Pasamos tanto tiempo en el trabajo que nos hacemos muy amigos de nuestros colegas y clientes. Y entre ellos hay gente tan cariñosa que se pueden mantener largas y sinceras conversaciones tomando un litro de café, y personas con las que, sencillamente, no puedes estar ni un minuto. Estas últimas son muy comunes.
“Un colega cambió el fondo de nuestro becario a ’pantalla azul de la muerte’ cuando se alejó de su mesa. El pobre reinició su computadora un montón de veces antes de darse cuenta de que era una broma”
Trabajo como director y por la mañana me gusta tomar café y mirar por la ventana. Un día, vi a una chica en el edificio de enfrente, ella también tomaba café. Estuvimos intercambiando las miradas durante 5 días. Y hoy esta señorita se ha acercado a la ventana y ha mostrado una hoja deque decía: “¡Contrátame, no me gusta este sitio!”.
“El cargador del teléfono de mi colega. Todavía se las arregla para funcionar de alguna manera”
Cuando tienes una mala suerte con tus futuros colegas
Fui a solicitar un trabajo. Olvidé mi cartera en la oficina donde estuve rellenando un formulario de solicitud. Volví un minuto después y pregunté si alguien la había encontrado. Una mujer dijo: “¿Esta?”. Confirmé, me la entregó, miré adentro y no había dinero. Me quedé indignado, claro, preguntando dónde había ido a parar mi dinero. Y entonces esta mujer y otras tres personas empezaron a entregarme billetes. Solo había pasado un minuto, ¿y ya lo habían repartido todo? Me sentí indignado.
“Mi colega se sienta en mi camión así todo el tiempo”
Uno ya puede componer canciones sobre ancianas en las clínicas
Trabajo en la clínica. Eran casi las 8, iba deprisa a mi despacho, me acerqué al elevador. De repente, una anciana diminuta y de aspecto frágil me empujó bruscamente, diciendo: "¡Tengo una cita!". De manera que entró primera. Le dije: "Pero si tienes cita conmigo, ¿por qué empujar?". Pero ella no dijo nada, ¡ni siquiera se avergonzó!
“Mi colega trata la oficina como si fuera su casa. Tengo que limpiar todo lo que ensucia”
Conseguí un trabajo hace seis meses, y al mismo tiempo una empleada salió de la baja por maternidad. Su niño no tiene ni 3 años, naturalmente, enseguida empezó a pedir bajas médicas. Durante 6 meses estuvo de baja 9 veces. Siempre la traté con comprensión, yo también tengo hijos, no puedes hacer nada al respecto. Llegó el momento de pedir vacaciones, mi colega fue la primera en irse, y luego tuve que ir yo, ¡pero no pudo ser! Se puso enferma durante las vacaciones y ahora quería prolongarlas. Los jefes me ofrecieron aplazar las mías, pero tras mi negativa le pidieron que volviera al trabajo. E inmediatamente me convertí en su enemiga número uno por este motivo.
“En nuestra oficina no nos permiten controlar la temperatura, pero mi colega ha encontrado una solución para cuando tiene frío. Simplemente rocía el termostato con un spray refrigerante”