13 Personas por las que los superhéroes están a punto de perder su trabajo

Historias
hace 2 meses

Lo mejor de nuestras vidas son las personas. En serio. Un taxista que no te cobra, un conductor de autobús que espera a que corras a la parada o una desconocida que te avisa de que te quieren robar... Así que los superhéroes no solo existen en las películas de Marvel. Están entre nosotros. Y quizá tú seas uno de ellos.

  • Fui a una de mis primeras entrevistas de trabajo vestido de chaqueta y corbata, lo que probablemente me quedaba raro a mí, un empollón de pelo largo. Me topé con una mujer en el vestíbulo del edificio. Me miró y dijo: “¡Estás estupendo!” Sorprendido, le contesté: “¡Gracias! Voy a una entrevista”. Ella asintió y dijo: “Seguro que consigues el trabajo”. No volví a verla. Y yo mismo subí, me entrevistaron y conseguí el trabajo. © ratbastid / Reddit
  • Por la noche viajaba en metro. Cerca de la escalera mecánica me fijé en una señora triste, que tiró una curita que se le había desprendido del talón a la papelera y avanzó lentamente por el trayecto. La espera del tren se hizo larga y nos encontramos en el mismo vagón que la señora triste.
    Saqué una curita del bolso y se la di a la enferma. Probablemente no serviría de nada. Pero al menos sonrió. © Aichka / Pikabu
  • Desde hace un par de días, no para de pasar una excavadora. Y cada vez que pasa, mete en el cubo el asfalto viejo que hay al borde de la carretera en el pueblo y rellena los grandes baches que tenemos. Los íbamos rellenado nosotros mismo donde hemos podido, pero solo caben un par de cubos en el maletero, y él ya ha rellenado un montón de baches grandes en un par de días. © Zampo / Pikabu
  • He tenido un incidente y tenía que llevar a mi hija al hospital. Mientras esperaba un taxi, la niña empezó a llorar fuerte. La saqué fuera llorando y nos acomodamos en el coche. El taxista condujo con mucho cuidado, mi hija se quedó dormida por el camino, aunque normalmente se marea. Y cuando ya estábamos bajando del coche, el taxista me mira seriamente y me pregunta: “¿Este es tu último dinero? No lo aceptaré si es así”. Y yo al principio no me di cuenta de lo que pasaba, pensé que el pago no se podía cargar en mi tarjeta. Incluso fui a buscar dinero en efectivo, pero luego me di cuenta. Sintió pena por mí. Estaba desaliñada, sin alianza, sin aretes, con ropa casera. Fue una repentina amabilidad de un extraño. © MrsMiddle / Pikabu
  • Iba con mi hija (3 años) para hacer recados y fui testigo de una cadena de amabilidad. Primero, un hombre llevó a un joven en silla de ruedas hasta el paso de peatones e inmediatamente fue en dirección contraria: ayudó al joven a pasar más rápido por un tramo de difícil acceso. La siguiente imagen: el chico en silla de ruedas cruza un paso de peatones, y otro chico se le acerca y le ayuda a superar otro tramo de difícil acceso. En el mundo no falta gente amable. © opanana / Pikabu
  • Iba corriendo hacia el autobús y se me cayó el móvil por el camino, solo me di cuenta dentro del vehículo. Me bajé en la siguiente parada, pero cuando llegué no encontré el teléfono. En casa llamé a mi número desde el teléfono de mi cónyuge. Una mujer contestó y prometió devolvérmelo. Pero no se limitó a devolverlo, sino que fue a ver a mi cónyuge al trabajo y le devolvió el teléfono. © romzes.fire / Pikabu
  • Cuando terminaba el colegio, llamaron a mi madre al despacho del director. Estaba aterrada, preguntándose qué había hecho. Le dio 40 dólares para mi vestido de graduación y dijo: "¡Lo siento, no puedo dar más!". Y más tarde supe que el director ayudó a todas las chicas de familias con pocos recursos. © Overheard / Ideer
  • ¡Hoy me esperó el conductor del autobús a mí solo! Lo vi llegar y empecé a correr, pero evalué mis fuerzas y me di cuenta de que no llegaría a tiempo. Cambié al paso y pensé que ese era mi destino. Miré, las puertas seguían abiertas, ¡quizá aún lo podía conseguir! Empecé a correr de nuevo y me di cuenta de que las puertas estaban a punto de cerrarse delante de mis narices, como siempre. Así que volví a cambiar al paso. Y entonces me di cuenta de que me estaba esperando en una parada de autobús vacía. Me puse a correr, asintiendo al conductor por el retrovisor, dándole las gracias, y alcancé el autobús. Casi toda mi vida se cerraban las puertas delante de mis narices. Gracias, buen hombre. © BandicutCamamber / Pikabu
  • Mi hijo abrió la puerta del coche. Sopló el viento, el niño no pudo aguantar la puerta y esta chocó contra el Porsche vecino. No fue un golpe fuerte: quedó una pequeña marca, como un rasguño. Bueno, pensé, ya está, me he quedado sin dinero. Intenté golpear las ruedas, pero no sonó la alarma, así que dejé una nota. El hombre me llamó y me dijo: "No te preocupes, tengo una película protectora puesta, está bien". Pero también se alegró de que yo no hubiera escapado sin más. © Unknown author / Pikabu
  • Mi mujer se fue dos meses de viaje de negocios. Los vecinos, al enterarse de que vivía solo en la casa de campo, empezaron a alimentarme con pepinos, tomates, tartas, pasteles. Ayer visité a mi amigo del trabajo y me dijo: "Vamos, te voy a cortar chorizo. Mientras tu mujer no esté, no te lo vas a comprar tú mismo". © papazov1 / Pikabu
  • Hoy viajaba en tranvía a toda velocidad. De repente, frenó bruscamente y la gente casi se desparramó por delante. La conductora bajó del tranvía y unos segundos después volvió a subir. Todo el mundo empezó a preguntarle qué había pasado. Y ella respondió: “Un gatito estaba sentado en los raíles, lo aparté”. Nadie puso objeciones. © Overheard / Ideer
  • Estaba de vacaciones en Francia. Estábamos subiendo en el ascensor. Entró un niño con su madre, llevaba una pequeña flor en la mano. Era muy tímido, se escondía detrás de su madre y le susurraba algo. Justo antes de que yo saliera, me paró, me tendió la flor y me dijo:
    “¡Eres la chica más guapa que he visto nunca!”, y me dio un pequeño abrazo. Probablemente lo más dulce y bonito que me ha pasado nunca. © Autor desconocido / Reddit
  • Estaba en la parada esperando el autobús. Había un montón de gente, entre ellos dos chicos hablando en un idioma que no conozco. Bueno, creí que estaban discutiendo sobre sus cosas. Y entonces se me acercó una mujer y me dijo: “Chica, yo entiendo su idioma. Quieren robarte el teléfono, cierra el bolso”. Gracias, mujer. © Overheard / Ideer

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