14 Historias de personas que publicaron un anuncio en Internet y se toparon con gente muy extraña

hace 2 años

Vender o incluso regalar algo a través de Internet y no meterse en una situación extraña no es tarea fácil. Y por eso muchos terminan involucrados en una historia que no se olvidarán por un largo tiempo. La única ventaja es que aparece una nueva anécdota genial que puedes compartir en una reunión con amigos y contarles a otros usuarios de la red.

Genial.guru ahora sabe cómo pueden ser los potenciales compradores de Internet, y te trae algunas historias que nos hacen preguntarnos: “¿Qué le pasa a esta gente?”. Y en el bono podrás leer un par de casos de personas que estaban dejando ir algunas cosas gratis, pero que tampoco se salvaron de este tipo de incidentes.

  • Vendí un nuevo set de perfume. Lo empaqué y lo envié el mismo día, y la clienta de repente me escribió que se había quedado sin dinero y ahora quería que le devolviera el monto que pagó, pero que me lo regresaría todo al día siguiente. No le respondí. Un par de días más tarde, me escribió que había recibido el perfume y la crema ya usados, lo que simplemente no podía ser cierto. Yo sabía que solo estaba tratando de engañarme para recuperar el dinero. Entonces le dije que podía devolverme el kit mediante una entrega a su cargo, para que yo pudiera examinarlo y luego decidir sobre el reembolso. Después de eso, no me volvió a escribir. © Heidi Thompson / Quora
  • Estaba vendiendo una moneda antigua. Miré cuánto costaban monedas de ese tipo y la publiqué por un valor 30 % menor. Apareció un comprador. Nos encontramos en el centro de la ciudad. Tomó la moneda, comenzó a pesarla, la miró a través de una lupa. Al mismo tiempo, comenzó a amenazarme: dijo que su yerno era un boxeador profesional, y que su otro yerno podía averiguar todo sobre mí y mis familiares. Como resultado, me cansé de todas estas amenazas y tomando la moneda, dije: “El trato está cancelado”, y caminé en dirección al metro. Él gritó: “No se hacen las cosas así, vamos, te la compro”. Luego comenzaron las llamadas y los mensajes en el sitio del anuncio. Lo agregué a la lista negra en todas partes. Y le vendí la moneda al día siguiente a un anciano un poco extraño, quien también revisó todo a fondo y me entregó silenciosamente el dinero. © eelex / Pikabu
  • Una señora me compró un nuevo par de tenis Nike para su hijo. Y seis meses después, me escribió que quería devolvérmelos, alegando que eran falsos. Porque: “Mi hijo los usaba todos los días, y se deshicieron”. Claramente no acepté ninguna devolución, porque, en primer lugar, habían pasado 6 meses, y en segundo lugar, era algo normal si los tenis se usaban constantemente. © Katherine Stavniychuk / Quora
  • Puse un anuncio para deshacerme de una cama vieja. Apareció un interesado. Pero el día que tenía que venir, desapareció y dejó de atender las llamadas. Entré en pánico: a la mañana siguiente traerían un sofá que debía ir en el lugar de la cama vieja, y no había suficiente espacio para ambas cosas. Busqué con urgencia cargadores para llevarla al vertedero. Era tarde por la noche y recibí una llamada de un chico. Yo, enfadada por el interesado anterior y por los precios de los servicios de cargadores, le grité que todavía tenía la cama, pero que tenía que venir a buscarla ahora mismo o nunca, porque a las 12 de la noche se convertiría en una calabaza. Unos 20 minutos después, llegaron 5 chicos jóvenes que, como hormigas, sacaron la cama en un minuto y no paraban de agradecerme. Resultó que los chicos habían ingresado a la universidad y habían alquilado la mitad de una casa en la que no había suficientes lugares para dormir. También les ofrecí un par de sillas y una almohada. Estaban muy felices. Aproximadamente 10 minutos después, uno de ellos regresó con una caja de bombones. Terminé dándoles mermelada casera también. © zvezdairia1986 / Pikabu
  • Una mujer extraña que intentaba comprarme unas botas infantiles me pidió que las oliera y que le describiera el olor. © Marina Grebneva / Facebook
  • Encontré un deslizador para la nieve viejo de mi hermano entre las cosas innecesarias. Lo publiqué por un simbólico precio de 7 USD, y aclaré honestamente en el título del anuncio que era un objeto usado. Una joven comenzó a rogarme que le guardara el deslizador hasta el día siguiente y pidió más fotos. Se las envié. Dejó de responder y después de un rato escribió con un montón de signos de interrogación: “¿¿¿Es de segunda mano???”. Revisé el título. Luego respondí: “Por supuesto que es de segunda mano, está aclarado en el anuncio”. En respuesta, me escribió que estaba buscando un deslizador como regalo, y yo, una sinvergüenza, vendía uno usado. Toda la historia terminó con una mujer que simplemente llamó y, después de hacer un par de preguntas, dijo brevemente: “Lo compraré. Estaré allí en media hora”. Le advertí: “Es usado”. Ella dijo con calma que lo sabía y vino a buscarlo en media hora. © Maria Veselova / Facebook
