15 Relatos de viajes al extranjero que terminaron siendo toda una odisea

Curiosidades
hace 14 horas

Cuando viajamos, solemos socializar y prestar más atención a lo que nos rodea. Notamos compañeros de viaje extraños o agradables, peculiaridades culturales sorprendentes o incluso coincidencias que parecen sacadas de una película. En este artículo encontrarás historias que perfectamente podrían suceder durante un viaje al extranjero.

  • Mi primera mañana en Perú, salí a desayunar a un restaurante. Pedí café y algo de comer. Minutos después, el mesero regresó con un café negro, unos sobres de azúcar y una botella blanca con dispensador. Supuse que era algún tipo de crema no láctea, o que tal vez en Perú se toma el café con leche condensada o algo similar.
    Le puse un buen chorro de esa sustancia blanca al café y empecé a revolver. Pero en lugar de integrarse con el café, se formaron unas manchas aceitosas flotando en la superficie. Resultó que ¡era mayonesa! En muchos países de Sudamérica, es el condimento más común, como lo es la cátsup en Estados Unidos.
    Descubrí que en los restaurantes peruanos el café no viene con leche. Si quieres leche, tienes que pedirla específicamente u ordenar un café con leche. © bmadisonthrowaway / Reddit
  • En 1999, vivía y trabajaba en Barcelona, España, y tuve que hacer un viaje de negocios a San Diego, California. La aerolínea Delta perdió mi equipaje, pero prometieron llevarlo al hotel Hyatt Regency donde me hospedaba, aunque tardarían un día.
    Al día siguiente, recibí una llamada en la habitación del hotel (esto fue antes de los smartphones) de mi hermano, que vivía en Washington D.C. Me sorprendió mucho escucharlo y le pregunté cómo había conseguido el número de mi hotel en San Diego. Me dijo que él también estaba ahí por trabajo, ¡y que se hospedaba en el mismo hotel! El hotel, por error, había entregado mi maleta en su habitación.
    Si no hubiera pasado ese error, probablemente nos habríamos quedado los tres días en el mismo hotel sin vernos. Gracias a eso, pudimos disfrutar un poco de tiempo juntos sin haberlo planeado. © Mike Fawkes / Quora
  • Una vez viajaba en un vuelo internacional. Tenía asiento de pasillo en la sección izquierda. A mi lado, en el asiento del medio, había una mujer de unos veintitantos años que no parecía muy feliz de verme.
    Apenas me senté después de guardar mi maleta en el compartimento superior, me preguntó, bastante molesta, si podía cambiar mi asiento con el de una mujer que estaba en el pasillo de la sección central. Pensé que quería sentarse con una amiga. Aunque no me pareció, le dije que sí.
    Entonces empezó a llamar a la otra mujer: “¡Disculpa! ¡Disculpa!” Cuando la otra chica se volteó, mi vecina le dice: “¿Puedes cambiar de asiento con él?” Sin un “por favor” ni nada. La otra se quedó confundida.
    Le pregunté a mi vecina: “¿No la conoces?” Me respondió: “No. ¿Por qué?” Me quedé en shock. Le dije: “Entonces, ¿por qué quieres que yo me cambie con ella?” Y me dijo: “Porque no quiero sentarme al lado de un hombre.”
    Me dejó sin palabras. Después de unos segundos le dije: “¿O sea que porque no quieres sentarte junto a un hombre, pretendes que dos personas más cambien de lugar? Vaya. Pues yo no voy a moverme, si quieres cambiarte, hazlo tú.”
    Tras discutir un poco, se fue hacia la parte delantera del avión, y creo que la azafata le consiguió otro asiento. © hishaks / Reddit

“Estos pies, justo al lado de mi hija en un vuelo”

