14 Personas que comprobaron que siempre hay un hombro en el que apoyarse

hace 1 mes

Las personas que te apoyan tanto en las penas como en las alegrías son muy importantes, porque es su hombro fiable el que te ayuda a afrontar las dificultades y alcanzar nuevas cotas. Te animarán cuando lo necesites y se alegrarán contigo de tus nuevos logros.

Cuando era niña, mi padre me regaló un libro de bocetos y palabras que había tapado con papeles con cinta adhesiva. Tenía que abrir cada uno en una fecha determinada, e incluso cuando él ya no estaba, yo obedecía su voluntad. A los 20 años estaba embarazada. El padre de la criatura se fue, me echaron del trabajo. El día indicado abrí la página siguiente, y allí había un dibujo de mí, feliz, abrazando a un médico y con un bebé en brazos. Y ahora hace 5 años que soy una feliz mamá y esposa de un médico guapísimo que me salvó durante el parto. Ahora creo de verdad en el destino y gracias, papi. © Sala 6 / VK
Esta mañana me he despertado y mi mujer no estaba a mi lado en la cama y mi hijo me traía el desayuno. Mi esposa es médico y resulta que esta mañana la han llamado a trabajar temprano. Y mi hijo decidió que no era bueno que papá fuera a trabajar sin desayunar, así que se puso a cocinar. Sí, su tortilla quemada y demasiado salada era prácticamente imposible de comer, pero en primer lugar, quería cuidar de mí, y en segundo lugar, solo tiene cinco años. © No todo el mundo lo entenderá / VK
En nuestro pequeño pueblo organizaron un torneo de LEGO. Mi amiga y yo incluso ganamos algunas figuritas y micro sets en unos concursos, y lo más importante: pasamos la ronda clasificatoria, así que para seguir adelante teníamos que ir al pueblo vecino el fin de semana siguiente. Mis padres se ofrecieron a llevarnos.
Esperaron con paciencia primero a que termináramos, luego los resultados. Participamos, pero por desgracia no pasamos a la siguiente etapa. Nos dieron unos premios de consolación, creo que una cajita pequeña de LEGO. Aunque nos pasamos todo el día allí, mi amiga y yo volvimos a casa felices: habíamos podido participar, aunque sin éxito. Nunca volvieron a hacer torneos como ese en nuestro pueblo, pero yo recuerdo y valoro mucho ese apoyo de parte de mi mamá y mi papá. © Catarina0905 / Pikabu

Siempre me ha interesado el stand-up, llevo más de 7 años yendo a actuaciones de cómicos, y un día, por primera vez en mi vida, decidí organizar yo mismo un micro abierto. Llamé a mis amigos, conocidos y familiares para que me apoyaran, para no preocuparme tanto. Pero la sala resultó medio vacía. Mis amigos no vinieron, todos estaban ocupados, todos no pudieron venir, mis conocidos ignoraron mi petición e invitación, así que solo mis familiares estaban sentados en la sala. Mi hermana, mi madre, mi padre, mi tía y su marido y mi hermano pequeño. Son mis mejores amigos, los que nunca me dejarán en apuros. © Sala 6 / VK
Un día caí enferma y estuve así una semana. Al segundo día de mi enfermedad, llega una entrega a casa, ¡una caja de naranjas! Al día siguiente, mermelada. Luego flores, ¡incluso pantuflas de invierno! Y así todos los días. Todo lo entregaba el mismo hombre, pensé, ¿qué clase de empresa hace una entrega tan completa? Y nunca una tarjeta ni nada. El hombre tampoco dijo nada, solo sonrió disimuladamente. Una vez más abro la puerta, y ahí está mi padre con la compra y dice que fue él quien envió a su empleado con los paquetes. © Overheard / Ideer
Estaba en el hospital después de una operación. En la sala conmigo estaba una anciana, que también fue operada. Pasó allí 20 días, los médicos no tenían prisa por darle el alta, porque aún era mayor y su cuerpo se recuperaba con dificultad. Pero durante todo ese tiempo su esposo estuvo a su lado. Es un verdadero hombre de oro. Estaba con ella de la mañana a la noche, sin dejarla ni un minuto. Le contaba una historia de su juventud, o un chiste, o leía el periódico, todo el tiempo trataba de distraerla con algo, de apoyarla. Todas las noches, antes de irse, la abrazaba y le decía algo cariñoso. © No todo el mundo lo entenderá / VK

Me pasé por casa de mis tíos durante un descanso de una conferencia en la que yo daba una ponencia. No era una conferencia enorme, pero me dieron una beca para hablar allí. Había mucha competencia entre los participantes, y se celebraba en un gran centro donde se reunían cientos de personas y había muchas oportunidades de hacer amistades útiles.
Mis tíos son mucho mayores que mis padres, y para mí son más bien como abuelos. Comimos muy bien, charlamos sobre mis estudios y luego tuve que volver a la conferencia. Y entonces mi tía dijo que tenía algo para mis amigos científicos. Salió de la habitación y volvió con bolsas llenas de comida. No solo comida comprada en la tienda, sino pizza casera, un montón de galletas de avena y cajas de jugo. Me da todo esto y me dice: “No te olvides de comer mientras haces ciencia”. Fue muy bonito, uno de los gestos más cálidos de apoyo de mis familiares durante mis estudios de posgrado. © Unknown author / Reddit
Tengo 23 años, vivo independiente de mis padres y hace poco organicé un festival urbano por trabajo. Cualquiera que haya organizado eventos sabe lo estresante que es cada vez. Cuando una vez más corría bajo la lluvia con un walkie-talkie silbando detrás del escenario, vi a mi madre allí. Vino a apoyarme. Me trajo té caliente entre bastidores y luego vio nuestro concierto. Qué bonito es cuando tus padres te quieren y se alegran de tus logros. © Oído / Ideer

