Yo tengo varios profesores a los que nunca olvidaré
17 Anécdotas de exalumnos que explican por qué jamás podrán olvidar a ciertos profesores
Cuando somos jóvenes y debemos ir a la escuela, nos quejamos. Después, cuando somos grandes, la recordamos con alegría, pero también con cierta melancolía. Parte importante de esos recuerdos están ligados a quienes impartían conocimiento, los profesores. Los hay de todo tipo: serios, graciosos, exigentes, relajados, compinches y demás. Esto queda claro al ver la gran cantidad de historias de exalumnos en las que cuentan algunas anécdotas que vivieron junto a sus maestros.
Genial.guru estudió y, al leer las anécdotas de otras personas, recordó lindos momentos y tuvo que armar la siguiente lista con los mejores recuerdos sobre profesores.
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Siempre recuerdo a Juan Fuentes, profe de inglés, un señor entrado en años. Mis compañeros y yo tendríamos alrededor de 14 o 15. Él solía decir: “Y entonces salen ustedes y que ’Ay, es que yo lo amo’”, y luego gritaba: “QUIÉN DIJO QUE LO VA A AMAR, USTED A ESTA EDAD NO SABE LO QUE ES EL AMOR”. Lo repitió tantas veces que me casé a los 28, jajajajaja. © Belkis Maholy Sandoval Palmera / Facebook
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Una profesora de matemáticas nos decía como con vocecitas de dibujos animados: “Es más fácil que ir caminando”, por cualquier problema que nos ponía a hacer. © Sirley Villaverde / Facebook
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En la primaria tuve un profesor llamado Pedro que daba quinto y sexto año y siempre regalaba a todo su grupo un detalle en el día del niño y en Navidad. Lo recuerdo con alegría porque lo que nos regalaba significaba mucho para nosotros. En la hora de la salida, él caminaba a tomar el camión y todos queríamos acompañarlo. Siempre se portó muy amable si un niño no tenía para el traje de graduación, ya que él ponía de su dinero. Siempre pensaba en sus alumnos y tenía una humildad grandísima, yo iba en tercero cuando él platicaba que estaba ahorrando para su carro, y se lo compró cuando yo estuve en sexto, y recuerdo que a más de uno nos alegró eso. © Karen D Guerrero / Facebook
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A mí siempre los profesores me trataron bien, en especial uno, que por salir bien en un examen me regaló una pluma muy bonita y una agenda, aún recuerdo ese lindo detalle. © Rake Garcí / Facebook
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Recuerdo a una profesora de mecanografía que tenía una vocecilla muy peculiar, y cuando estábamos escribiendo en las máquinas, decía: “Ritmo, ritmo, ritmooo...”. © Teresa Bonet / Facebook
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Lo más divertido fue cuando un profesor de matemáticas nuevo entró a reemplazar al profe anterior. Él vio puras malas notas, todos tenían pésimas. Las dos últimas mías eran un 3 y un 2. Un día me preguntó: “¿Cuánto es 3 + 2?”. Yo le respondí “5”. “Ya, la próxima nota suya es un 5”. Hizo lo mismo con todos los demás. Fue genial. © Dorkas Lorena Muñoz / Facebook
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No recuerdo el nombre de mi profesor de historia universal en la academia Trilce de Santa Beatriz, Lima, Perú. Pero, cada vez que ingresaba a clase, todos nos teníamos que parar (petición del mismo profesor desde el inicio del ciclo). Luego de unos 5 segundos de silencio absoluto, nos miraba fijamente a cada uno y él, fielmente con su libro en mano, decía lo siguiente: “Buenos días, alumnos, se me ha llamado desde el más allá para iluminar la oscuridad de sus ignorancias”. Todos nos reíamos a excepción de él. De los mejores profesores que aún recuerdo. © Sergio Aldana / Facebook
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Mi profe de filosofía del secundario era también profe universitario, así que las clases eran de nivel alto. Pero tenía una debilidad... le gustaba el chisme. Así que llegaba con algo que recién se enteraba de la escuela y nos dejaba hablar para conocer más del tema, pero antes decía que la siguiente hora era para la materia. Y ahí empezaba... no podíamos levantar el lápiz del piso porque, de la velocidad con la que explicaba, perdíamos el hilo de la clase. Un genio. Creo que fue sobre lo que más aprendí en la escuela. © Carina Demarchi / Facebook
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Mi profesor de biología de cuarto año traía la guitarra y cantaba en clase, pero también lo que daba sobre la asignatura lo aprendíamos. © Olga Mucci / Facebook
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Tuve un profe de historia que la vivía de tal manera que, para explicarnos ciertas batallas, nos dividía en bandos y él se ponía de un lado y luego del otro, para que entendiéramos por qué “nos enfrentábamos” los unos con los otros. Era grandote y algo torpe, y sus movimientos eran muy graciosos. Nos lo pasábamos muy bien en sus clases, y sin duda entendíamos todo mejor. © Jessica Acuña Orellana / Facebook
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Primer año de Bioquímica, profesor de Historia de las Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, Horacio López Romano. ¡Contaba/narraba la materia de tal forma que te atrapaba! ¡Hizo que me gustara aún más esta profesión! Casi 20 años después, todavía lo recuerdo, era fascinante todo lo que sabía. © Lorena Alvarez / Facebook
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Recuerdo a mi profe de 5.° de primaria que, para un 30 de abril, me llamó y me pidió que fuera su cómplice para darle una sorpresa al grupo. Él iba a costear la celebración con baile y todo, así que me pidió que fuera temprano para organizar, y a mis compañeros les dijo que iba a haber clase normal. Pusimos globos, música y, cuando llegó el grupo, se llevó una gran sorpresa. La alegría que se veía en sus rostros fue algo genial, fue el mejor día del niño que tuve. Nunca olvidaré ese día, ni a mi maestro Miguel Ángel Sesma Masa. © Guillermina Ibarra / Facebook
Hay ciertas cosas de la escuela que son imposibles de olvidar. ¿Qué enseñanza de algún maestro sigues recordando hasta el día de hoy?
Comentarios
Hay profesores que han nacido para este trabajo
siempre tecuerdo a mi profesor de los cursos 7mo, 8vo y 9no, todas las semanas nos leia un poema de Jose Angel Buesa, y a veces de otros poetas, al principio escogía los clásicos poemas que enamoramiento que tanto gustaban a esa edad y con el tiempo escogió unos con temas más profundos. Comencé a amara poesía y no fue hasta unos años después que me dí cuenta que si no hubiese sido por su estilo inusual no tendria ese amor por los poemas, todavía hoy, 12 años después, mi poeta preferidoes José Ángel Buesa.