18 Viajes en bus o metro que empezaron tranquilos y acabaron siendo leyenda urbana

Historias
hace 1 día

Quien haya usado el transporte público al menos una vez sabe que no se trata solo de llegar a tu destino. Es todo un universo de situaciones inesperadas, momentos curiosos y encuentros sorprendentes. Usuarios de internet compartieron sus historias que seguro te harán reír, sorprenderte o recordar tus propias aventuras en esos viajes.

  • Tengo una costumbre graciosa. Cuando hablo por teléfono, nunca sé qué hacer con las manos. Un día iba en el metro, charlando por el celular, sin pensar en nada más. De repente, después de un par de minutos, me di cuenta de que estaba quitándole pelusas, pelitos y motitas al abrigo de un hombre que estaba justo enfrente de mí ¡y él no le quitaba la vista a mis manos! Me quedé en shock unos segundos, luego siguieron unos instantes de silencio incómodo. Le sonreí, y él, muy tranquilo, me dio las gracias. © Habitación № 6 / VK
  • Viajaba en una combi llena hasta reventar. En una parada subió una abuelita, se quedó de pie en la entrada y le pasó el dinero al conductor. Justo en ese momento, el chofer arrancó bruscamente y todo el pasaje se fue hacia atrás. Me levanté en un segundo y, con todas mis fuerzas, logré sujetar a la abuela y sentarla en mi lugar. Mientras la ayudaba, vi que una chica iba a caer para atrás. Sin pensarlo, lancé mi mochila detrás de ella para amortiguar la caída. Un señor, que ya estaba sentado en el suelo, me miró y me preguntó: “¿Eres un ninja o qué?”. © Habitación № 6 / VK
  • Iba en el autobús, estaba aburrido y quise hacer una broma. Me quedé mirando fijamente a una chica sentada frente a mí, la observé por un rato, saqué el teléfono y dije: “Jefe, la encontré”. Y la muchacha, sin pestañear, agarra su celular y grita: “¡Me descubrieron, ayúdenme!”. Me quedé en shock. Todo el autobús estalló en carcajadas.. © Habitación № 6 / Telegram
  • Iba en una combi, todo tranquilo, un día cualquiera. De repente, en la parada, sube un señor con una caja enorme. Se sienta a mi lado y, de pronto... ¡la caja empieza a moverse! Al principio pensé que era mi imaginación, pero no, algo dentro claramente se estaba moviendo. El señor, como si nada, mirando por la ventana. Yo, en pánico, le pregunto: “Disculpe, ¿qué lleva ahí?”. Se gira tranquilamente y me dice: “Son ratas, nos estamos mudando”. Muchas gracias, desde ese día jamás volví a sentarme junto a la ventana. © Habitación № 6 / VK
  • Hoy presencié esta escena: una mamá con su hija suben al autobús. La niña mira a su madre y dice, bien fuerte para que todos escuchen: “Qué pena que no hay asientos libres”. Un chico joven le cede su lugar. La niña se sienta y de inmediato: “Qué pena que no hay lugar para mi mamá”. © Habitación № 6 / Telegram
  • Justo cuando las puertas del metro se estaban cerrando, vi a un chico de traje corriendo hacia el tren. De repente, se lanza de cabeza dentro del vagón. Sus piernas entraron justo antes de que las puertas se cerraran, ¡como si fuera Indiana Jones! Luego se levantó, se sacudió el polvo y dijo: “¡Vaya... pensé que lo perdía!”. Todos los pasajeros estallaron en risa. Es lo más gracioso que he visto en mis diez años usando el metro. © sublimescu / Reddit
  • Estaba en el metro leyendo un libro en el celular. A mi lado, un hombre se me queda viendo y me dice con voz molesta: “¿Vas a pasar la página o qué? Ya la leí”. Me giré a verlo y... ¡lo decía completamente en serio! Ni un poquito de broma. Me dio tanta risa que no pude evitarlo. Le pasé el celular, leyó un par de estaciones, me lo devolvió y se bajó como si nada. A veces siento que vivo en una serie de televisión, pero me encantan los personajes que me rodean. © Caramel / VK
  • Estaba sentado en el metro, frente a mí había una chica guapa. Me armé de valor por un buen rato para ir a hablarle, hasta que dije: “¡Ya, de una vez!”. El vagón estaba casi vacío, pero justo a su lado no había un asiento libre. Acercarme directamente me parecía raro, como si se sintiera intimidada. Así que le pedí al hombre que estaba junto a ella si se podía mover un poco. Me miró confundido, pero se movió. Entonces le dije:
    — Hola, ¿nos conocemos?
    — Hola, encantada. Me llamo María. Ya que estamos todos reunidos, te presento: estos son mi mamá y mi papá.
    Resulta que al que le pedí que se moviera ¡era su papá! No estaba preparado para eso. Al final me dio su número, pero nunca me atreví a llamarla. © LOL.Story | Historias divertidas de la vida real / VK
