17 Personas que no esperaban nada especial, pero el universo les regaló un compañero de viaje de ensueño

Al irnos de vacaciones o simplemente al realizar una pequeña travesía, siempre rogamos que tanto nuestro compañero de viaje como el conductor sean, como mínimo, amables y tranquilos. Sin embargo, a veces todo es para mejor, y la vida nos acerca a personas que posteriormente seguimos recordando con calidez.

En Genial.guru nos encantan las historias que solo evocan emociones positivas, y hoy te compartiremos algunas de ellas.

• Egresé de la secundaria y mi mamá me envió a la capital. Me subí al tren; el viaje duraba casi 3 días. Para comer, compré tres sopas instantáneas y agua. Para el segundo día solo me quedaba agua. Ocupé la cama superior, pero sentí que alguien me tocó el hombro y me preguntó con una voz amenazante:
  —¿Tienes hambre?
  —No, no. Gracias.
  Y luego me dijo con una voz mandona:
  —Baja rápidamente.
  Bajé y un señor de mediana edad me dio un pollo horneado, jugo, té, manzanas y galletas. Me dio mucha vergüenza, pero tenía tanta hambre que no me negué, y el resto del viaje le estuve agradeciendo demasiado. © MazeFox / Pikabu
• Mi amigo y yo estábamos en Roma. Pronunciamos mal la calle a la que nos dirigíamos y nos perdimos. Después, el taxista nos dejó en el auto, y pensamos que nos había abandonado. Pero él regresó con 2 porciones de café para nosotros y nos acercó a la dirección correcta. Así se llevó a cabo nuestra primera clase de italiano. © Lynne Chamberlain / Quora
• Me fui de viaje de negocios directamente desde el trabajo y me llevé una minimaleta. En la estación de tren compré mucha comida, porque tenía mucha hambre.
  Me subí al transporte y vi que en el compartimento para guardar las cosas, una chica y yo solo teníamos un par de bolsas, prácticamente no llevábamos nada. Al final, resultó que esa muchacha había huido de la casa de su novio sin dinero. Lo único que tenía era una tarjeta, la cual había quedado casi sin saldo después de haber comprado su boleto. En general, estuvimos comiendo alitas de pollo, hamburguesas y hablando durante toda la noche. Al principio, la chica se sentía avergonzada, pero no le dejé otra opción, ya que toda la comida chatarra debía ser terminada por completo. © Krotovka / Pikabu
• Un día, en el metro, una mujer se sentó a mi lado y, al poner su mano sobre mis manos, dijo: “Pronto serás feliz de verdad”. Después de eso, se paró y se fue al otro extremo del vagón. Estaba un poco sorprendida, pero me levantó el ánimo. Literalmente, después de un par de meses, todo cambió de forma drástica, y me sentí realmente feliz. De vez en cuando, yo también hago lo mismo con personas desconocidas. Creo que esto es un efecto placebo, y posiblemente pueda ayudar a alguien de esta manera. © Oídoporahí / VK

“Sin duda, es el mejor compañero de viaje de toda mi vida”

• Estudio en otra ciudad, y una vez al mes me regreso a casa en tren. Está bastante lejos, el viaje dura toda la noche, y por eso compro boletos en el coche cama. Ayer llegó el día de regresar; entré al vagón, desempaqué mis cosas y me fui a dormir. Me desperté por un fuerte llanto. Abrí los ojos y vi cómo en la cama de al lado un hombre fuerte y brutal con barba estaba viendo Milagros inesperados. La terminamos viendo juntos. © Habitación № 6 / VK
• Por primera vez, viajé en avión sola con mi hija, quien en aquel entonces tenía alrededor de un año. A mi niña le dolían los oídos, y traté de calmarla, pero no tuve éxito. De repente, el hombre que estaba sentado a mi lado dijo con la voz más suave que uno se pudiera imaginar: “Puedo abrazarla para que descanses un poco”. Al voltearme, vi a un joven guapo. Le agradecí y acepté su propuesta. Era paciente y muy amable. Cuando me la dio de regreso, me dijo que tenía una hija maravillosa, y volvió a leer su libro. © T Cannon / Quora
• Hace dos semanas, viajé en metro. Un chico un poco más grande de edad que yo se sentó a mi lado. Él estaba con los auriculares puestos, viendo una película en su teléfono. Por lo general, en tales casos trato de no mirar fijamente, pero no podía despegar la mirada. Estaba viendo una cinta sobre vampiros. Estuvimos así unos 5 minutos, y luego sacó un auricular y me lo dio. Fue increíblemente lindo de su parte. © Habitación № 6 / VK
• Un anciano taxista acaba de decir que me ha conseguido unas estrellas del cielo para que lo califique en la aplicación. © ashinapolina / Twitter

