En mi familia también pasa como en la historia del regalo de la caña de pescar. Mi madre siempre regalaba a mi padre cosas con las que ella quería quedarse y que a él no le gustaban XD
20 Historias de personas que “tuvieron demasiada suerte con su familia”
Como es bien sabido, la familia no se escoge, pero ¿qué hacer cuando sus miembros dicen cualquier cosa y se comportan a su antojo? Por supuesto, escribir sobre ellos en Internet. Te presentaremos la historia de una abuelita con el cabello rosa, una hermanita que masticó lombrices y sobre personas que definitivamente no se aburren cuando están rodeadas de sus seres queridos. Después de todo, la familia no se cambia por nada.
Genial.guru ha buscado en las redes sociales historias sobre familias que viven de acuerdo con sus propias reglas, sin precedentes y violan todos los normas imaginables.
- Cuando voy con mi esposo en el carro y nos encontramos con una caravana nupcial, él, cómo cortesía, empieza a tocarles el claxon y después les grita por la ventana: “¿A dónde van? ¡Piénsenlo dos veces!”. Simplemente lo amo.
- Estoy resignada al hecho de que mi risa es parecida al chillido de una hiena. Pero la manera en la que estornudo es cosa de otro mundo. Los gatos se esconden bajo la cama o detrás del candelabro, incluso la vajilla resuena junto con los vidrios de las ventanas. La primera vez que estornudé frente a mi esposo se espantó tanto que se tiró el café encima. La semana pasada, el ruido fue tan intenso que los vecinos llegaron a preguntar si todo estaba bien. Lo más gracioso fue que mi vecino venía preparado con un bate de béisbol.
- De vez en cuando, le pregunto a mi esposo qué quiere ser cuando sea grande. Por lo general no se ofende, ya se ha acostumbrado a las miradas de los demás. Él mide 1,65 y yo 1,88.
- Mi papá siempre le da regalos muy prácticos a mi mamá: sartén, aspiradora y multiolla. El último regalo no fue la excepción: una caña de pescar. Papá argumentó que irían de pesca juntos y pescaría algo para ella. Hoy es el cumpleaños de mi papá y mi mamá se autoregaló un abrigo de piel argumentando que ellos saldrían juntos y él estaría encantado de mirarla tan elegante.
- Envié a mi esposo de compras y él compró un perro. Debido a su triste aullido, le permitimos dormir en nuestra cama. De ahora en adelante, no volveré a confiar en él para ir de compras.
- Cuando me despierto por la mañana con una mala apariencia, mi esposo dice que soy: “una belleza que no ha sido tocada por la civilización”. Entonces, sin ayuda del espejo, comprendo que pronto debo utilizar los regalos de esta civilización, es decir, maquillaje.
- Los fines de semana, mi familia y yo adoramos ver melodramas con la típica historia: una chica y un par de pretendientes. Al verla, hacemos una apuesta sobre los pretendientes y así tratamos de averiguar con quién se quedará la heroína. El que pierde tiene que hacer todos los deberes de la casa.
- Vi a mi hermana menor fumando. La amenacé con decirle a mamá si no dejaba de hacerlo. Por la tarde recibí un regaño de mi mamá porque, según ella, ¡obligué a mi hermana a fumar!
- Mi hermano mayor trajo a casa unos polluelos huérfanos y dijo que teníamos que alimentarlos con pedacitos pequeños de gusanos. Él me dijo que la baba de los hombres era “venenosa” para los pequeñines y por esa razón solamente las madres alimentan a sus crías. Me pareció algo bastante lógico y por eso mastiqué cinco lombrices sin llorar durante todo el proceso.
- Un poco sobre nuestra relación: campeones sincronizados en carcajadas por puro placer. Hombre de 31 años, mujer de 27, 7 años juntos y padres de dos niños.
- Me encontré con un amigo que tenía una densa barba y le pregunté:
—¿Por qué te has dejado crecer la barba?
— Decidí hacerle un regalo a mi esposa para el día de su cumpleaños.
— ¿A tu esposa le gustan los hombres barbudos?
