16 Anécdotas de viaje que empezaron mal y terminaron como grandes historias

Humor
hace 2 horas

¿Quién dice que unas vacaciones en tierras lejanas son solo playa, montaña, jugo frío y relax total? Los viajes de verdad siempre contienen un elemento sorpresa. Y son estos momentos impredecibles los que convierten un viaje en una historia que querrás volver a contar una y otra vez.

  • Fui con mi esposo al mar. Me dirigí a la playa y él se quedó en la habitación. Regreso feliz, abro la puerta y veo a una chica vistiéndose. Al verme, se queda helada. Gritando “¡Canalla, ahorita te vas a enterar!”, entro corriendo en el baño, y ahí está un hombre afeitándose. Me quedé de piedra. Y entonces me di cuenta de que me había metido en la habitación equivocada. Por alguna razón estaba abierta. Me disculpé tres veces y salí corriendo. Mi marido siempre me decía que yo era una despistada. Una vez me metí en el coche de otra persona y mi esposo estaba al lado observándome desde nuestro coche.
  • Mi familia y yo estábamos de viaje por Japón y alquilamos una pequeña habitación en las afueras para poder sentir por un momento lo que era realmente vivir allí. Un día llovía mucho y nos detuvimos en una tienda de comestibles. Un hombre se dio cuenta de que no llevábamos paraguas y, en un inglés sencillo, se ofreció a prestárnoslo. Aquello me hizo darme cuenta de lo amables y considerados que son los japoneses con las pequeñas cosas que les rodean. © Chemicalcube325 / Reddit
  • Trabajo con turistas en los Emiratos Árabes Unidos. Como saben, aquí hace calor en verano. Una señora me preguntó una vez: “¿Cómo sobreviven aquí en verano con temperaturas tan altas?”. Le contesté que aquí básicamente todo el mundo va de aire acondicionado en aire acondicionado. Digamos que del coche a casa, de casa a las tiendas, y hay aires acondicionados por todas partes. Y entonces me hizo una pregunta que nunca fui capaz de responder: “¿De dónde sacan el aire para el aire acondicionado?”. © Homicide Stories / VK
  • Tenía 17 años y viajaba con mi madre a China. Íbamos caminando y nos cruzamos con un grupo de lugareños. Entonces, un chino señala a mi madre con el dedo, sonríe y dice: “¡Bebé!”. Se acaricia con la mano el estómago y se ríe. Así que nos marchamos de allí. Y de camino a casa, mamá nos confiesa que está embarazada. Es delgada, ¡nadie se dio cuenta! Y justo después de Año Nuevo nació mi hermano. © Podsushano / Ideer
  • Estábamos de vacaciones en Tailandia y rentamos un pequeño bungalow. Siempre dejábamos los zapatos afuera. Cerca, solían andar unos perros callejeros. Lindos y cariñosos, los lugareños los adoraban, y mi esposo y yo no les prestábamos atención. ¡Grave error! Un día se llevaron nuestras sandalias. Nos dio risa, no era gran pérdida. Pero mi esposo no dejaba de lamentarse: “¡Eran mis chanclas favoritas!”. Poco después, cerca de la playa, ¡uno de esos perros le robó la gorra mientras corría! © No todo el mundo lo entenderá / VK
  • Florencia respira cultura por cada esquina. Fui con un amigo italiano, y le dije que quería ir al museo. Me dijo que no valía la pena, que era caro. Aun así, fuimos. La chica en la taquilla notó que éramos extranjeros (bueno, al menos yo) y nos dejó entrar gratis. © roguetroll / Reddit
  • En Buenos Aires, las calles están llenas de perros. Yo hablaba por teléfono cerca del aeropuerto y, al colgar, un estadounidense me dice: “¿De dónde eres? Hace semanas que no tengo con quién hablar en inglés”. Empezamos a platicar sobre los perros callejeros y lo simpáticos que eran. Me contó que veía todos los días a uno que parecía saber cómo funcionan los semáforos: esperaba el verde para cruzar la calle. © Unknown author / Reddit