  • Entre 2001 y 2005, mi esposa y yo vivíamos en Tokio. Siempre pasábamos por un apartamento con un pequeño jardín y yo le decía: “Aquí deben vivir europeos, la parrilla y el jardín no se ven nada japoneses.” Siempre decíamos que deberíamos tocar la puerta y presentarnos, pero nunca lo hicimos.
    Años después, nos mudamos a Viena, Austria, con nuestro bebé recién nacido (que nació en Tokio 7 semanas antes). Fuimos por primera vez con el nuevo pediatra, y le mostramos el libro de salud japonés de la clínica donde nació nuestro hijo.
    El médico nos dijo: “¡Vaya! Tengo otra familia con un libro igual y una niña de casi la misma edad. ¡Deberían conocerse!”
    Así que los llamamos, les contamos que habíamos vivido en Tokio y que el pediatra reconoció nuestros libros como de la misma clínica. Nos empezaron a preguntar en qué parte vivíamos.
    Fue entonces que nos dimos cuenta de que vivíamos muy cerca, y les preguntamos si acaso vivían en un edificio en la esquina, con un jardín en planta baja, una gran parrilla y un columpio. ¡Resultó que sí! Fuimos vecinos en Tokio, pero nos conocimos a 12,000 km de distancia. Y desde entonces, nos hicimos amigos. ¡Qué pequeño es el mundo! © Jean-Michel Becar / Quora
  • Fui una niña gordita en la escuela, hasta que me enamoré del deporte gracias a mi hermana mayor. Cuando llegó el momento de escoger carrera, no sabía qué estudiar porque no me gustaba nada que no fuera el ejercicio. Así que entré a la Academia de Cultura Física, aunque a mis padres no les parecía muy prestigiosa. Yo solo quería entrenar a otras personas y transmitirles mi amor por el deporte.
    No fue fácil al principio. Me gradué, pero durante mucho tiempo no encontraba un trabajo que realmente me gustara. Luego una amiga se mudó a Bali y me invitó a visitarla. Fui, y por accidente encontré trabajo como instructora de fitness© Chamber 6 / VK
  • Tenía 27 años, y mi familia no podía aceptar que siguiera soltera. Mi mamá siempre me hablaba del chico que rentaba el departamento de mi abuela: que era guapo, atlético, que trabajaba en una agencia de viajes. Así que, básicamente, me obligaron a salir con el inquilino de mi abuela.
    Y de pronto, me cayó bien. Decidimos viajar juntos al extranjero, ya que él tenía boletos baratos. Acepté. Pero cuando llegué al aeropuerto, él no estaba, se había enfermado.
    En vez de sentirme mal, conocí al que ahora es mi esposo durante el vuelo. Nos sentamos uno al lado del otro y empezamos a platicar. Estoy perdidamente enamorada de mi esposo. Por primera vez, no me arrepiento de que intentaran emparejarme con alguien. © Not everyone will understand / VK
  • La primera vez que fui a Austria fue en tren. En Polonia tenía que hacer un cambio de tren, pero yo no lo sabía. Todos los pasajeros se bajaron y yo me quedé tranquilamente comiéndome una manzana, hasta que un trabajador del tren entró y me empezó a explicar algo en polaco. De alguna forma entendí que tenía que bajarme con él.
    El tren que tenía que tomar ya se estaba yendo, así que el hombre me agarró la maleta y la mano, y corrimos. Apenas alcanzamos el último vagón, él lanzó mi maleta y me ayudó a subir. El resto del viaje se lo pasé agradeciendo a mi salvador. © Irina Michelitsch
  • Estoy estudiando en China. Iba en bicicleta rumbo a casa y vi esto: un chico y una chica estaban parados en un cruce peatonal con un perro entre ellos. Cuando dejaron de pasar los autos, dijeron: “Vamos”.
    Entonces el perro se levantó, les dio una pata a cada uno y cruzó la calle con ellos caminando en dos patas. © Overheard / Ideer
  • Viajé a Uganda, era la primera vez que viajaba sola al extranjero. Estaba aterrada. No había nadie esperándome en la terminal. Salí al sol y me quedé parada pensando: “¿Y ahora qué hago?”
    De repente escuché una vocecita: “¡Papá!” Y una niña se lanzó a mis brazos. Una niña que nunca me había visto en su vida simplemente supuso que yo sería su nuevo papá.
    Hoy en día es una mujer adulta con hijos propios, y aún la amo profundamente. © Kevin Thorpe / Quora
  • Bratislava. Mi amigo y yo estábamos haciendo fila para comprar helado y escuchamos que le ofrecían a un niño una bola gratis si la aceptaba sin cono.
    Todos en la fila nos echamos a reír al ver a ese travieso niño de unos 10 años salir de la tienda triunfante, con un puñado de helado en la mano. ¡Los niños son iguales en todo el mundo! © TheNahh / Reddit
  • Fui a un hammam turco en el “día de mujeres”, es decir, solo mujeres pueden entrar al baño ese día. Una alegre encargada del lugar, de unos 60 años, me hizo acostarme sobre una losa caliente de mármol, me quitó el traje de baño de un tirón y empezó a frotarme con un cepillo especial.
    De pronto se giró hacia la pared y, al voltear, me sorprendió. Traía un paquete de pan con queso y me dijo: “¿Lo comemos juntas?”
    ¡Yo estaba cubierta de espuma de pies a cabeza! Le dije que no, que no quería nada. Ella se comió un par felizmente y siguió tallándome.
  • Francia. Soy estudiante de intercambio y vivía con una familia local. Fui a ducharme en su elegante baño, y al salir, toda la familia me miraba con cara de horror. Les pregunté qué pasaba y me dijeron: “¿Qué hacías ahí adentro?”
    Les respondí que me estaba bañando. Y me dijeron: “¿Cómo? ¡No hay agua caliente desde hace días!”
    Yo ni cuenta me había dado, el agua estaba a temperatura ambiente. © gezawatt*** / Pikabu
  • Reservé hospedaje en Montreal para el fin de semana. Llegué, saludé a los dueños y salí a mover el coche. En algún momento se me cayó el pasaporte en la calle nevada sin darme cuenta.
    Me di cuenta una hora después, ya en el restaurante. Revisé mi bolso, el coche, la maleta, busqué en la nieve y nada. Estaba muy nerviosa, pero decidí esperar hasta el lunes que abriera la embajada.
    El domingo, por pura casualidad, decidí entrar a Facebook, aunque normalmente evito las redes sociales cuando viajo. Ahí encontré un mensaje de un habitante local que había encontrado mi pasaporte.
    Me dijo que lo dejó en el hotel frente al lugar donde lo halló. Quise agradecerle, pero me dijo que con haberme alegrado el día, él ya estaba feliz. Al final, tuve un gran fin de semana, aunque con un poco de tensión. © cambrianw***e / Reddit