  • Perdí un poco de peso y me quedó un montón de ropa que ya no podía usar. Puse todo a la venta en un sitio web y escribí que el comprador tendría que venir a buscar las cosas. Una interesada dijo que pasaría. Pero al día siguiente me escribió que no podía, pero que como yo vivía cerca de ella, no me costaba nada llevarle la ropa hasta su casa. Simplemente me negué. © Argercy / Reddit
  • Estaba vendiendo una lámpara de pared. Había comprado una nueva para mí, pero resultó que teníamos dificultades con el cableado. La conexión salía demasiado cara. Se la vendí a un joven que dijo que le había gustado mucho a su novia. Después de 3 meses, recibí una llamada de él: “Quiero devolver la lámpara de pared”. Yo pregunté: “¿Por qué?”. Y él dijo: “Bueno, mi novia y yo rompimos, ya no necesito la lámpara de pared. Le gustaba a ella”. Me despedí y le pedí que no volviera a llamarme. Aunque me escribió un par de veces más. © Shamanka / Genial.guru
  • Vendí una cámara en perfecto estado, casi sin usar, a una mujer. Se la regaló a su hijo y él la rompió. Me escribió contándome sobre lo sucedido, y realmente esperaba que le devolviera el dinero. © Silky-Emerald/ Reddit
  • Puse un iPhone 7+ a la venta por unos 250 USD. Una chica me escribió que estaba dispuesta a comprarlo, pero quería asegurarse de que estuviera en buenas condiciones. Le respondí que estaba en perfectas condiciones, con una funda resistente y una película protectora. Decidí asegurarme de que el precio de 250 USD le parecía bien, a lo que obtuve una respuesta que me hizo reír: “¿250 USD? Pensé que eran 25 USD”. Le pregunté si pensaba seriamente que estaba vendiendo un iPhone 7+ en condiciones casi perfectas por ese precio. Y sí, realmente pensaba que era así. Luego se le fueron las ganas de comprarlo. © JKCIO / Reddit
  • Vendía un buen espejo finlandés. El anuncio estuvo publicado durante varios meses, reduje gradualmente el precio hasta que llegué a 4 USD. Y de repente llamaron tres personas diferentes que querían comprarlo de inmediato. Acordé con el primero que pasaría por la noche, le dije al segundo que lo llamaría si el primer interesado cambiaba de opinión, y le informé al tercero que estaba en una pequeña fila. Y él me propuso: “Llama al primer comprador y dile que estabas sacando el espejo de la pared para él, pero se cayó y se rompió. Y dile al segundo que ya lo vendiste. ¡Entonces te lo compraré no por 4 USD, sino por 7 USD!”. Decir que me quedé estupefacta es no decir nada. Le pregunté si, dado que el espejo costaba 4 USD, para él mi conciencia valía 3 USD. Y le informé que la conciencia, en realidad, es un bien caro. Obviamente, le dije que no. Y el primer interesado llegó a la hora señalada, miró el espejo, lo midió con una cinta métrica, pagó y se lo llevó. © Elizaveta Grigorieva / Facebook
  • Estaba vendiendo un disfraz para niños y llamó una señora: “Pasaré mañana, estaré en la ciudad, te transfiero un anticipo para que no lo vendas”. Dije que no había necesidad de pagar un anticipo, que simplemente no se lo vendería a nadie hasta pasado mañana. Al día siguiente, llamó una anciana, dispuesta a ir a cualquier parte, ya que ese traje era el regalo de cumpleaños perfecto para su nieta. Le expliqué la situación y le dije que si la primera interesada no aparecía, le escribiría. La señora no se presentó al día siguiente y el alegre padre de la cumpleañera vino corriendo a buscar el traje. Una semana después, me llamó la primera señora: “Iré a buscar el traje mañana”. Le dije que ya lo había vendido, y ella exclamó histéricamente: “¡Te ofrecí un anticipo! ¡Me engañaste!”. © Puxlja / Pikabu
  • Hace poco, mi hermanastro vendió una consola de juegos a través de Internet. La compradora condujo hasta su casa durante unos 45 minutos. Y resultó que tenía 50 USD menos del valor publicado. Ella preguntó: “¿Cuál es el precio mínimo al que la venderás?”. Él respondió: “300 USD”. Ella: “Maldita sea, solo traje 250 USD...”. Él dijo: “El cajero automático está por ahí”. Y ella tuvo que ir a retirar el efectivo restante. © MrRiski / Reddit
  • Anuncié en un sitio web que estaba vendiendo un ropero por un simbólico 1 USD. Lo desmonté para que fuera más cómodo para el comprador sacarlo. Un chico vino con un amigo. Le pregunté cómo se lo llevarían y respondió que estaban en su propio coche. Sacaron todo entre los dos. El chico pagó y tomó la última pared del armario, que era ancha. Intentaron de todas las formas posibles, pero no entraba. Entonces la dejaron parcialmente apoyada sobre el cordón del asfalto y empezaron a saltar sobre ella. Después de 5 minutos, finalmente se rompió, la cargaron y se fueron. © kaketosdelano / Pikabu

