Los problemas con el sistema endocrino pueden causar cambios frecuentes de humor y somnolencia. Esto es especialmente cierto para las mujeres, porque su ciclo hormonal cambia durante el mes. La somnolencia puede ocurrir 5-6 días después de la menstruación y luego desaparecer. Otra enfermedad de la glándula tiroides, el hipotiroidismo, provoca una desaceleración del metabolismo del cuerpo, lo que conduce al aturdimiento y la somnolencia. Para hacer un diagnóstico correcto, debes acudir a un endocrinólogo y realizar una ecografía de la glándula tiroides.
9. Efectos secundarios de los medicamentos
En cualquier paquete de medicamentos está descrito el efecto deseado y también los efectos secundarios. Y si algunos de ellos no pueden ser pasados por alto, no podemos omitir la somnolencia, adjudicando su aparición a otras razones. Esto es especialmente cierto en el caso de los antidepresivos. Debes leer atentamente las instrucciones de todos los medicamentos y, si de repente hay fatiga crónica mientras los tomas, debes hablar con su médico, describir los síntomas y pedir que te receten otro medicamento.
10. Enfermedades infecciosas
Con las infecciones respiratorias agudas y las infecciones gástricas e intestinales, constantemente tienes ganas de dormir, y esto es normal. Un cuerpo debilitado requiere descanso: es importante que no te sobrecargues con tus tareas y te relajes. Los virus evolucionan más rápido de lo que tardan los científicos en encontrar maneras de combatirlos, por lo que por ahora la prevención de enfermedades infecciosas es difícil, y el tratamiento básicamente se reduce a tomar medicamentos antipiréticos.
Muy a menudo, la fatiga y la somnolencia no son causadas por una cosa, sino por muchos factores diferentes. Para evitar problemas con el sueño y la salud en general, debes someterte a un examen físico completo con regularidad, hacerte las pruebas a tiempo y evitar el autotratamiento.
Existen pruebas para determinar el nivel de somnolencia. La Escala de Somnolencia Epworth se usa a menudo para determinar la somnolencia diurna relacionada con otras enfermedades.
¿Qué piensas? ¿Tienes somnolencia? ¿Cómo haces frente a esta situación?