18 Niños que demostraron ser quienes llevan el gen del comediante en la familia

Historias
hace 2 años

En la vida hay pocas cosas tan duraderas como el recuerdo de las veces que, siendo niños, dijimos algo que hizo reír a todo mundo. Esas anécdotas son las que le ponen un granito de diversión a una que otra reunión; por eso, nuestros lectores han decidido compartir las pequeñas aportaciones que dejaron expuestos a los comediantes de la familia.

En Genial.guru, nos dimos un chapuzón en este mar de historias para compartirte aquellas que nos demostraron que los niños son una fuente inagotable de ingenio.

  • Mi hija, a los 4 años, tenía un catálogo donde venían los juguetes para pedirles a los Reyes Magos, y ella iba marcando los que quería diciendo: “Me lo pido, me lo pido”. Yo le dije: “Mi hijita, no puedes pedir esto, mira lo que cuesta”. La contestación de mi hija: “Mamá, si los que pagan son los Reyes Magos”. © Loli Bustos Ferrer / Facebook
  • Mi sobrina ya tiene 8 años y me preguntó: “Tita, ¿Santa Claus existe?”. Yo: “Sí, en los corazones de los niños”. Ella: “Ah, entonces no existe”. No supe qué decir. © Alethse Ward / Facebook
  • Llevé a mi niño de 8 años a vacunar, tenía mucho miedo y se puso a llorar. Le dije: “No llores, mira a los otros niños y niñas, no lloran y hay unos más chicos que tú”. Y que me contesta: “Y a mí qué me importan los otros niños”. Todas las personas se empezaron a reír. Él reía y lloraba al mismo tiempo. © Laura Leon Corzo / Facebook
  • La amiguita de mi hija dice: “Yo de grande seré chef y tendré un restaurante muy grande y bonito”. Volteo a ver a mi hija y le digo: “¿Y tú, mi amor? ¿Qué quieres ser de grande?”. Me dice: “Princesa e ir a comer todos los días al restaurante de ella”. © Fabiola Lugo / Facebook
  • Mi hijo, cuando tenía 4 años, mentía mucho, entonces le dije que le crecería la nariz si volvía a mentir. Fuimos con su abuela, que tenía la nariz aguileña, y estábamos sentados cuando de repente la miró de costado y me dijo: “Mami, pobrecita mi abuela, es una gran mentirosa”. © Norma Gomez / Facebook
  • Mi esposa me aplicaba inyecciones todos los días. Una vez, terminando de hacerlo, me mira mi nieto, que siempre nos acompaña, y mi esposa le dice que él sigue. Con solo 3 años, le contesta: “Yo ya tengo todas mis vacunas”. © Alonso Santa Atehortua / Facebook
  • Mi hija, cuando tenía 3 años, decía “mi capel” cuando pasábamos por una calle de nombre “Tucapel”. © Susana Becerra / Facebook
  • Yo hace poco le pregunté a mis sobrinos qué querían ser de grandes. La niña dijo que quería ser veterinaria, el segundo dijo que jugador de fútbol y el más pequeño dijo: “Yo quiero ser una moto, pero una moto de mentira”. © Nieves Melendez / Facebook
  • Mi hijo, cuando tenía 5 añitos, dijo: “Cuando yo sea grande me voy a casar contigo para que tú no trabajes, porque yo voy a trabajar y te voy a dar mucho dinero”. La inocencia de los niños es increíble. © Olinda Pineda Jaimes / Facebook
  • Cuando mi hija tenía como 4 o 5 años, se metió un objeto a la boca, no recuerdo qué era, pero le dije: “No te metas eso a la boca porque tiene microbios”, y ella, toda enojada, me dice: “No son tus crobios, son mis crobios”. Me ataqué de la risa. © Rosalia Herrera Pérez / Facebook
  • Mi hijo tenía de tarea hacer oraciones con varias palabras, una de ellas era “pan”. Le dije: “Haz una oración con pan”. Mi hijo dijo: “Yo como un sándwich”. Y yo de inocente le digo: “¿Y dónde está el pan?”. Me responde: “Pues en el sándwich”. © Juan Pablo Rabaj / Facebook
  • Mi hijo tenía 5 o 6 años y, cuando íbamos hacia la escuela, me preguntó cómo se creaban los niños. Empecé la explicación, pero me interrumpió, diciendo: “Mejor no me cuentes, cuando yo sea grande el sistema va a cambiar”. © Andrea Ciompi / Facebook
  • Mi hijo quiere una consola de videojuegos y me dijo: “Ya sé, se la voy a pedir a los Reyes Magos o a Santa Claus, porque a ellos no les cuesta, y así nos ahorramos el dinero” ¡Qué niños! © NiNis De Anis / Facebook
  • Mi hijo, en ese entonces tenía 4 años, en una fiesta de fin de año, estaba tocando toda la comida de las bandejas. Yo: “Hijo, no toques la comida que no te vas a comer. Uno toca solo lo que toma para comérselo”. Mi hijo corre a tocar las papas fritas que le había dicho que no podía seguir comiendo. Me dice: “¡Mamá, las toqué, las toqué! Ahora me las tengo que comer!”. ¡Touché! © Daniela Isabel / Facebook

¿Cuál fue la ocurrencia más graciosa que has escuchado de un niño? ¿Qué fue algo que hiciste que aún provoca carcajadas en las reuniones familiares?

Imagen de portada Laura Leon Corzo / Facebook

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