17 Mascotas cuya inteligencia siempre fue sobresaliente, solo que sus dueños ni siquiera lo sospechaban

hace 3 años

Las mascotas a menudo nos divierten con todo tipo de cosas: hacen travesuras, adoptan posturas extrañas, duermen graciosamente o simplemente juegan de manera divertida. Pero hay casos en los que los animales entienden que la situación es seria y hay que comportarse en consecuencia. Y entonces muestran un ingenio increíble, ya sea para engañar a un humano, ayudarlo a resolver un problema o incluso salvarle la vida.

Genial.guru no se cansa de sorprenderse por las habilidades intelectuales de nuestros hermanos de cuatro patas. Y hay cada vez más ejemplos de su ingenio gracias a los usuarios de la red, que comparten activamente las historias de sus amadas mascotas.

  • Trabajo en un barco. Último día de descarga. Veo cómo un gato va en dirección a nuestro barco y salta a la cubierta. Bueno, nadie le presta especial atención. Terminamos de descargar y ya en el mar, notamos que el gato se había quedado con nosotros. Decidimos llamar a un bote en el estacionamiento más cercano y enviarlo a la orilla. Llegamos al estacionamiento, el gato no estaba. Lo buscamos con toda la tripulación, no pudimos encontrarlo. Pensamos que había saltado por la borda. Nos alejamos de la orilla, y de pronto vimos al gato sentado en un tanque. Eso pasó varias veces.
    Nos acostumbramos a él, incluso le dimos un nombre: Skipper. Pero un día llegamos a una ciudad alejada para subir un cargamento, y allí había muchas palomas y gatos. Vi cómo Skipper saltaba del barco y se acercaba a los gatos o, mejor dicho, a una gata blanca. Pensábamos que volvería. Pero se quedó allí. Un compañero me dijo: “¿Viste por todo lo que pasó Skipper? Para los estándares de un gato, prácticamente cruzó medio mundo con nosotros, y todo por amor”. © Serzhik0408 / Pikabu

  • Por la mañana suena la alarma del teléfono, la apago y finjo que sigo durmiendo. Después de un par de minutos, se acerca el gato y trata de hipnotizarme: me mira fijamente. Luego me toca suavemente la cara con la pata y presiona un par de veces su nariz húmeda contra mi mejilla. Si nada de eso funciona, se aferra al borde de la manta con las garras, retrocede y me la quita. Y así cada vez que no me levanto enseguida después de que suena el despertador. Ya es una tradición. © “Oídoporahí” / Ideer

  • Cuando todavía vivía con mis padres, siempre había varios perros en casa. El más inteligente era el “noble” Bim. Era el único perro que trajo a casa mi papá, con las palabras: “Que pase la noche con nosotros, hay una tormenta eléctrica afuera, y por la mañana, si se va, se va”. Por la mañana llevé a los perros a pasear, y Bim se fue. Y por la noche volvió. Y así comenzó a ser: siempre se iba por la mañana y regresaba por la noche.
    Cerca había dos carnicerías. Bim, sentado en los escalones, pedía comida allí con mucha inspiración. Eran los hambrientos años 90 y Bim, tapando la mitad de las escaleras con su trasero, ponía la mirada de un huérfano. Cuando nosotros teníamos que ir a esas tiendas, hacía de cuenta que no nos conocía. Y cuando rescatamos a una perra embarazada, Bim le trajo carne. © Evga / Genial.guru

“Fui a la cocina, donde había dejado el teléfono, y encontré a Martini tomándose una selfi. Lamía la pantalla y de alguna manera activó la cámara”.

