Pensé que tenía un matrimonio perfecto, pero Facebook me abrió los ojos

Pareja
hace 2 meses
A todos nos ha pasado: actuar con buenas intenciones, el corazón en el lugar correcto y un plan que parecía sencillo, hasta que todo salió mal. Ya sea un gesto amable que terminó siendo incómodo, una sorpresa que no salió como esperábamos o una ayuda que complicó aún más las cosas, estas historias nos recuerdan que incluso lo bienintencionado puede salir mal.
Al final del día, reconforta —aunque también da un poco de miedo— saber que basta una buena intención para terminar en una situación embarazosa. Pero bueno, al menos esos momentos incómodos se convierten en buenas anécdotas... y en la prueba de que, al menos, lo intentamos. Porque seamos sinceros: la perfección no da tanta risa como aprender a reírnos de nosotros mismos.