Llevo bastante mal que se olviden de la higiene al cocinar
11 Comportamientos de los anfitriones sobre los cuales los invitados guardarán silencio y después de irse se los contarán a todos sus conocidos
Hay un refrán que dice: “Mi casa, mis reglas”. Esto significa que cada familia tiene su propia forma de vivir que le resulta adecuada. Pero hay algunas cosas que pueden causar tanto desconcierto como disgusto entre los invitados. Por ejemplo, algunos anfitriones dejan que las mascotas laman sus platos delante de amigos y familiares, otros preparan té usando las bolsas varias veces y algunos escupen en una sartén para ver si está caliente.
En Genial.guru leímos los comentarios de nuestros lectores en varios artículos para averiguar qué errores imperdonables cometen los anfitriones al recibir a sus invitados.
1. Se olvidan de la higiene al cocinar
La mayoría de la gente es muy higiénica a la hora de cocinar. Se lavan bien las manos antes de hacerlo y mantienen los objetos extraños, como pelos e hilos, fuera de los alimentos. Pero algunos ignoran literalmente todas estas reglas o ni siquiera piensan en el hecho de que no hacerlo es completamente antihigiénico.
- Mi madre, cuando hace chuletas, escupe en la sartén para ver si está lo suficientemente caliente. ¡Es asqueroso! Y tampoco le da vergüenza hacerlo delante de los invitados. © Ponti Derevenskie / Genial.guru
- Una compañera de trabajo contó: llegó a la casa de una amiga para una fiesta y allí vio cómo preparaban la ensalada en una cubeta que se usaba para lavar los pisos. Se sorprendió, pero su amiga le aseguró que el recipiente estaba bien lavado... Está claro que ni siquiera probó el platillo. © Galina Matviychuk / Facebook
2. No avisan si algo en la casa no funciona como debería
Todo se rompe tarde o temprano, ya sea un interruptor, un grifo o un picaporte. Y como suele ocurrir, no siempre es posible encontrar el tiempo o los medios económicos para arreglar los desperfectos. O a veces no tienes ganas de repararlos. Y entonces, he aquí que ya has aprendido a vivir con lo roto. Pero será mejor que les digas a tus invitados que algo no funciona.
- Es interesante cuando los anfitriones tienen algunos trucos que les son familiares, pero que desconciertan a los invitados. Por ejemplo, el botón del tanque en el inodoro tiene que ser presionado de una manera especial. De lo contrario, el sistema no funciona o el agua fluye sin control y en una corriente continua.
La peor parte es que ni siquiera te avisan de ello. Y tú estás parado en el baño pensando: ¿qué puedo hacer? Entiendes que no vas a hacer de plomero, llamas al dueño y se apresura a arreglarlo, mientras te lanza una fugaz pero muy elocuente mirada... © Ekaterina / Genial.guru
3. No encierran a los perros en una ambiente separado
No todos los perros están entrenados para comportarse de forma adecuada en la casa, especialmente cuando llegan extraños. Es por ello por lo que tienden a poner su cabeza en la mano del invitado, esperando ser acariciados. O pueden saltar repentinamente sobre su regazo. Y no sería tan malo si fuera un perro de raza pequeña y no uno grande.
- Cuando el rottweiler de alguien se acerca corriendo a mí y empieza a restregar su cara babeante en mis manos o en mi ropa, no me despierta ninguna emoción, salvo asco. Pero si entrenas a tus perros para que hagan absolutamente todo solo con tu permiso, entonces, por supuesto, no hará falta encerrarlos. © John Silver / Genial.guru
- La perra de mi amigo, por ejemplo: en cuanto entras empieza a babearte la ropa, saltando con todo su peso. Y sí, apesta hasta el cielo, es un perro enorme, no uno chiquito. Es molesto. © Diana Van de Kamp / Facebook
4. No ponen la mesa a la hora prevista
Seguro que todo el mundo ha tenido esa experiencia, cuando llegas a la hora acordada y solo hay platos, cucharas y tenedores en la mesa. Los anfitriones siguen cocinando y cortando la comida. Los invitados tienen que esperar una o dos horas más para que todo esté listo.
- No me gusta cuando me invitan a una hora determinada, pero resulta que la mesa ni siquiera está puesta. Tienes que esperar otra hora... También creo que no es decente. © Ludmila Sviridova Gatman / Facebook
5. No limpian el polvo y las manchas en lugares visibles
Todos sabemos lo rápido que se acumula el polvo en las superficies horizontales. Y es especialmente visible en los electrodomésticos y muebles negros. Lo mismo ocurre con las manchas de grasa y las marcas de las manos. Pocos son los que sacan brillo a su casa a diario o tienen tiempo y energía para hacerlo. Sin embargo, algunos invitados podrían notar el polvo en tu casa, y entonces probablemente hablarán de ello.
- Recuerdo una historia de hace 30 años sobre una colega mía. En aquella época, todavía era costumbre recibir invitados en la casa en cualquier ocasión. La anfitriona se esforzó, cocinó mucho y todo estaba delicioso, puso la mesa muy bien (en ese tiempo era habitual presumir de las delicias culinarias, a pesar de los problemas económicos y de alimentación). Llegaron las colegas, comieron, elogiaron y se fueron. Naturalmente, después hablamos de ello.
