10 Hábitos que las mujeres de antes solían tener entre ellas y que ahora solo son cosa del pasado

¿Alguna vez te has preguntado por qué es normal que los humanos cometan los mismos errores una y otra vez? Y estas acciones imprudentes caracterizan casi a todos: incluso las personas más educadas a veces vuelven a morder el anzuelo. Y el secreto de esto es realmente muy simple: hay ciertas verdades que nadie quiere admitir, prefiriendo repetir fracasos personales.
Muchos “sanadores de almas” usan esta frase que ya se ha convertido en un eslogan: “Hay que saber perdonar. Solo de esta manera puedes arrancar un nuevo día con pensamientos y espíritu libres”. Pero nadie aclara que el perdón puede ser de 2 formas distintas.
Con un título tan pretencioso, indicamos la idea de que nadie o nada vendrá y te salvará de tu propia vida.
El mejor ejemplo de esto es la película “The Zero Theorem”, de Terry Gilliam, excéntrico de Hollywood. El protagonista de la cinta está sentado todo el día junto al teléfono, literalmente, y espera la llamada de Dios para que este le revele su destino y el sentido de su vida. Y, al final, de repente se da cuenta de que este no se va a comunicar con él.
Los espectadores de esta película necesitan 2 horas de tiempo de pantalla para comprender este pensamiento. A la mayoría no le alcanza la vida. Probablemente, así es como nos criaron los cuentos de hadas infantiles, estamos esperando que algún tipo de milagro nos convierta en lo que supuestamente estamos destinados a ser. Pero necesitas darte cuenta y recordar esto constantemente: Dios no te llamará.
Paradójicamente, las personas exitosas tienen éxito porque han tropezado muchas veces, han sido rechazadas, se decepcionaban y sufrieron depresión, pero no se rindieron. Puedes leerlo en cualquier biografía.
Por ejemplo, Stephen King tenía un clavo especial sobre su escritorio en donde clavaba los documentos rechazados de los editores. Tenía decenas de estos.
De acuerdo con las estadísticas, metafóricamente hablando, el 95 % de las personas con los mismos datos de King, cuando reciben las mismas cartas con negativas, ponen una cara triste y dicen: “Bueno, está bien, eso significa que no es lo mío”. El 5 % restante son Stephen King en sus campos, quienes continuarán siendo rechazados y lucharán. Así es el proceso de selección para una vida exitosa.
Desde tiempos inmemoriales, las generaciones mayores no paran de decir que el dinero no es lo más importante en este mundo: no te dará felicidad, amor o salud.
Veamos ahora la situación y reconozcámoslo cínicamente: después de todo, con el dinero, es mucho más probable que seas feliz, amado y sano. Tendrás más oportunidades de ver el mundo, realizarte, impresionar a los que te rodean, encontrar un alma gemela o ayudar a los niños hambrientos de África. Y si juntas monedas en tus bolsillos para comprar una hamburguesa, será un poco más difícil llevar a cabo todo eso.
Nuestro cerebro es una cosa brillante. Con una frase tan banal, comenzaremos un razonamiento no simple. El hecho es que este justifica constantemente nuestra incapacidad para actuar (en otras palabras, pereza y miedo), y lo hace, debemos admitirlo, de forma excelente.
Justificamos el miedo a cambiar de trabajo por la inclinación a la estabilidad; temor de buscar ayuda de profesionales por el orgullo; la imposibilidad de la realización con el pensamiento de que no tenemos suficiente talento; y no querer levantarse temprano para la primera clase en el instituto por el cuidado de nuestro cuerpo.
En general, estamos encontrando constantemente buenas razones para no hacer algo. Si le prestas atención a esta propiedad de nuestro cerebro y comienzas a luchar con ella, existe un “riesgo” de que te conviertas en una persona exitosa.
Después de la famosa película “¡Sí, señor!”, con Jim Carrey, se puso especialmente de moda estar abierto a este mundo, responder positivamente a todo lo nuevo, sentir la libertad y asociar la negación con lo negativo y la destrucción.
De hecho, la palabra “no” no está asociada a lo negativo. Más bien, se trata de la voluntad y la selección racional de personas, ocupaciones y eventos para tu vida. De hecho, uno debería saber decir que sí, pero al mismo tiempo, no debe subestimar el poder de la palabra “no”.
Seguramente, cada uno de nosotros tiene conocidos tan heroicos que, después o incluso durante los problemas de su vida, siguen viviendo y trabajando como si nada hubiera pasado. Por ejemplo, una hija frágil que da todos sus recursos a padres gravemente enfermos; un novio feliz que de repente quedó viudo; o una abuela infeliz que se ve obligada a cuidar de una familia numerosa e ingrata. Todos, incluso la gente más feliz a primera vista, tienen sus propios problemas, pero casi nadie lo demuestra.
Entonces, en momentos de desesperación, es útil recordar que no eres el único que sufre de toda la injusticia de este mundo.
Estarás de acuerdo en que, en el trabajo, a solas con tu pareja y entre mejores amigos, eres 3 personas completamente diferentes. En cada sociedad, nos ponemos literalmente las máscaras de aquellos que serían más apropiados para las circunstancias y el entorno.
Por lo tanto, no hay que sorprenderse cuando resulta, por ejemplo, que tu colega está lejos de ser quien dice ser. Él no es un hipócrita, simplemente cambió la máscara, y tú lo viste casualmente.
Los amigos son el recurso más valioso para una persona. Pero aunque en la escuela el número de estos puede exceder una docena de personas, es probable que después de los 30 puedas contarlos con los dedos de una mano. Por supuesto, en esta situación, nadie va a echar por la borda a los amigos, incluso si están lejos de ser perfectos. Bueno, ¿quién realmente ha alcanzado la perfección?
De hecho, existen 2 tipos de amigos imperfectos:
Los adolescentes no se equivocan cuando piensan que nadie los entiende. Nadie entiende completamente a nadie, porque cada persona en este planeta mira el mundo desde su propia perspectiva. Pocos toman en cuenta esta simple idea antes de comenzar a enloquecer, crear problemas y culpar a sus seres queridos por no entender las cosas obvias.
Todos nos usamos en cierto sentido.
El empleador usa tus recursos, el amante — tus emociones y tu cuerpo, tus amigos usan tus vínculos, tu capacidad para animarlos, la posibilidad para pedir dinero prestado... Lo que sea. Incluso tu mejor amigo es cercano a ti porque necesita comunicación, apoyo, compañía, y seguridad en que le ayudarán en los momentos difíciles.
La gente no te necesita solo porque eres lindo y bueno. Solo tu madre te querría cerca por esas razones.
¿Qué otros pensamientos añadirías a esta lista? Vamos a ampliar la imagen de la realidad cruel que nos rodea.