18 Citas que resultaron más caóticas que románticas

Pareja
hace 7 horas

Salir en citas siempre es emocionante. Nos preparamos con cuidado, pensamos en cada detalle y construimos en nuestra mente el escenario perfecto, pero la vida siempre encuentra la forma de sorprendernos. A veces, incluso la cita mejor planeada puede salir mal, convirtiéndose en una sucesión de situaciones ridículas, divertidas o incluso absurdas.

  • Una vez compré un ramo de rosas para mi cita. Ella no se presentó y tampoco respondió a mis llamadas. Me sentí muy molesto porque la noche estaba arruinada. Me puse a deambular por la ciudad. Mientras caminaba, pensaba qué hacer con el ramo, en dónde dejarlo. Quise arrojarlo al río, pero me dio lástima. Era tan bonito, aunque ahí no alegraría a nadie. Así que decidí buscar a alguien a quien regalárselo.
    Al final, se lo di a una mujer. Resultó estar casada y además tenía cuatro meses de embarazo. Aceptó el ramo, y yo me retiré rápidamente. Espero que el ramo le haya dado alegría y que su esposo no le haya armado un escándalo. © Overheard / Ideer
  • Yo le gustaba mucho a una chica, pero no era mi tipo. Sin embargo, ella no se rendía. Así que decidí hacer que dejara de interesarse en mí. Antes de salir con ella, comí una gran cantidad de ajo. Pensé que así se acabaría el asunto, pero al final de la cita, ella, con los ojos brillando de emoción, me propuso volver a vernos. No fue sino hasta la tercera cita en la que me confesó que ¡le encantaba el olor a ajo! © Overheard / Ideer
  • Conocí a un chico en línea. Era un joven muy agradable y culto. Decidimos encontrarnos para caminar por la ciudad, y a mí no me molestaba la idea. Después de un par de horas, él propuso ir a un famoso restaurante de comida rápida. Resultó que solo quería ir al baño. Mientras lo esperaba, compré unos helados porque hacía bastante calor. Mi acompañante aceptó el helado con gratitud, pero en el proceso de comerlo terminó manchándose toda la ropa. Y aunque podría no haber sido tan grave, durante el resto del paseo no dejó de reprocharme por haberle comprado el helado y “hacer que se ensuciara”. Me fui rápidamente, pero esa cita me dejó una sensación muy incómoda.
  • Conocí a un chico. Salimos varias veces, hablábamos durante horas y nos enviábamos mensajes desde la mañana hasta la noche. Todo parecía ir bien, pero sentía que algo no encajaba, como si no hubiera confianza real. No pude más y le pedí a una amiga que le tendiera una trampa y cayó. No me había sentido tan decepcionada en mucho tiempo. Resulta que ahora va a salir con ella, en una cita que se suponía que era conmigo. Él simplemente me canceló diciendo que se sentía mal. Mi intuición no me falló. © Overheard / Ideer
  • Fue una cita a ciegas, y él me llevó a un restaurante Hibachi, donde compartes mesa con desconocidos. Durante toda la noche, él habló usando voces de caricatura. Toda la mesa lo miraba y se reía, pero no de buena manera. Más bien me miraban a mí con lástima. © Faerydust9921 / Reddit
  • Tuve una primera cita bastante buena con una mujer en una cafetería local. Pedimos una bebida al llegar, empezamos a platicar y nunca pedimos nada más. Cuando llegaron las bebidas ya estábamos muy metidos en la conversación, y dos horas después me fui. Al llegar a mi auto, me dirigía a otra reunión que requería efectivo, así que revisé cuánto dinero tenía y me di cuenta de que tenía exactamente lo mismo que en la mañana. Mi cerebro hizo cálculos rápidos y pensé: “¿No pagaste tu bebida, verdad?” Llamé a mi cita desde el auto: “¿Sigues en la cafetería?” Ella dijo que sí. Le dije: “Creo que voy a hacer de esta tu cita más memorable, volveré en 30 segundos. ¡No estoy seguro de haber pagado nuestras bebidas!” Cuando regresé, hasta el barista me dijo: “Estaban tan entretenidos que hasta a mí se me olvidó cobrarles.” Así que pagué, salimos juntos y nos despedimos en la esquina. Según yo, fue en parte vergonzoso, en parte adorable. © anotherworthlessman / Reddit