Tenía siete años cuando nos trasladamos de Delhi a donde vivimos ahora. En aquella época, esta ciudad estaba empezando a construirse. No es de extrañar que viniera gente que quería alejarse del ajetreo de la capital. Pronto empezaron a mudarse también mis parientes, que eran muchos, y todos se turnaban para comprar casas aquí. Yo estaba feliz de vivir cerca de casi todos mis tíos y tías.
Ahora tengo 21 años y a veces me enfado cuando se reúnen diez personas en casa: todos ríen, hablan alto y yo quiero dormir después de un duro día en la universidad, estudiar para los exámenes o simplemente sentarme en silencio. Pero todo esto se olvida cuando son ellos los primeros que vienen corriendo a nosotros con golosinas tras enterarse de mi éxito o el de mi hermano. Ellos son los que siempre me desean feliz cumpleaños, aunque mis amigos se olviden. Gracias a ellos, no me preocupo por lo que voy a comer cuando mi madre se va 10 días a casa de mis abuelos. Ellos son los que nos apoyaron cuando operaron a mi madre, nos ayudaron cuando mi padre estaba enfermo y siguen estando a mi lado cuando mi hermano tiene problemas de salud. © Himadri Pandey / Quora
Cuando me enteré de que mi esposo me había engañado, estaba en casa de mi suegra, intentando no llorar. Se lo conté todo, se quedó callada y luego dijo: “Pensé que no eras un ángel, pero ya ves...”. Me quedé una semana con ella y, al irme, me dio una caja que maullaba, diciendo: “Esto es para ti, para que no te aburras”. Resultó que el gatito era de una protectora donde ella iba a veces de voluntaria. Al principio quería quedárselo, pero decidió que al menos podría distraerme un poco de mis preocupaciones y pensamientos sobre el próximo divorcio. Lo bueno de mi piso de alquiler era que se podía vivir con animales, y hacía tiempo que soñaba con tener un gato, pero mi ex se oponía.
Siempre enseño a mis hijos a no enfadarse si algo no funciona, y a intentarlo hasta conseguirlo. Obviamente, se frustran, pero qué se le va a hacer, vuelven a intentarlo. Una vez estaba haciendo un pastel, subió y se salió del molde, por supuesto todo el horno estaba cubierto de masa. Estaba sentada, disgustada, casi con lágrimas en los ojos, y tenía que limpiar el horno. Mi hijo se me acercó y me dijo: “Mamá, no estés triste, ¡prueba una vez más! ¡Todo saldrá bien en la próxima!”. Y me sentí tan bien. Aquí está: amor y apoyo sin límites. Entendido. © Overheard / Ideer

Mi padre trabajó como bombero toda su vida y se jubiló el año pasado. Todos en la familia nos dimos cuenta de lo duro que era para él: no estaba acostumbrado a quedarse sentado en casa, y mucho menos a no ingresar el dinero ganado con su propio trabajo. Así que mis hermanos y yo -somos cinco- decidimos hacerle un regalo: alquilar una habitación no muy lejos de casa para que papá abriera allí su propia panadería. Durante los dos últimos años siempre estuvo hablando de este sueño, sobre todo después de jubilarse. Nos dimos cuenta de que tardaría mucho en conseguirlo, así que decidimos ayudarle. Alquilamos en secreto una habitación, hicimos reparaciones, compramos el mobiliario y el equipo necesarios, y luego se lo enseñamos todo a mi padre. ¡Cuánta felicidad había en sus ojos! Ahora la panadería está en funcionamiento y se ha convertido en un verdadero lugar familiar, para nosotros y para nuestros clientes. Sinceramente, todavía no entiendo cómo mi padre no se enteró de nuestra sorpresa y cómo mi madre no se lo dijo enseguida. Pero me alegro mucho de que todo saliera bien. © Ward 6 / VK
He tenido un día duro. Entré en casa de mi madre y enseguida se dio cuenta de que no me encontraba bien. Me abrazó mientras lloraba en silencio. Luego nos pusimos cómodas en el sofá, me hizo la cena y me dio algo para animarme, porque me sentía fatal.
Ahora tengo 26 años, pero aun así fue genial relajarme y dejar que mi madre se llevara todas mis preocupaciones. Volver a sentirme como una niña pequeña. © Unknown author / Reddit
Cuando me ofrecieron un trabajo en otro país, mi esposo me apoyó, pasó a trabajar a distancia en su trabajo y se vino conmigo. Tras la mudanza, se reveló de una forma inesperada: a pesar de que por la diferencia horaria su jornada laboral empieza por la tarde, se levanta temprano, me prepara el desayuno y me lleva al trabajo. A la hora de comer, me trae orgulloso una comida preparada por él mismo. No sé cuánto durará, pero volvemos a sentirnos como en nuestra luna de miel y todos en el trabajo están conmocionados. © Overheard / Ideer

Por supuesto, es posible alcanzar alturas y hacer frente a las dificultades en solitario. Pero es mucho más fácil hacer todo esto cuando se cuenta con el apoyo de personas cercanas.