  • Una vez vi a un tipo estornudar tan fuerte que su cabeza presionó el botón de “Parada” en el autobús. El sonidito que hizo al tocarlo fue glorioso. © KryptonianD***n / Reddit
  • Viajaba en un autobús completamente lleno. En la parada del centro comercial, todos los pasajeros bajaron... menos yo. El bus siguió su ruta, hasta que de repente el conductor lo detuvo y se bajó. Cerró todas las puertas y se fue, dejándome sola dentro. Me sentí confundida y un poco nerviosa. Pasaron como 20 minutos hasta que el conductor regresó, bien tranquilo, ¡con un burrito en la mano! Y al verme ahí sentada, la cara que puso fue para épica.
  • Viajaba seguido en combi por la ciudad y, como no había mucho que hacer, me entretenía observando a la gente. En uno de esos trayectos, iba sentado mirando a los pasajeros. Algunos escuchaban música. Uno se quitó un auricular y dijo: “Bajo en la siguiente”. Otro hizo lo mismo: “Bajo en la siguiente”. Así, uno tras otro. Todos formaron una fila para bajar. El chofer, sin mirar atrás y bajando el volumen de su música, gritó: “¿Alguien se baja en la siguiente?”. © No todos entederán / VK
  • Una vez iba en una combi cuando, de pronto, entró una avispa y empezó a dar vueltas sobre los pasajeros. Voló directo hacia mí... y yo siempre le tuve pánico a cualquier cosa que zumbe. Así que, del susto, le solté un golpe con el teléfono, ¡y le di en plena frente a la señora sentada a mi lado! Por suerte, la señora estaba bien, la avispa salió volando medio atontada y, aunque no picó a nadie, yo me moría de la vergüenza. © Oído por ahí / Ideer
  • Un invierno de frío tremendo, mi esposa y yo subimos a un autobús. Junto a la puerta había un asiento doble, y uno de los lugares estaba libre. Al subir, vimos que, bien metida debajo del asiento, había una perrita callejera que seguramente se había subido para calentarse. El hombre que estaba sentado ahí no la veía.
    Mi esposa se acercó y, mirando al animalito, le preguntó:
    — ¿No muerdes, verdad?
    El señor, desconcertado, se dio la vuelta y, después de pensarlo un segundo, respondió:
    — No, no muerdo. © LOL.Story | Historias divertidas de la vida real / VK
  • Amo la actitud despreocupada de mi mejor amigo. Me contó que una vez iba tan cansado que se quedó dormido en la combi. Pero no por unos minutos... ¡sino toda la noche! Cuando despertó, estaba solo, tirado al fondo, el vehículo ya estacionado. El chofer ni lo notó y se fue directo al paradero. Él simplemente se levantó, abrió la ventana, se salió y se fue a su casa a seguir durmiendo como si nada. © No todos entenderán / VK
  • Iba en una combi y, frente a mí, estaba sentada una chica. Sacó un chicle del bolsillo y se lo metió en la boca. Yo, sin pensarlo, extendí la mano y dije bien fuerte: “¿Y para mí?”. Ella me miró sorprendida, y yo no entendía qué había hecho mal. Finalmente, lo entendí y le dije: “Ay, perdón, fue un reflejo”, mientras empezaba a guardar la mano de nuevo en el bolsillo. Ella se rio, me tomó de la muñeca ¡y me puso dos chicles en la palma! ¡Dos! ¿Lo pueden creer? © No todos lo entenderán / VK
  • Hora pico en el metro. En la estación subieron nuevos pasajeros. Junto a mí se paró una mujer. El tren arrancó y ella se giró hacia la joven que estaba justo detrás de ella, y le dijo con tono molesto: “¿Qué te pasa, por qué te me estás pegando?”. La chica cambió de expresión de inmediato y, tras una pausa, gritó: “¡Mamá!”. La mujer se volteó... y ambas se echaron a reír. © LOL.Story | Historias de la vida real / VK
  • Viajaba en el metro con una amiga. Las dos estábamos agotadas, la práctica en la universidad nos había dejado fatigadas. Frente a nosotras se sentó un chico que no dejaba de lanzarnos miradas extrañas. De pronto, giró su celular hacia nosotras. En la pantalla se leía: “Sonrían”. Hasta hoy seguimos recordando ese momento, y siempre nos saca una sonrisa. Parece algo simple, viajamos en metro varias veces al día, pero ese trayecto se nos quedó grabado. © Caramel / VK
  • Empecé a trenzarme el cabello mientras iba rumbo al trabajo, y la mujer sentada a mi lado tomó la iniciativa... ¡y terminó la trenza por mí! Me hizo una trenza de espiga bastante decente. © Espieglerie / Reddit

Durante los viajes en transporte público, a veces ocurren situaciones tan insólitas que uno no puede evitar preguntarse si no está participando en algún tipo de programa de cámara oculta.
¿A ti también te ha pasado algo curioso durante un trayecto así?

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