“En verano, en Seúl, colocan sombrillas en los cruces peatonales para que la gente espere el semáforo a la sombra”

  • Me acababa de mudar a Bangkok y una noche estaba cantando en un bar. Conocí a una pareja británica y estuvimos charlando un buen rato. La conversación fue genial, intercambiamos contactos de Facebook y quedamos de vernos de nuevo.
    Unos días después, mi primo en Londres me mandó un mensaje. Había visto una foto mía en Facebook. Resulta que esa pareja había estado en su boda un mes antes. El hombre era el padrino.
    Ya conocían a mi hermano y a gran parte de mi familia. Después de eso nos hicimos buenos amigos, no solo por la coincidencia, sino porque teníamos mucho en común. © Shamala / Quora
  • El año pasado, en mi primer viaje, llevé una maleta sin pensarlo mucho. Obviamente se perdió y durante los primeros días solo tenía lo básico. No quería gastar en ropa. Tenía seguro, todo bien, pero igual estuve de mal humor todo el tiempo.
    En un tour con varias personas, una señora canadiense se alejó discretamente y me compró algunas camisetas y otras cosas. Pasé la mayor parte del viaje con ella y su esposo.
    ¿Y cómo les agradecí la última noche?
    Fuimos a cenar a un restaurante indio en Belfast. Después de comer, la esposa dejó su chaqueta sobre la silla y fue al baño justo cuando llegó el mesero a recoger. Él empezó a apilar platos y yo, sin pensar, le dije: “A que no puedes llevar todo eso de una sola vez”. El mesero lo intentó y tiró todo encima de la chaqueta.
    Ni se disculpó ni ofrecieron nada por el daño. Supongo que fue mi culpa. © IowaContact2 / Reddit

Y ojo: algunos gestos pueden meterte en problemas cuando estás en el extranjero. ¡Mira cuáles son!

Imagen de portada gezawatt*** / Pikabu

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