18 Personas que se han sentido molestas por sus compañeros de trabajo

Historias
Hace 3 semanas

Pasamos la mayor parte del día en el trabajo, por eso es tan importante sentirse a gusto allí. Pero algunos compañeros consiguen estropearlo todo, a veces ni siquiera por despecho. Uno decide cotillear sobre todo el mundo, otro se lleva la comida de los demás y hay quienes se van del trabajo antes de tiempo. En la redacción no podemos ni imaginar cosas así, pero los que cuentan estas historias tuvieron menos suerte con los colegas.

  • Teníamos un colega, que aún no era viejo, pero impregnaba toda la oficina con un extraño aroma: rancio y a farmacia, que podía confundirse con “el olor de la vejez”. Resultó que estaba tomando unas gotas sedantes con pachulí, que creaban ese olor inefable. © Anxiety Cake / ADME
  • Tenemos una empresa de contabilidad, cada empleado es responsable de varias empresas. Una mujer vino a una entrevista de trabajo, aunque llevaba mucho tiempo sin trabajar: se dedicaba a cuidar de sus hijos. Cuando le preguntamos qué sabía hacer, nos dijo que su esposo le había enseñado a encender una computadora. © GeneralovaOksana / ADME
  • En mi lugar de trabajo había una joven vegetariana. Siempre miraba los platos de sus compañeros y comentaba: “¿Tienes carne? ¿Pero has pensado en las vacas que se utilizan para...?”. Al mismo tiempo, ella pedía todos los días lo mismo en la cafetería: 2 chuletas de pollo y un poco de ensalada de verduras. Ante nuestro sincero desconcierto: “¡Tania, pero si tú también comes pollo!”, nos respondía con calma y orgullo: “¡El pollo no es un animal! Lo pueden comer los veganos”. © Steffika / Pikabu
  • Mi colega se quejaba de que su anterior compañero le obligaba constantemente a hacer todo el trabajo solo. ¿Adivina qué hizo cuando llegué yo? Me hizo lo mismo. Ahora tenía que trabajar solo 11 horas durante 6 días. Él siempre encontraba un motivo para irse antes de tiempo después de trabajar solo unas horas. © yeetusmcs****erson / Reddit
  • Una vez vino a una entrevista un hombre para un puesto de conductor de almacén que no sabía conducir. Porque la oferta de empleo decía: “Le enseñaremos todo”. © Denys Hordieiev / ADME
  • Yo era tutora. A mis chicos les enseñaba literatura una señorita muy especial. Aparecía al final de la clase y sus gritos podían dejarte sordo. Un día volvía a llegar tarde. Los alumnos hacían mucho ruido. Cuando por fin llegó la profesora, se enfadó. Me llamó a su aula. Me sacó de mi clase solo para criticar a los alumnos delante de mí, diciendo que mi clase era maleducada.
  • La empleada más joven de nuestra tienda tiene 18 años, pero actúa como si fuera responsable de todos y de todo. Difunde cualquier cotilleo, se lo cuenta todo a todo el mundo, aunque sea algo muy personal y confidencial. También va corriendo a la dirección para informar de cualquier nimiedad. © SprinkleOfBoredom / Reddit
  • En un trabajo anterior, a nuestro jefe una vez le desapareció una muda de zapatos (era una empresa médica). Le echó la culpa al nuevo empleado y le gritó. Más tarde resultó que los zapatos no habían desaparecido: la señora de la limpieza los había cambiado de sitio. Pero aquel empleado no tardó en renunciar. © Mad Bird Hawk / ADME
  • Mi jefe estaba obsesionado con los lápices. En su mesa había un portalápices con un montón de lápices idénticos y bien afilados. Lo primero que hacía al entrar en la oficina era comprobar cuántos lápices quedaban y lo afilados que estaban. Era como un ritual. Rechazaba categóricamente los mecánicos. Pensabamos que los utilizaba mucho. No, su secretaria nos dijo que sacaba punta a un par de lápices rotos, pero no usados, un par de veces a la semana. © Elina Linova / Facebook
  • Una vez trabajé en una oficina en la que el director solo contrataba mujeres y decía: “Se puede pagarles menos, que busquen hombres ricos. Pero a un hombre tengo que pagarle bien, para que pueda mantener a su familia”. © Mama Dearest / ADME
  • El chef de nuestro restaurante, cuando un compañero de trabajo le preguntó si era seguro servir sopa de 7 días, declaró: “Yo soy el chef y digo que está bien.” © KmsKitten / Reddit
  • Tras el despido de un empleado, revisamos los documentos de su mesa y encontramos una lista de libros que debía leer, entre ellos “Cómo sobrevivir entre tiburones”. Aunque tenemos un equipo amistoso, se comportaba con mucha arrogancia, mentía, llegaba tarde al trabajo (“Hola, estoy en un atasco”) o no venía. Encima pidió un bolígrafo Parker en una tienda online a nombre de la empresa. Menos mal que nuestro gerente nos llamó inmediatamente y nos preguntó si íbamos a encargar ese bolígrafo tan caro para el director. © Anna Boytsova
  • Nuestra compañera se enfada cuando no la ayudamos en su trabajo, pero nunca se ofrece a ayudar. Y se marcha 30 minutos antes de que acabe la jornada laboral. © According2kenz / Reddit
  • En el trabajo, dos amigas compañeras me regalaron flores por mi cumpleaños, y una compañera loca intentó sacar un par de flores del ramo para sí misma. Sin preguntar, cuando me fui. Pero de repente volví. Luego me acusó de vigilarla. © Howard’s Mum / ADME
  • Conseguí un trabajo. Pasé todo un año dando dinero a los colegas por los cumpleaños, y 2 días antes de mi cumpleaños nos enviaron un mensaje al chat del trabajo diciendo: “¡Buenas tardes! Un poco de información no laboral. Lo hemos discutido y hemos decidido que, mientras estemos en modo remoto, suspenderemos la entrega de dinero por los cumpleaños de los empleados del departamento. Cuando estemos en la oficina, lo reanudaremos. ¡Pero seguiremos felicitándolos! Con palabras, una canción, una foto... como pueda cada uno”. © qakman / Pikabu
  • Una nueva compañera le pidió a mi amiga que le diera unos caramelos. Mi amiga le tendió el tarro lleno, ella lo agarró y se fue. Nos quedamos un poco desconcertadas. Al cabo de un rato, mi amiga me sugirió: “Ve a pedirle que te los devuelva”. Al pasar al lado de su mesa, la vi sentada sin moverse, mirando fijamente hacia delante y metiéndose los caramelos en la boca uno a uno. Cada cinco segundos. Se comió todo el tarro. © Luxowell / Reddit
  • Recuerdo que trabajaba en una oficina con una señora en edad de jubilarse. Tenía tres hijos, muchos nietos, un montón de sucesos como “hoy han llevado a su nieta al kínder, resulta que a su madre se le ha olvidado ponerse las bragas”. Cuando venía a trabajar, por la mañana primero me contaba a mí todo lo que había pasado, luego a todos los que entraban en la oficina, después llamaba a todas sus amigas y les transmitía esta valiosa información a cada una de ellas. Por eso nunca conseguía hacer su trabajo a tiempo y se quedaba por las tardes, a veces incluso venía los fines de semana. Y, por supuesto, la dirección la consideraba la empleada más responsable y trabajadora. © Anxiety Cake / ADME
  • En nuestra oficina, los pies de un directivo apestaban monstruosamente, como si él siguiera vivo pero sus pies no. Cuando le pedimos que se dejara los zapatos puestos, respondió: “No me los quité”. © Marina Ivanova

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