  • Soy británico y mi esposa es española. Siempre dice que hay que disfrutar la vida sin prisas. Cuando estamos en España, me cuesta acostumbrarme a que una reunión para tomar café a las 4 de la tarde se alargue hasta las 9... y luego vamos a cenar. En Reino Unido, el café es de “compra, toma y corre”. Apenas se vacía la taza, todos se levantan incómodos y se despiden. © latrappe / Reddit
  • Mi hermana vive en China y le preparé un paquete enorme por Año Nuevo: regalos para ella, su esposo y sus amigos. Tardó tanto en llegar que ya pensábamos que se había perdido. Hasta que mi hermana envió una foto: ¡la caja estaba frente a su puerta! El repartidor la había dejado mientras ellos estaban de viaje, y durante tres días, nadie se atrevió a tocarla. © Overheard / VK
  • De vacaciones en Turquía, me animé a probar un auténtico shawarma. En el puesto, el vendedor me ofreció ponerle su salsa picante especial. Yo, sin pensarlo, acepté. Lo que no sabía era que “picante” en Turquía significa “te va a prender fuego la boca”. Apenas la probé, me ardía todo, casi lloro. El vendedor me miró y dijo: “Eso fue solo el comienzo. ¡Puedo hacerlo aún más picante si quieres!”. ¡Dios mío! ¿Cómo hacen para comer algo tan explosivo? © No todo el mundo lo entenderá / VK
  • Mi primer viaje a Bangkok coincidió, sin saberlo, con el festival Songkran. Iba camino al trabajo cuando de repente me empezaron a mojar con cubetas de agua y a lanzarme harina. Pensé que al llegar a la oficina estaría a salvo, pero no. Mi traje quedó arruinado... aunque el ambiente en la ciudad era pura alegría. © tictocque / Reddit
  • Hace unos años, fui a Tailandia con una amiga. Alquilaríamos una moto y el chico que nos atendió era un indio muy simpático. Comenzamos a hablar de nuestras culturas. Le dije que siempre me gustaron la tradición, la música y las novelas de su país. Él, encantado, me invitó a cenar. Terminamos en un restaurante cantando juntos “Jimmy Jimmy, aaja aaja”. Hoy seguimos en contacto, y ya planeamos ir a visitarlo a la India. © Cámara 6 / VK
  • Mucha gente no sabe que hablo español con fluidez. Estando en México con mi esposo, entramos a un restaurante. El menú que nos dieron estaba en inglés. Pero al darle vuelta, estaba el mismo menú... ¡pero con precios a la mitad! Obvio, pedí en español. © almostahermit / Reddit
  • Hace unos años estaba en Italia con una amiga. Nos despertamos en el hotel con una llamada telefónica. Confundidas, porque ¿quién podría llamarnos? Contesto y digo: “Sí”. Del otro lado, una señora me suelta una perorata en italiano donde solo entendí “signora”. Lo único que atiné a decir fue: “No signora, signorina”. Me respondió algo más y yo, con toda la dignidad del mundo, dije: “Io no parlo italiano” (“No hablo italiano”), y colgué. Le digo a mi amiga: “Me pregunto por qué dije ‘si’ si no sé italiano”. Mi amiga, entre risas, me dice: “Bueno, al menos dejaste claro que no estás casada”. © Slaughter Stories / VK
  • Estábamos por primera vez en Serbia. Yo pedí una “chorba” (como una sopa), unas albóndigas típicas llamadas “uštipci” y una ensalada. Mi esposa pidió algo más liviano. Viene el mesero con lo que parecía una sopera gigante, y yo pensaba: “Mirá qué presentación, va a servirme desde ahí”. ¡Pero no! Esa era mi porción. Así aprendí por primera vez el tamaño de las raciones en la cocina serbia. © Slaughter Stories / VK
  • En Tailandia, salimos con amigos a caminar y encontramos una billetera con tarjetas, licencia y bastante dinero. Pensamos que era de algún lugareño y decidimos contactar al banco. Hablamos con un asesor y dejamos nuestro número. Al rato nos llamaron para decirnos que el dueño ya se había comprado otra billetera y no necesitaba esa. ¡Nos dio permiso de tirarla o quedárnosla! © No todo el mundo lo entenderá / VK

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