  • Tengo un nombre poco común y mucha gente lo pronuncia mal. Un chico simpático de mi clase de literatura me invitó a salir. La cita fue genial (me llevó a una librería, ¡me encantó!) y luego me acompañó de regreso a mi dormitorio. Cuando su mamá lo llamó, le dijo que estaba conmigo pero dijo mal mi nombre. Me reí un poco. No me molestó, porque es algo que pasa seguido. Sin embargo, el pobre se puso pálido cuando lo corregí. Me confesó que había pasado horas practicando mi nombre frente al espejo antes de invitarme a salir. Hasta el día de hoy lo sigo molestando por eso. Llevamos casi 15 años juntos. © talibob / Reddit
  • Él insistió en invitarme a cenar y propuso un restaurante de sushi a unos 30 minutos de nuestra zona. Cuando llegó el momento de pagar, dijo que había “olvidado” su tarjeta. No pasa nada, pensé, yo pago, no me importa. Pero, por primera vez en mi vida, tampoco llevaba la mía. Tuvimos que avisar a los meseros que volveríamos a pagar, dejando mi licencia como garantía. Él condujo de regreso, pasó por su casa y luego fue directo a la mía, para que yo recogiera mi cartera. O eso supuse. Después, claro, volvimos al restaurante para que yo pudiera pagar la cuenta. Y bueno, después de eso, nunca más volví a contactarlo. © BBVIP21 / Reddit
  • Un chico me invitó a un restaurante para “una noche especial”, con todo el romanticismo del caso. Yo estaba emocionada, pensando: “¡Qué maravilla, al fin una cena decente sin papas fritas ni salsas de sobre!” Llegamos, nos sentamos y el camarero me entregó el menú. Al abrirlo, vi que los precios eran altísimos. Pero bueno, si él me había invitado, era porque podía pagarlo, ¿verdad? Pues no. Mientras elegía, él me dijo en tono muy serio: “Pidamos, pero dentro de un límite de gasto.” Me quedé congelada. ¡Hubiera sido mejor ir a una hamburguesería! Miré el menú y me di cuenta de que ese límite apenas alcanzaba para algo muy básico. Le propuse ir a otro lugar, pero él respondió: “Ya estamos aquí, el lugar es hermoso.” Hermoso sí, especialmente si te sientas a mirar el plato vacío mientras tomas agua. Y lo mejor fue que él pidió un filete que costaba casi dos tercios del presupuesto que había impuesto. Me dijo: “Pide lo que quieras, pero solo con lo que queda.” Así que pedí un cóctel, lo terminé, y le dije que me tenía que ir a casa que él se quedara ajustándose a su presupuesto. © Chamber 6 / VK
  • Una vez, un conocido me invitó a un café sencillo para una cita romántica. Pedimos comida y bebidas deliciosas. Después de una hora, empecé a notar que el hombre comenzó a comerse todo lo que yo dejaba en mi plato. Y al final de la cita, me dijo que no tenía suficiente dinero para pagar. No estaba preparada para eso, así que simplemente dije: “Bueno, qué pena” y me dirigí a la salida. En ese momento, encontró el dinero de inmediato e incluso me propuso salir de nuevo más tarde. Pero yo ya había sacado mis conclusiones. © Overheard / Ideer
  • Mi primera cita con una chica terminó de una forma completamente inesperada: ¡ella salió corriendo! No, no fue porque yo fuera aburrido o sospechoso. Resulta que empezó a llover de repente y no tuvimos tiempo de buscar refugio. Cuando la miré, me di cuenta de que sus cejas se habían desvanecido con la lluvia. A pesar de eso, era una persona muy agradable e interesante. Pasamos juntos una media hora, y yo trataba de ignorar su falta de cejas. Pero cuando ella se vio en la cámara, por supuesto, notó su “ausencia”. Nunca tuve la oportunidad de decirle que a mí no me importaba. © Not everyone will understand / VK
