19 Historias motivadoras que devuelven la fe por lo mejor, y lo más importante, en uno mismo

Sabemos que muchas veces el cine y la televisión exageran algunas cosas en nombre del drama. Sin embargo, hay algunos recursos absurdos que las películas han repetido tantas veces que a estas alturas nos causa más risa que cualquier otra emoción. A continuación, repasaremos algunos de los más utilizados y, a la vez, más alejados de la realidad.
¿Cuál película o serie consideras que es tu gusto culposo? ¿Qué creías que era verdad gracias a las películas hasta que te enteraste de que no lo era?
Una de las cosas que ocurren con más frecuencia en las películas de comedia es el típico sueño de besos románticos con la persona de la que el protagonista está enamorado, solamente para despertar y darse cuenta de que en realidad era su mascota lamiéndolo.
En la vida real, que eso ocurra sería prácticamente imposible. Si nuestro perro se sube a la cama y nos empieza a lamer, lo más probable es que nos despierte inmediatamente o nos asuste en la madrugada. Cualquiera que sea el caso, difícilmente lo confundiríamos con nuestra pareja.
El gran gesto romántico en el que el chico o chica se apura para alcanzar al amor de su vida en el aeropuerto, justo antes de abordar el avión y decirle que no se vaya, nos ha hecho suspirar muchas veces en las series y películas. En la realidad sabemos que no es nada sencillo pasar por los múltiples filtros del aeropuerto, y mucho menos comprar un boleto en el último momento.
Cualquier viaje, por pequeño que sea, requiere de un poco de anticipación, y al personal de las aerolíneas poco les importarían nuestros asuntos personales.
No importa si los personajes viven en las ciudades más grandes del mundo o incluso se van de vacaciones a otro país. Lo más probable es que se encuentren a su ex, su jefe o cualquier persona en general que los incomoda. En nuestra vida cotidiana, a no ser que sean compañeros de trabajo o vecinos, es bastante raro que en el restaurante o supermercado coincidamos con alguien conocido, y menos aún con las personas que queremos evitar o no vemos hace años.
Tal vez, de pequeños nos creíamos ese cliché, sin embargo, conforme fuimos creciendo y avanzando en la vida adulta, nos hemos dado cuenta de que ponernos de acuerdo con los amigos para vernos puede ser toda una odisea. Además de las múltiples responsabilidades, rara vez ocurre que todos vivan a menos de 5 minutos y además que se aparezcan en la puerta, sin siquiera llamar o avisar.
En la ficción suele ser muy romántico que justo en medio de una discusión importante, el protagonista calle a su enamorada con un beso y olviden todo lo malo. En la vida real, nos molestaría bastante estar discutiendo con nuestra pareja y que de la nada nos plante un beso sin querer escucharnos. Lejos de arreglar el conflicto, podría complicarlo aún más.
En las fiestas grandes de la vida real es imposible conocer a todos, así que generalmente cada grupo está en su propia conversación. En el cine ocurre exactamente lo mismo, sin embargo, a pesar de que la música está a todo volumen, cuando dos personajes están discutiendo parece que de la nada, la música para, y la atención de todos se centra en ellos, aunque, muchas veces, ni siquiera los conozcan.
En las películas de acción, los héroes abren las puertas de emergencia con las manos, hablan mientras están arriba e incluso saltan como si nada. A veces solamente entra un poco de aire que succiona algunos asientos y parte de la estructura, pero el resto del avión sigue intacto.
En la realidad, el sistema de funcionamiento de las salidas de seguridad es mucho más complejo. Están diseñadas para abrirse solamente durante el despegue y aterrizaje. Conforme va aumentando la altura y la presión, se cierran de una forma hermética para impedir que afecte el interior, y sería imposible que una persona lograra abrirlas.
En realidad, este punto se nos ha repetido en cualquier situación de emergencia. Si no pertenecemos al cuerpo de bomberos o equipo de personas capacitadas, es mejor quedarnos de lado y dejar que cumplan con su trabajo. En la ficción, vemos muchas veces a los protagonistas saltarse los protocolos e ir directo hacia el edificio en llamas sin ningún tipo de protección, entrando por las ventanas. En la vida real, este tipo de acciones podrían poner a más personas en peligro y dificultar todo el rescate.
Cuando vemos a alguien hacer eso en las películas, parece ser de lo más común. Sin embargo, si lo trasladamos a la vida real, sería un comportamiento bastante preocupante y de lo más extraño. Además, el taxista probablemente no aceptaría seguir un coche sin hacer preguntas ni pedir explicaciones de lo que está ocurriendo. Los conductores suelen preguntar hacia dónde nos dirigimos, por lo que no se lanzarían tan fácil a una persecución sin rumbo.
Aunque la amnesia es un recurso muy utilizado en películas, series y telenovelas, lo cierto es que el padecimiento real no es para nada como nos lo pintan. En la vida real, la amnesia no afecta la personalidad o la identidad, sino que entorpece la capacidad de la persona para retener información nueva o realizar tareas diarias sencillas como recordar nombres, lugares a los que se dirige o aprender cosas nuevas.
Tampoco es muy realista desempeñarse perfectamente bien durante todo el día y que la noche sea una especie de reseteo, como ocurre en varias cintas populares en las que el protagonista despierta sin recordar todo lo que hizo el día anterior. Las personas con el padecimiento en la vida real suelen sentirse confundidas y muchas veces aisladas, además de que, al tratarse de un problema neurológico, no se soluciona en un par de semanas, como nos indica la ficción.
Probablemente, este sea uno de los clichés más utilizados en las películas románticas. Las chicas nunca saben lo bonitas que son e incluso muchas veces tienen la autoestima baja hasta que llega alguien, les hace un cambio de look y mágicamente descubren su potencial.
En la vida real, todas tenemos algún día complicado en el que nuestra piel o cabello no luce de la forma que nos gustaría. Sin embargo, resulta muy poco creíble que una mujer hermosa se vea al espejo y vea todo lo contrario en su reflejo.