“A menudo veo a esta gatita amable, la cual maúlla cuando ve a la gente que se encuentra en el tren”

• Regresaba a Canadá y a mi lado estaba sentada una niña de 4 o 5 años. Se sorprendió tanto por ver mi viejo sombrero de vaquero que no podía dejar de mirarme. Después de un tiempo, su mamá me dijo: “Espero que no le moleste”. Yo le respondí: “Claro que no. Estaba a punto de pedirle que cuidara de mi lagartija”. Era un juguete que había comprado para mi sobrina.
  La niña se rio y aceptó. Durante las siguientes 5 horas, la cuidó hasta que aterrizamos. Me la entregó con una expresión triste en su rostro. Entonces le susurré: “No, quiere quedarse contigo. ¿Puede?”.
  Le guiñé un ojo a su madre y le dije que su hija era una excelente niñera, por lo que la lagartija estaría feliz con ella. La expresión en el rostro de la pequeña fue la mejor recompensa para mí. © John Smith / Quora
• Hace 3 años, mi hermana y yo salimos de un restaurante parisino y tomamos un taxi para regresar al hotel. A lo lejos vi la torre Eiffel, y noté lo hermosa que se veía de noche. Entonces, el taxista se dio la vuelta y dijo: “Madame, déjeme mostrársela”. Dio una vuelta alrededor para que pudiéramos admirarla desde todos los lados y ver cómo brillaba durante una hora. Fue un primer viaje increíble a París. © Maureen Barstow / Quora
• Una vez iba manejando de la ciudad a una aldea. Vi que un chico estaba parado al lado de la carretera, agitando su mano. Me detuve y se subió. Entablamos una conversación y resultó que se iba a un pueblo cercano para festejar su cumpleaños. Le avisé que a mitad de su camino me desviaría de la carretera, pero como la intersección ahí era bastante transitada, sería posible que alguien más le diera un aventón. Luego, en mi espejo vi un carro con un walkie-talkie (yo también tengo uno), y le pregunté:
  —¿****, coche, estás en contacto?
  —Claro ¿qué necesitas?
  —Dale un aventón a ese hombre, está llegando tarde a su cumpleaños.
  —¡Sin problema!
  En ese momento, el chico se quedó sorprendido y me preguntó: “¿Acaso es posible?”.
  Nos detuvimos al costado de la carretera, me dio las gracias y corrió rápidamente hacia el otro auto. © Solozv / Pikabu

“Este chico en un autobús londinense decidió saludarme”

• Hoy me senté al lado de una niña de 10 años. Al acomodarme, saqué la trilogía de El Señor de los Anillos. Más tarde, mi compañera de asiento dijo que le gustaba mi separador con efecto 3D. Me di la vuelta para darle las gracias y vi que estaba leyendo El hobbit. Nos hicimos mejores amigas en un santiamén. Hablamos de magia, magos y hobbits. Era una conversadora maravillosa, pues me contó sobre su familia y sus perros, y preguntaba sobre mi vida.
  Al final, me miró con timidez y dijo: “Espero que la próxima persona que se siente a mi lado sea tan buena como tú”. Me conmovió mucho. © Brittany Sovran Greiert / Quora
• Una mujer estaba sentada a mi lado en un tren y sin querer escuchó mi conversación con una amiga. Le estaba contando que mi vida privada ya no tenía esperanza. Antes de irse, esa dama me dejó una nota que decía: “¡Te mereces lo mejor! ¡Adelante!”. © karynvalentinax / Twitter
• Hace poco tiempo, en una parada de autobús, le ofrecí pintarle las uñas a una encantadora mujer mayor, dado que iba a una reunión triste, porque no estaban tan bonitas. Dijo que no quería pintarlas en el autobús para no molestar a la gente con el olor, así que rápidamente se las pinté con esmalte antes de que llegara su transporte. © Flaminhaystack / Twitter

¿Has tenido a compañeros de viaje que recuerdas con calidez? Compártenos tus historias en la sección de comentarios.