Bono

  • Estaba regalando juguetes por una mudanza. Una mujer llamó de inmediato: “Tengo tres hijos, no tengo dinero. Déjamelos a mí, los buscaré hoy. Toma otra foto del perro, el oso y el conejito desde atrás”. Tomé un millón de fotos, pero ella no llamaba. Marqué su número y dijo perezosamente: “Mi esposo vendrá por la noche y me llevará, ya veremos...”. Fue una experiencia invaluable y gratuita. © Julia Sinitskaya / Genial.guru
  • Estaba regalando una bandeja de vidrio para el microondas y una señora me estuvo volviendo loca durante una semana: o se enfermaba, por lo que la pasaría a buscar al día siguiente, o se enfermaban sus hijos, luego su suegra tuvo un problema, luego su esposo se rompió la pierna... Observé con curiosidad cómo todo tipo de dolencias afectaban a todos sus familiares, y luego desapareció. Terminé llevando esa bandeja a mi trabajo y olvidándome de ella. Seis meses después la señora volvió a aparecer, diciendo que pasaría a buscarla la semana siguiente, hoy no podía, su hija estaba enferma. © Natalia Kuzmina / Facebook

¿Has vendido cosas en Internet? ¿Con qué tipo de personas extrañas te topaste?

Comentarios

Recibir notificaciones

No puedo creer en la historia de la mujer que se rompió la cámara en perfecto estado y quería que le devolvieran su dinero

-
-
Responder

Lecturas relacionadas