Lo más picante fue un comentario remilgado: “Invitó a la gente, podría haber limpiado la puerta”. Aunque yo personalmente no había notado nada. Obviamente nunca invité a estas colegas a mi casa. Quién sabe lo que encontrarían bajo mi sofá. © Lyudmila Afanasyeva / Facebook
6. Hacen las tareas del hogar
Cuando una persona viene a visitar a alguien, espera pasar un rato con el anfitrión, charlando amablemente y comiendo las delicias preparadas o traídas. Pero lo que no espera es que el dueño del hogar vaya a realizar otras tareas, como pasar la aspiradora, fregar los platos o limpiar el piso.
- Una vez, una conocida me invitó a su casa. Llegué a la hora acordada y estaba dormida. Cuando se despertó, me llevó a su cocina y empezó a lavar los platos. Montones y montones de platos. Me quedé sentada ahí durante unos 40 minutos. Me dio un poco de té verde. Al despedirse de mí, me dijo: “La próxima vez que vengas a visitarme, te invitaré un café y limpiaré la ventana”. © Eva Lachinyan / Facebook
7. Hacen cosas que a los demás pueden desagradarles
La mayoría de la gente tiene una idea de las cosas que puede hacer en público y de las que solo puede hacer cuando no hay gente alrededor y nadie está mirando. Por ejemplo, hurgarse la nariz o soltar flatulencias. Al fin y al cabo, es algo antiestético. Pero algunos no lo saben, así que los invitados abren los ojos con asombro y apenas pueden contener las arcadas.
- Estábamos visitando a unos parientes. Un niño pequeño estaba allí. La madre empezó a darle de comer en la mesa. Y antes de darle la comida al niño, llevaba la cuchara a su boca y luego se la daba al pequeño. Casi vomito. © Irina Gladkova / Facebook
- Una vez me sorprendió ver cómo se enjuagaba una escoba en el inodoro y luego se barría. © Anna Manakova / Facebook
- Tuve una situación desagradable en mi vida. Una conocida me invitó a visitarla. Tenía un hijo de 2 años. Me invitó a tomar el té, nos sentamos a la mesa, bebimos y comimos pastel. El niño se acercó y dijo que quería ir al baño. Ella sacó una bacinica, la puso en la mesa frente a mí, él se quitó los pantalones y empezó a orinar. Pensé que iba a vomitar. Me fui y no volví a hablar con ella. © Elena Sergeevna / Facebook
8. Expresan descontento con los regalos
Cuando la gente va a visitar a alguien, suele comprar algún regalo, como un recuerdo o un pastel. Pero es frustrante cuando pones el corazón y el alma en ello y los anfitriones comienzan a expresar insatisfacción con el regalo delante de todos.
- Una vez me invitaron a una casa. Me gusta mucho compartir, así que esa vez dije que haría un pastel y lo llevaría. A la anfitriona le gustó la idea. Hice un pastel simple. Cuando fui de visita y se lo di a la dueña de la casa, refunfuñó decepcionada: “Oh, pensé que sería algo más elaborado...”. Fue como un insulto. Han pasado 20 años, pero todavía me acuerdo. © Anna Chizhevskaya / Facebook
9. No ponen la mesa
Cuando se invita a alguien a cenar o a una fiesta de cumpleaños, por ejemplo, se supone que el anfitrión servirá al menos algo de comida. Al fin y al cabo, los invitados suelen llegar con una ligera sensación de hambre. Pero hay quien piensa que es suficiente con agasajar a los visitantes con un trozo de embutido o unas galletas.
- Un día, mis padres fueron invitados a almorzar por unos amigos. No eran, por decirlo suavemente, pobres: el esposo es banquero. Y fueron invitados a comer a nuestra casa más de una vez. En fin, mamá y papá se fueron, pero un par de horas después llamaron a casa y preguntaron: “¿Quedan papas y chuletas en el refrigerador?”. Tras responder afirmativamente, nos dijeron que las calentáramos, ya que estaban de camino a casa.
Al llegar, dijeron que el almuerzo del banquero consistió en ensalada comprada en una casa de comidas cercana y embutido en rodajas. © Olga Doka / Facebook - Tengo una pariente. Cuando me invita a una fiesta, siempre sirve una comida muy escasa en platos diminutos. Y luego, después de 10-15 minutos, se echa hacia atrás en su silla, suspira y dice: “Dios, estoy tan llena, he tenido suficiente para una semana”. Después de estas palabras los invitados no se sienten cómodos comiendo. Aunque nadie haya comido nada todavía. Y esto se repite en cada oportunidad. © Natalia Onisko / Facebook
10. Sirven comida y bebida en vajilla sucia
No creo que nadie disfrute comiendo de un plato mal lavado con restos de comida pegada o bebiendo de una taza que no ha sido lavada durante una semana. Pero resulta que hay algunas personas a las que no les preocupa la vajilla sin lavar e incluso les parece muy normal dársela a los invitados.
- Una vez, cuando estuve de visita en una casa, me sirvieron agua en un vaso que no había sido lavado después de beber leche. A mi comentario al respecto, me respondieron que no era basura, sino agua después de la leche. © Natalya Sedlyar / Facebook
11. Preparan el té usando las mismas bolsas varias veces
Los días de austeridad parecen ser cosa del pasado, pero algunas personas siguen utilizando las mismas bolsas de té repetidamente por costumbre. Muchos lo hacen porque simplemente no les gusta el té fuerte. Pero también hay anfitriones que no creen que sea malo usarlas más de una vez.
- Mis suegros lo hacen siempre con el té negro. Con el pretexto de que es fuerte, usan las mismas bolsas varias veces. A mí esto me molesta mucho. Si lo hicieran para ellos mismos no sería un problema, pero también ofrecen tranquilamente estas bolsas a los invitados. © Oksana Rogovaya / Facebook
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