15 Tuits certeros de personas cuyos cerebros funcionan distinto a los de los demás

Generalmente, por la mañana todos los éxitos de taquilla y comedias románticas en las que tenemos el rol principal durante la noche se desvanecen como el humo. Y solo un par de palabras dichas accidentalmente en voz alta indican que nuestra vida en los sueños es extraña, variada y tiene su propia lógica.
Genial.guru ha recopilado frases de personas dormidas que demuestran que nuestra vida es cien veces más interesante en los sueños que en la realidad. Y al final del artículo hay un bono: la historia del sueño de un agente especial fracasado.
Durante el embarazo, por alguna razón comencé a hablar dormida. De vez en cuando divertía a mi esposo con frases tipo:
"¿En qué parte de la luna se inserta el reloj?"
"¡No quiero ser un pelícano, llévate el geranio!"
"Gris, gris, gris... ¡Dame un espejo de colores!"
"¿Pero qué haces? ¿No ves que el semáforo está en cero?"
"Buenas tardes, mi nombre es Alejandro. ¿Qué le ha pasado? ¿Con quién tengo el gusto de hablar? ¿Ya ha llamado a la policía? Describa el daño del auto. Una abolladura en el ala izquierda, la puerta rayada. Por favor, deme el número de la patente..."
Y sigue hablando con el cliente. ¡Pero su teléfono no había sonado!
Y al final de la conversación dice con la misma voz enérgica:
"¡Gracias por comunicarse con nuestra empresa!"
Una vez gritaba:
"Devuélvanme mi nube, ¿dónde está mi nube?"
—Miguel, ¿qué estás comiendo?
—Clavos.
—¿De dónde los sacaste?
—¡Me los dio mi mamá!
Terminó de masticar y seguimos durmiendo.
—Bzzzzz... Buzzz... Buzzz...
—¿Qué estás haciendo?
—Me estoy infiltrando en un grupo de mosquitos.
"¿Qué?"
Mi esposo, claramente molesto por mi falta de atención, irritado, dice:
"Pero no vayas a perderla".
Yo, ya despierta, siento curiosidad por su trama somnolienta, y pregunto:
"¿A quién?"
A lo que mi marido, con voz de las mejores películas de galanes, dice:
"La cau-te-la..."
—¡Mira, mira!
—¿A dónde?
—¡Ahí, donde está el hombre!
—¿Qué hombre?
—Ah, me olvidé de que no puedes ver mis sueños.
—Alex, ¿a quién amas?
—Al plástico.
—¿Qué plástico?
—Poliestireno extruido.
Las refacciones de casa prolongadas no llevan a nada bueno.
Soñé que no me aceptaban en el servicio secreto porque cuando alguien hablaba a mis espaldas, mis orejas se volvían hacia el lado de la conversación. Como las de un gato. Me dijeron que me ponía en evidencia, y por eso no podía ser un agente especial. Sigo ofendido incluso después de haberme despertado.