19 Trabajadores afortunados a los que le tocó la lotería con sus jefes

Historias
hace 10 meses

En el mundo laboral, no todo son desdichas. Hay personas que disfrutan de su trabajo y encuentran grandes amistades entre sus compañeros. También, hay empleados que se sienten felices y agradecidos con sus jefes. Hoy, serán ellos quienes nos cuenten cómo sus empleadores dejaron una huella en sus vidas, ya sea a través de gestos generosos, apoyo y comprensión, o por haber sabido crear un entorno laboral sano y motivador que les permitió crecer profesionalmente.

  • Mi jefe me sacó de un gran apuro económico. Estaba tan preocupada que se dio cuenta de que algo andaba mal. Había sacado un crédito para comprar un vehículo, me atrasé y se me hizo imposible pagar. Él canceló toda la deuda, no solo la atrasada, sino también las 6 cuotas restantes que me quedaban por pagar, y me las fue descontando mes a mes sin intereses de mi sueldo. Fueron más de 15 años trabajando para él, un gran ser humano. © Luisa Cardenas / Facebook
  • Cuando nació mi bebé, mi jefe y su esposa pagaron mi parto y me dijeron: “Haz todo lo que necesites para el bebé, para que ya no pidas permiso”. A medida que mi bebé crecía, siempre me dieron permiso para los festivales. Si la guardería no tenía servicio, lo llevaba a la oficina conmigo. Siempre fueron muy amables. © Dyan Gallardo / Facebook
  • Mi jefe es doctor y no solo me dio la oportunidad de trabajar sin tener experiencia, sino que también me operó varias veces y me operaron en su clínica sin cobrarme un solo peso. La verdad es que le debo la vida. Nunca podré pagarle más que con mi agradecimiento infinito. © D Lara María / Facebook
  • Mi exjefe, que en paz descanse, me daba todas las facilidades para ir a ver y atender a mi mamá, que estaba muy enferma y era quien me consolaba cada vez que su salud empeoraba. Qué pena que nunca pude decirle lo agradecida que estoy con él, falleció antes que mi mamá en un accidente© Cecilia Brenner / Facebook
  • Mi actual jefe me permite usar el carro de la compañía para asuntos personales. Una vez lo utilicé durante cinco semanas y solo me preguntó si todo estaba bien y me dijo que podía seguir usándolo. Nunca había estado tan a gusto en un trabajo. Eso no significa que nunca vaya a renunciar, pero sí es verdad que aprecio a todo mi equipo de trabajo como nunca lo había hecho antes. © Velasquez Y Velasquez / Facebook
  • Mi jefa, todos los viernes de verano, me dejaba irme dos horas antes de mi hora de salida para que pudiera estar con mis hijos. Gracias, te mando un abrazo en el cielo y agradezco enormemente tu especial consideración hacia mí y mi familia© Gonzalo Noriega / Facebook
  • Lo mejor que mi exjefe hizo por mí fue despedirme. Teníamos mucha confianza el uno en el otro, y yo le expliqué que sentía que mi etapa en esa empresa ya había terminado. Había aprendido y puesto en práctica muchas cosas con ellos, y estaba listo para probar suerte en otro lugar. Él me dijo: “Si renuncias, recibirás una suma de dinero, pero si yo te despido, recibirás mucho más”. Hicimos cálculos y él tenía razón, había diferencia. Así que me despidió y me hizo cartas de recomendación en las cuales especificaba que me había despedido de buena manera y por razones ajenas a mi desempeño. Al irme, me dijo: “Bueno, mi loco, te vas con las puertas abiertas. Cuando quieras regresar, aquí estamos”. Me agradeció por todo lo compartido y aún conservamos amistad© Hades Vharghillas / Facebook
  • Yo trabajaba en dos supermercados, en uno de día y en otro de noche. Me ocurrió un pequeño accidente y en mi trabajo nocturno comenzaron a asignarme horario diurno, el cual chocaba con el horario de mi otro trabajo. Hablé con mi jefe para renunciar al trabajo nocturno y su respuesta fue: “Debes tomar una decisión basada en lo mejor para ti y tu familia”. No lo dudé y me quedé en ese trabajo. Tiempo después, mi padre estuvo hospitalizado. Informé en mi trabajo y me ausenté durante un tiempo. Cuando regresé, le entregué a mi jefe una nota del hospital para justificar mi ausencia, él me la devolvió sin leerla y me dijo: “No necesito esto, solo dime en qué te puedo ayudar y lo haré”. Es el mejor jefe que se puede tener. © Cielito Lindo / Facebook
  • Un día, mi jefe puso en pausa una junta de trabajo muy importante con todo el equipo directivo solo para que yo pudiera ir a recoger a mis hijos al colegio y llevarlos a casa. A mi regreso a la oficina, reanudamos la junta. Esas cosas se agradecen y no se olvidan. © Arturo Guerrero T / Facebook
  • Ya estoy jubilada, pero jamás olvidaré a mi jefe y le estaré eternamente agradecida. Mi hija enfermó; tenía un tumor cerebral y desde el primer día conté con el apoyo de mi jefe y su esposa. Mi hija fue operada y yo tuve que faltar un mes a la oficina. A pesar de eso, recibí mi sueldo completo e incluso más. Sería muy largo contar todos los detalles, pero en resumen, gracias a Dios y a él, mi hija está viva. © Guadalupe Avila / Facebook
  • Para entrar al negocio donde yo trabajaba, había que hacerlo por el garaje, el cual tenía una puerta grande y pesada que subía y se deslizaba por el techo. Era antigua, y para abrirla, había que jalar con fuerza de una soga. Cuando mi jefe se enteró de que estaba embarazada, instaló un dispositivo para abrirla electrónicamente. Después, cuando mi hijo nació, le dije que ya no podría seguir trabajando porque no podía dejar a mi hijo en una guardería. Él acondicionó una de las habitaciones de la oficina para que yo pudiera poner un corralito para mi bebé, y me dijo que podía traerlo sin problemas. A pesar de que él no tenía hijos y no le gustaban los niños, siempre cargaba a mi hijo si lloraba y lo distraía para que yo pudiera terminar mi trabajo. Fue muy bueno conmigo. © Fernanda Rimmer / Facebook
  • Mi exjefa es un amor de persona. En el trabajo era una fiera, y es comprensible que haya llegado tan lejos. Sin embargo, siempre estaba dispuesta a ayudar. En mis cumpleaños, siempre me enviaba lo que podía para que pudiera disfrutarlo al máximo con mi familia. Le agradezco enormemente todo el apoyo que me brindó. © Isai Viera Martinez / Facebook
  • En una ocasión, tenía un compromiso económico importante y mi jefe me vio preocupada. Le conté mi problema y él me dijo: “Yo te presto el dinero, paga todo lo que debas”. Lo fue descontando de mi sueldo en cuotas cómodas y sin intereses. Le estaré eternamente agradecida por su infinita generosidad. © Astrid Tabares / Facebook
  • Cuando nos dieron el diagnóstico de mi papá, que le quedaban solo tres o cuatro meses de vida debido a un cáncer de páncreas terminal, mi jefe me consoló como si fuera mi padre. Después de haber llorado, me dijo: “Lávate la cara para que cuando llegues a casa no se note que has llorado. Sé fuerte, lucha y brinda lo mejor de ti a tu papá. No te preocupes por el trabajo, tómate el tiempo que necesites, tu puesto te espera y recibirás tu sueldo completo”. © Alondra Miranda / Facebook
Imagen de portada Cielito Lindo / Facebook

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