  • A mi perro le encantan las pelotas de tenis, y al gato le encanta quitárselas y sentarse encima, como una gallina sobre un huevo. Y, por supuesto, el perro comienza a enloquecer. Una vez, me cansé de eso y, antes de ir a trabajar, le di al perro como 10 de esas pelotas. Pero cuando regresé a casa, me encontré con una escena impresionante: el gato había hecho rodar todas las pelotas a un rincón y se había sentado allí, custodiándolas del perro. © LiterallyOuttoLunch / Reddit
  • Llegué a casa del trabajo terriblemente hambrienta. Puse la sopa al fuego y accidentalmente me quedé dormida. Me desperté porque el gato me estaba golpeando la cabeza con la pata y maullando. El departamento ya estaba comenzando a llenarse de humo. © “Oídoporahí” / Ideer
  • Solíamos traernos al gato con nosotros durante el verano a la casa de campo. Y un día vimos que tenía una herida en la pata. Naturalmente, lo pusimos en la transportadora para llevarlo al veterinario. ¡Pero no iba a ser tan fácil! Esta bestia rompió la transportadora y se escapó. La reparamos, y nos sentamos a esperar que volviera nuestro Hulk felino. Después de un tiempo, al parecer nuestro gato decidió que todavía no había alejado a todos los otros gatos de su territorio. Y vimos cómo peleaba en los arbustos vecinos con otro gato, y de tal forma que el pelo de su oponente volaba en todas las direcciones. Después de su victoria, nuestro guerrero satisfecho saltó a través de la cerca a nuestro jardín y entonces se dio cuenta de que estábamos allí. Y cambió bruscamente su comportamiento combativo por un maullido lastimero y un rengueo sobre esa pata lastimada. Al final logramos llevarlo al veterinario.

“Nuestro guerrero”.

  • Cada mañana, una gata anciana viene a visitarme. Sube a la terraza con dificultad, y me mira con reprobación a través de la puerta de cristal, hipnotizándome con la mirada. En silencio. Salí, quise acariciarla, ella se alejó. Bueno, está bien, si no quieres, todo bien. La gata se fue. A la mañana siguiente estaba sentada allí de nuevo. Le saqué un poco de leche, la lamió y se fue, despidiéndome con una mirada en la que se leía: “¡Parece que no estás del todo perdido!”.
    Compré comida en bolsas, a la mañana siguiente le puse un tazón con leche y un plato con comida. Dejó los platos vacíos y, antes de irse, me regaló un maullido. Lo tomé como un “gracias”. Todo se repitió durante un par de días. Y hoy me trajo una paloma, la puso frente a mi puerta y se quedó allí sentada, orgullosa. © Serdobol / Pikabu

  • Tengo un gato que me ama y duerme en la cama conmigo. Hace poco compramos una silla mecedora. Al gato le encantó la compra y ahora duerme estrictamente una noche conmigo, una noche en la silla. ¡¿De dónde sacó un gato un sistema de planificación?! © “Oídoporahí” / Ideer

  • Mi hermano dijo que quería tener un perro, pero no quería comprarlo, sino que el perro lo encontrara a él. Un día, estaba caminando con unos amigos por la calle y vieron a un hombre sentado en la parada del autobús con varios perros a su alrededor: les daba de comer. Mi hermano y sus amigos pasaron junto a él, y un cachorro que estaba entre esos perros los siguió. Resultó que no era de nadie, aunque tenía un collar. El perro era pequeño, pero inteligente, siguió caminando con los chicos como si llevara mucho tiempo con ellos. Ellos entraron al departamento de mi hermano y el cachorro los siguió como si entrara en su casa. Le dieron comida, él comió todo rápidamente y se tiró a dormir como si nada. Al principio trataron de encontrar a sus dueños, pero nadie apareció. Mi hermano dijo que era una señal: él quería un perro, y el perro lo encontró. © VolGor / Pikabu

Ese mismo cachorro ingenioso.

  • Tenía un gato que sabía que para beber agua del grifo, tenía que golpear la manija y mirarme. Creo que si hubiera tenido dedos grandes en las patas, como nosotros, habría abierto el grifo él mismo. También saltaba sobre su hermano si él comenzaba a romper el sofá, porque sabía que estaba prohibido. No solo se reconocía en el espejo, sino que también se lamía el pelo en la espalda mientras se miraba al espejo para ver los lugares que necesitaba. © AttentionSpanZero / Reddit

