12 Historias insuperables de humor infantil
Los niños tienen su propia visión y comprensión del mundo, y aún no están limitados por patrónes y marcos. Por lo tanto, sus declaraciones, soluciones de problemas y consejos son siempre sorprendentes y causan un montón de emociones positivas.
Genial.guru recopiló historias con la participación de niños que brillan por su ingenio y un gran sentido del humor.
Estabamos paseando con mi hija. Ella dijo:
- María tiene 3 años y yo tengo 4, ¡ja, ja, ja!
Yo respondí:
- Yo tengo 30 años, ¡ja, ja, ja!
A lo que mi hijita me respondió:
- ¡30 años, mami, ya son “oh-oh-oh” y no “ja, ja, ja”!
Trabajo en una escuela como profesor de matemática. Una vez, estábamos caminando con mi hija en la calle, y durante ese paseo varias veces se me acercó un alumno haciendo preguntas como: "¿Son 365 días en el año?" "¿Son 60 minutos en una hora?", sin embargo, no decía para que necesitaba saberlo.
Después de un rato, vi a su alrededor a un grupo de chicos que estaban conversando sobre algo. Resultó que el niño calculaba la edad de cada uno de ellos en días, horas, minutos e incluso en segundos. Todos se sintieron orgullosos. Uno tenía 71.175 horas, otro tenía más de cuatro millones de minutos. En general, todos estaban ansiosos por saber. Pero el punto culminante fue cuando se le acercó un chico para que calcule su edad y el protagonista de esta historia le respondió de la siguente manera: "No me prestaste una bici ayer, por lo tanto tienes 9 años a secas". ¡Bien hecho! Ese pequeo tiene un gran futuro por delante.
Mi hija volvió a casa sin su trineo diciendo que un abuelo y su nieta se lo pidieron. Ella les dio nuestra dirección y ellos prometieron devolverlo.
Con mi esposo, por supuesto, estabamos contentos de haber criado a una niña amable y generosa, pero le echamos un pequeño sermón porque ella se había confiado demasiado.
Dos horas después nos golpearon la puerta. Nos devolvieron el trineo y nos trajeron unos dulces. Mi hija metió la mano en su bolsillo y dijo:
- Les devuelvo su teléfono.
Había una publicidad de champú en la televisión:
- Tu champú resuelve solo un problema, y el nuesto resuelve ¡hasta cinco!
Mi hija (9 años) responde a la tele:
- Bueno, entonces, tienes más problemas que nosotros.
Sergio, un chico de 8 años, quería tener un hermano y estaba esperando su llegada. Sus padres le habían prometido que pronto el bebé iba a vivir con ellos, y finalmente, llegó ese día, los padres trajeron al apartamento un paquete que chillaba débilmente.
- Te presentamos a tu nuevo hermano. Ahora vivirá con nosotros.
Sergio miró con desconfianza durante un largo rato la carita arrugada del bebé. Con cada minuto se ponía más desilusionado.
- ¿Por qué no dijeron que iba a ser menor? ¡Pensé que iba a tener un hermano mayor! No necesito uno pequeño, ¡quiero uno grande!
Mi hijo me envió 3 mensajes, uno detrás del otro.
1: "Mami, eres la mejor mamá del mundo".
2: "Mamá, te amo".
3: "Saqué una mala nota en el examen".
Cuando mi hermano tenía 5 años, fue expulsado de dos jardines de infantes porque estaba lleno de amor. Besó a todas las chicas del grupo, y ellas se negaban a ir a la escuela ¡porque ahí estaba Diego! Y todo el día él corría detrás de las niñas y las besaba. Ni charlar con él, ni retarlo daba resultados.
Pero en el otro jardín, una de las maestras le dio un libro ilustrado para chicos mayores sobre de dónde vienen los bebés. Estuvo sentado todo el día con ese libro y por la tarde la maestra se lo retiró. Al día siguiente, Diego entró a la escuela y ... ¡no tocó a nadie! Él dejó de correr detrás de las chicas. Todo terminó tan repentinamente como había comenzado.
Cuando mi hermano creció, recordé esta situación y le pregunté por qué besó a todos. Tartamudeando, él respondió que solo le gustaba besar. ¿Y por qué paró? Tenía miedo de que todas fueran a quedar embarazadas.
Mi sobrina estaba mirando la presentación de un cantante de ópera y dijo: "Cuando en el jardín de infantes gritamos tanto, nos retan".
Llegué a casa después del trabajo, me quité los zapatos y la chaqueta. Vi que mi sobrina (de 5 años) estaba de visita en el hogar y al verme, se acercó y felizmente me dijo:
- ¡Tío, mira lo que me compró mi abuela!
Me mostró un muñeco (hombre).
Le pregunté:
- ¿Quién es?
- Tío, ¿no lo ves? ¡Es el muñeco Ken! Se parece a ti. Es hermoso, alto, morocho... Solo que él no tiene una barriga como tú.
- Papá, ¿quién es un verdadero hombre?
- ¡Bueno, es una persona fuerte que ama, protege y se preocupa por su familia!
- ¡Eso es genial! ¡Quiero ser un verdadero hombre, como mamá!
Fuimos a dar un paseo con mis hijos. Alex, uno de ellos, agarró dos bebés y dijo:
- ¡Voy con ellos!
Isa, la otra, le respondió:
- Oh, eres como una niña con muñecas.
Él le contestó con orgullo:
- ¡Soy su padre!
Íbamos en auto yo y mi hijo mayor de 6 años. De repente, escuché su voz desde el asiento de atrás :
- Papá, ¿es este el camino a Rosario?"
- Correcto. Es la carretera número 9 que va de Córdoba a Rosario.
- No digas tanto. Solo di que sí.