10 Comportamientos de nuestras mascotas que nos confunden y sus motivos

Animales
hace 3 años

Las mascotas son parte de nuestra familia, y como todo pariente, a veces podemos tener nuestros desacuerdos. Aunque sean la alegría del hogar, no dejan de ser animales que tienen sus particularidades y que pueden hacer travesuras o tener comportamientos que alteran la paz de la cotidianidad.

Pero todo tiene su porqué, y en Genial.guru te contamos las razones de algunas acciones de nuestros peluditos que pueden darnos más de un dolor de cabeza.

1. Traer animales cazados

Si tienes un gato, probablemente alguna vez te haya sorprendido con un regalo inesperado. Pero, aunque a nosotros nos pueda parecer desagradable tener un roedor o un pájaro muerto dentro de nuestra casa, para ellos es un símbolo de familia. Naturalmente, los gatos nacieron para cazar, y aunque con la domesticación sepan que no es necesario salir a buscar su propio alimento, instintivamente lo continúan haciendo.

Quienes más tienen este hábito son las hembras, ya que son ellas quienes les enseñan a sus crías a cazar para comer. Así que cuando te traen un animal moribundo, te quieren enseñar a cazar porque te consideran parte de su familia y quieren que aprendas a sobrevivir con esta práctica que muy lejos está de los humanos.

2. Saltar hacia la gente

No se sabe a ciencia cierta por qué los perros comienzan a saltar hacia las personas cuando las ven entrar por la puerta, solo sabemos que eso puede ser un riesgo para niños, ancianos o personas con movilidad reducida, ya que podrían perder el equilibrio y lastimarse. Pero los expertos suponen que los perros hacen eso para saludarte y llamar tu atención.

Cuando intentas apartarlos, ellos no se dan cuenta de que en realidad les estás pidiendo que se quiten, sino que están consiguiendo lo que buscan: llamar tu atención. Por eso, para controlar este hábito, lo que puedes hacer es enseñarle a sentarse cuando quiere algo y hacerlo en diferentes lugares de la casa. Por ejemplo, cuando quiera comida en la cocina, dale la orden de sentarse, y repite lo mismo delante de la puerta, así entenderá que cuando alguien entra a la casa, no tiene que saltar.

3. Peleas entre gatos

Si tener un gatito es agradable y tierno, tener dos o más es un subidón de ternura y amor. Pero a veces, los nuevos hermanitos pueden no llevarse bien, y en este caso las peleas entre ellos no se hacen esperar. Los motivos principales pueden ser conflictos territoriales, como el lugar y la comida, la competencia por el dominio de las hembras y los juegos que terminan en dolor.

Pero existen métodos para disminuir estos enfrentamientos, como ubicar sus comederos, bebederos y areneros en diferentes sitios y también separar sus lugares de descanso. Básicamente, respetar el espacio vital de cada uno.

4. Cuando los hámsteres muerden los barrotes de sus jaulas

Morder es un hábito natural de los roedores, y si tienes un hámster como mascota, posiblemente alguna vez lo hayas visto mordiendo los barrotes de su jaula. Y aunque eso puede ser perjudicial, ya que pueden intoxicarse con los componentes del metal o pueden romper sus piezas dentarias, lo hacen por varias razones.

  • Una de ellas es desgastarse los dientes: a diferencia de los humanos, los dientes de los hámsteres crecen constantemente y necesitan masticar cosas para evitar su máximo crecimiento. Cuando no encuentran dónde hacerlo, acuden a lo que tienen al alcance en su jaula, y si no encuentran nada, la misma jaula es una opción tentadora.
  • Otra causa es el aburrimiento. Estos animales también requieren una estimulación social, como otras mascotas, pero al estar en una jaula pueden aburrirse si no tienen juguetes y cosas que morder.
  • Por último, esta acción también puede ser causada por estrés y ansiedad, y lo hacen para liberarse de esos estados.

5. Hacer sus necesidades adentro de la casa

A veces, aunque los perros estén entrenados para hacer sus deposiciones afuera e incluso tengan paseos para eso, puede que te encuentres un regalito en medio de la casa. Los expertos explican que el hecho de que no puedan retenerse puede deberse a alguna afección médica, pero cuando esa opción está descartada, se trata de una cuestión de comportamiento.