  • Tengo bronquitis crónica, cualquier resfrío conduce a complicaciones. Tengo que caminar por mi salud, pero no me alcanza la fuerza: enseguida me falta el aire. Adopté a un perro de un refugio, un animal enorme, un ovejero alemán mestizo. Mi guapo me saca a caminar dos veces al día. Me hace subir las escaleras y las calles empinadas, se sienta y espera mientras yo recupero el aire sentada en un banco, apoya el costado en mí y me sostiene cuando me mareo. Si toso por la noche, viene sin falta y comprueba cómo estoy y si tomo mis medicamentos. ¡En seis meses mi estado mejoró tanto que puedo caminar durante dos horas sin tener que sentarme y sin tomar pastillas! Mi perro me está salvando. © “Oídoporahí” / Ideer

  • Mi hermana tenía un gato llamado Charles. Una vez se lastimó la pata trasera izquierda y estuvo rengueando durante bastante tiempo. El pobre gato fue alimentado con todo tipo de cosas ricas, lo cuidaban y lo mimaban mucho. Y un día estábamos sentados en la sala, y el gato salió de otro cuarto y caminó derechito, elegantemente, por un largo pasillo que llevaba a la cocina. A medio camino se dio la vuelta, se topó con nuestras miradas curiosas y continuó su camino a la cocina, rengueando sobre la pata trasera derecha. © psgbel / Genial.guru

  • Hace poco cumplí mi antiguo sueño de tener dos ratas. Esas traviesas crecieron, se adaptaron y comenzaron a asombrarme. Si Albóndiga está en tu hombro y necesita con urgencia ir a algún lugar, tirará persistentemente de tu camiseta hasta que le hagas un puente con la mano hacia el lugar deseado. Ambas adoran jugar a las escondidas conmigo. Por la noche arrastran silenciosamente ropa abrigada a su jaula si les parece que no está lo suficientemente calentito allí. Y una vez yo no podía encontrar un lápiz y dije en voz alta: “¿Dónde metí ese lápiz?”. Y Achú lo encontró vaya uno a saber dónde y me lo trajo.

“Albóndiga y Achú”.

  • Nuestro gato inteligente se dio cuenta de que las piedritas para su bandeja estaban en una bolsa grande, y subía allí si la bandeja estaba sucia. Yo, por supuesto, al escucharlo hacer ruido con la bolsa, inmediatamente corría a limpiar la bandeja. Así que el gato se dio cuenta de que si hacía ruido con la bolsa por la mañana, yo me levantaba más rápido que con la alarma. Por si se le ocurría ir al baño en el lugar equivocado. Y bueno, ya que estaba, de paso le daba de comer. Ahora hace crujir la bolsa cada mañana a propósito, aunque la bandeja esté limpia: me despierta así. © Sheln Shelli / Genial.guru

  • A mis hijos les encanta lavarse en la bañera. Abren el agua y, mientras esperan, se ponen a jugar en la computadora. El gato se sentaba y esperaba hasta que la bañera se llenara, luego corría hacia el niño y gritaba a todo pulmón hasta que él se levantaba y se iba a bañar. Y una vez puse el microondas sobre la lavadora. Había decidido verificar si no se caía durante el centrifugado. Encendí la lavadora y me fui a otra habitación a planchar la ropa. Al rato el gato entró corriendo, maulló y corrió a la cocina. Tuve que correr detrás de él. Atrapé al microondas en el último momento. © Galina Borovskaya / Facebook

  • Tenía una gata que nunca aparecía cuando había visitas, siempre se escondía. Las personas solo se enteraban de que teníamos una mascota al ver la bandeja en el baño. Cuando mi futuro esposo vino a conocer a mis padres (la gata ya tenía más de 10 años), tan pronto como ella se dio cuenta de que yo no había vuelto a casa sola, se escondió en el baño. Nos sentamos a la mesa, nos pusimos a conversar y, de repente, mi madre me dijo en voz baja que mirara al pasillo. Miré, y allí estaba nuestra Milka sentada, mirando en nuestra dirección. Pasaron 5 minutos, y ella ya se estaba frotando contra las piernas de su nuevo propietario. Así aprobó mi elección. © Ana Pag / Facebook

Tus mascotas seguramente son igual de inteligentes que las de los protagonistas de nuestra selección. Cuéntanos cuál fue la situación más asombrosa que viviste con tu mascota.

Imagen de portada Ana Pag / Facebook

Comentarios

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Qué bonita la historia del cachorro que encontró al dueño :)

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