— Al contrario los odia. El día de su cumpleaños me afeitaré.
- Nos hemos mudado a nuestro nuevo departamento y lo primero que hizo mi esposa fue pegar las cifras en la puerta de la entrada, después me llamó entusiasmada para mostrarme y esperando mi reacción... Bueno, no lo sé, aparentemente, están bien alineadas.
- Mi esposo y yo no estamos casados. Tenemos dos hijos y todo va bien, pero yo, al igual que todas las chicas, siempre quise tener una boda. Hace dos meses, mi hija mayor me preguntó: “Mamá, ¿cuándo se van a casar?”, yo le respondí: “Cuando las ranas críen pelo”. Ayer entraron mis hijas a la recámara. La más pequeña estaba vestida de verde y en su frente tenía escrita la frase “Soy una rana” y ¡me mostró su pelo! La mayor la comenzó a apoyar. Ahora espero que todo se cumpla.
- Cuando convencí a mi mamá de que me comprara un gatito, me advirtió de una manera muy estricta que yo sería responsable por su cuidado. Por supuesto, yo acepté. Y aquí estoy, cuidándolo, alimentándolo, bañándolo y cambiando su caja de arena. Él duerme con mi mamá, quien cariñosamente lo llama “mi peludito” y ella misma lo recoge por las noches de mi cama si él no va con ella.
- Ayer, mi bisabuela de 78 años se tiñó el cabello de rosa y vino a ver a mi hija. Le dije: “Wow, usted sí que está a la moda”. Ella me respondió que simplemente se había preparado para el cumpleaños de su bisnieta, ya que ella adora todo lo rosa.
- Me compré unos aretes en forma de araña. Decidí jugarle una broma a mi mamá y, como resultado, obtuve un sartenazo en la oreja. No debí haber espantado a mi mamá mientras lavaba los platos.
- Hace poco, mi padre y yo fuimos al supermercado. En la caja, abrió su billetera y se le cayó una vieja hoja de cuaderno. Mientras pagaba, desdoblé el papel y comencé a reír como loca. Cuando tenía 10 años y discutía con mi papá, me iba a mi cuarto y escribía en una papelito “¡Erez un oprezor! Te odio” y se lo dejaba en la mesa. A la mañana siguiente, la nota ya no estaba. Recordé que había escrito con tales faltas de ortografía para hacerlo enfadar, ya que él era mi profesor de español.
- Mi abuela ya está demasiado vieja y no tiene nada de fuerza en sus manos. Sin querer, dejó caer una taza de té y se rompió en mil pedazos. Mi madre dijo suspirando: “¡Ten más cuidado!” y comenzó a limpiar. Durante el proceso, empujó un florero y, por supuesto, fue su fin. Me reí tanto de que ella misma no siguiera sus propios consejos, en ese mismo instante, mi teléfono cayó y se rompió la pantalla. Por la tarde, le contamos esta historia a mi papá, él se rio de nosotras y cuando fue a la cocina, se le cayó la tetera. Definitivamente no hay ninguna duda de que somos familia.
- Últimamente, en la familia hubo descontentos: mi mamá dejó de amar a mi papá y estaba lista para irse de casa. En un mes preparó todo para irse a otra cuidad. Mi papá intentó hacer algo para que el amor regresara, pero al final, no consiguió nada. Entonces vi por primera vez las lágrimas de mi papá. Fue doloroso. Hoy por la mañana, mi papá le ayudó a mi mamá con la mudanza. Por la tarde, le hablé a mi papá: ¡ellos vienen juntos de regreso!
Y tú, ¿tienes familiares parecidos? Comparte tus historias familiares en los comentarios y hablaremos de ellas en el próximo artículo.
Comentarios
Me reí mucho con la del hombre que se deja la barba para luego afeitarse por el cumpleaños. ¡Menudo regalo!
Puagggg! Que asco la historia de masticar lombrices para los pollitos.
Adorables las niñas que quieren que sus papás se casen.
Mi familia también es bastante bromista, en Navidad siempre hay algún regalo bajo el árbol que es un broma y siempre nos hace reír.