Los motivos son varios, y entre ellos se destacan: una sobreestimulación en el lugar designado para que vaya al baño, lo que hace que se distraiga; también puede que hacer afuera le dé miedo y ansiedad, por lo que optará por hacerlo en un lugar más tranquilo, y ese lugar es el hogar. Otras razones podrían ser que haya cambios en su rutina y nuevos miembros o mascotas en la familia; estos factores podrían estresarlo, y el hábito de hacer sus necesidades a cierta hora y en determinado lugar se verán modificados.

También, al tener un olfato más desarrollado que el nuestro, el can puede oler el lugar donde hizo anteriormente y volver a hacerlo; por eso es muy importante limpiar ese lugar para que no se sienta atraído a usarlo otra vez.

6. Masticar lo que no debe

Tener un nuevo perrito es una ilusión muy grande, y nos llenamos de ternura con cada cosa que esa pequeña bolita de pelos hace. Pero además de amor, hay que llenarse de paciencia para enseñarle lo que no debe hacer, y una de las primeras cosas que hará será morder todo lo que tenga a su alcance. Un entrenador de perros explicó que, a través de sus dientes, los cachorros descubren el mundo, como los humanos lo hacemos con las manos.

Este comportamiento también puede deberse a que están aburridos y no tienen juguetes o se cansaron de ellos, o no reconocen cuáles son los suyos (razón por la cual debemos enseñárselos), o también porque tienen estrés y ansiedad cuando están solos, entonces morder algo les hace liberar endorfinas que repercuten en ellos de manera positiva.

7. Lloriqueos

El gimoteo es el llanto de los animales y lo utilizan al igual que los bebés: para reclamar atención. Según explica una veterinaria, los perros hacen esto cuando te están pidiendo algo, como comida, salir a caminar o un juguete. También es su manera de lograr que les prestes atención cuando estás ocupado en otra cosa, e incluso puede ser un indicio de dolor, disconformidad, estrés y aburrimiento.

Pero no todo es mala señal, sino que también lo hacen cuando están sobreexcitados, y lo acompañan con saltos y corridas. Básicamente, lloran de emoción como los humanos.

8. Tirar de la correa

Si sueles sacar a pasear a tu peludito, seguro te ha pasado que, en realidad, él termina paseándote a ti. Aunque intentes que se quede a tu lado, los adiestradores dicen que eso es casi imposible, porque, al salir a la calle, el perro está expuesto a muchos estímulos y es un ser social que quiere curiosear e interactuar con todo lo que lo rodea, y el quedarse a tu lado requiere de mucha concentración, que en ese momento no puede tener.

9. Volverse locos con el timbre

Que un perro ladre o se ponga nervioso cuando tocan el timbre o golpean la puerta es un comportamiento normal y no implica un problema de conducta, afirma una adiestradora. El ruido del timbre es un estímulo que biológicamente no provoca ninguna reacción en el perro, pero cuando este suena, significa que vino alguien, entonces el perro ladra para alertarnos.

En realidad, no es que le dé miedo o que tenga algún problema con eso, sino que es una conducta condicionada; es decir, con el sonido del timbre, el perro asocia que llegó alguien, y él solo quiere hacérnoslo saber.

10. Ignorar nuestras órdenes

Si el perro no nos obedece, no se debe a un problema de él o a su rebeldía, sino que es un fallo humano a la hora de educarlo. Los perros son animales de manada que necesitan un líder, pero podemos cometer varios errores cuando queremos adiestrarlos, lo que causará que no aprendan a seguir las órdenes.

Uno de esos errores es la humanización, ya que al tratarlo como un humano, el animal se confunde y actúa como tal, con libre albedrío. Otra opción es que haya interpretado su nombre como algo negativo si fue regañado con mucha frecuencia durante sus primeros años. Además, son animales imitadores, así que si estás enojado, tu perro percibirá tu malestar y no acudirá a tu llamado, porque preferirá evitar la confrontación.

Sin embargo, rendirse no es una opción y puedes trabajar para que tu perro comience a hacerte caso. Una recomendación es que le muestres que eres el líder a través de la imposición de reglas, pero no de una manera violenta, sino a través de ejercicios relacionados con el juego; de esta manera, aceptará las normas con más facilidad. También debes recordar que el vínculo afectivo es fundamental para que te respete: demuéstrale que él es muy importante para ti, y él hará lo mismo.

¿Cuáles son las cosas molestas que hacen tus mascotas? ¿Las has podido corregir? ¿Cómo?

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