  • Estaba en una cita con un chico y, de repente, la conversación se agotó. Nos quedamos en silencio, sin saber de qué hablar. De pronto, él dijo: “¿Sabías que hay 13 subespecies de lobos? Al menos eso escuché” y empezó a hablar sobre eso. Pensé que era una “subespecie” de desesperación. Pero bueno, ahora sé mucho sobre el lobo del Archipiélago Alexander. © Not everyone will understand / VK
  • ¡Ayer tuve la mejor cita de mi vida! Conocí a un chico, fuimos a un restaurante, nos sentamos a comer ¡y de repente se le cayó un diente! Él lo envolvió cuidadosamente en una servilleta y siguió comiendo. Resultó ser un diente temporal, así que no era grave.
    Pero después de un rato, el diente desapareció. El camarero, al limpiar la mesa, se llevó la servilleta y la tiró a la basura. Mi novio, el personal del restaurante y yo pasamos media hora buscando el diente en el basurero. ¡Nunca me había divertido tanto en una cita! © Not everyone will understand / VK
  • En nuestra tercera cita, mi futuro esposo llegó vestido de una forma peculiar: ¡llevaba un traje de pesca! Yo iba arregladísima: vestido elegante, tacones, maquillaje, peinado, lo mejor de mí.
    Él me dijo que subiera a su viejo auto porque íbamos a ir de pesca. Y todo hubiera estado bien, pero nos quedamos atascados en el lodo y tuve que ayudarlo a empujar el coche, ¡con mi vestido de gala! A pesar de todo, la salida de pesca fue maravillosa: charlamos, comimos sándwiches, tomamos jugo y contemplamos el cielo nocturno abrazados junto al agua. © Mamdarinka / VK
  • Una vez salí con un chico y todo parecía ir bien. Pero en un momento, abrió una app del clima y empezó a hablarme sobre “fenómenos atmosféricos únicos”. Pensé: “Bueno, le apasiona el tema.” Pero después de media hora, se emocionó tanto que me mostró un mapa de todas las precipitaciones en el mundo durante un año. Al final no volvió a llamarme, probablemente porque me pasé toda la cita bostezando. © Caramel / VK
  • Una vez, en un café, un chico le propuso matrimonio a su novia, pero ella simplemente agarró su bolso y se fue. Nos quedamos todos en silencio, y él tampoco entendía nada.
    Cinco minutos después, ella regresó ¡con otro hombre! Lo abrazó y dijo: “Hace tiempo que quería contártelo. Decidí hacerlo hoy. Quiero presentártelo: es mi nuevo novio y lo amo. Lo siento.”
    El chico se quedó sentado, los meseros no sabían qué hacer. Yo sigo pensando: ¿para qué fue a esa cita? Hubiera sido más humano terminar la relación por mensaje. © Caramel / VK
  • Me invitaron a un café para tomar un café y pastel. Mientras conversábamos agradablemente, nos trajeron lo que pedimos. Yo elegí un café negro, que suelen servir bastante caliente. Traté de dar un sorbo, pero claro, no pude. Comenté casualmente que el café estaba muy caliente, dando a entender que iba a esperar a que se enfriara. Sin embargo, el chico llamó a la mesera, le gritó porque el café estaba caliente y exigió hielo, agua o cualquier cosa para enfriarlo. Yo me quedé en shock, le dije a la mesera que no le hiciera caso y que no se lo tomara a mal. Después de explicarle a ese “caballero” por qué no quería volver a verlo, aprendí muchas cosas nuevas sobre mí misma.
  • Empecé a salir con un chico y le mostré algunas fotos. Él estaba navegando por mi galería cuando, de repente, dejó caer mi teléfono y gritó: “¡Dios mío, lo siento! ¡Eso es obsceno!” Yo estaba confundida porque no tenía ninguna foto comprometedora. Revisé el teléfono y era una foto de mi dedo gordo del pie después de un procedimiento médico. El chico, claro, fue todo un caballero: no la miró bien y pensó que era algo íntimo. Se puso tan rojo de la vergüenza que yo no podía parar de reírme. © Stellabear12 / Reddit

aquí tienes más historias de citas que pasaron rápidamente de malas a un completo desastre.

Imagen de portada Stellabear12 / Reddit

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas