20 Objetos extraños cuyo propósito real quizás solo unos pocos podrían adivinar

Dicen que no hay que juzgar un libro por su portada, pero seamos honestos... todos lo hacemos de vez en cuando. Sin embargo, la vida se encarga de darnos lecciones épicas sobre lo engañosas que pueden ser las apariencias. Desde situaciones que parecen un desastre, pero terminan siendo una gran anécdota, hasta personajes que resultan todo lo contrario de lo que pensábamos, estas historias demuestran que juzgar a alguien por su ropa es como apuntar con el dedo al cielo.
Fui a un salón de belleza. Me tiñeron las cejas con henna. La estetecista me dijo que tenía que pasear durante unos 30 minutos. Fui a una tienda de trajes de baño de al lado, pregunté por mi talla y una chica de unos 20 años me dijo secamente: “No tenemos nada para usted. ¡Tenemos precios a partir de 40 dólares!”. © Natasha Gorbenko / Facebook
Si algo nos dejan estas historias, es que la vida es básicamente una experta en cambiar el libreto. Así que la próxima vez que saques conclusiones demasiado rápido, recuerda: las apariencias engañan, y a veces lo hacen con un nivel de maestría digno de un mago profesional.