Qué bondad con ese puesto callejero
20+ Pruebas de que el mundo existe gracias a las personas de gran corazón
Cuando ves cómo algunas personas le dan de comer a un gatito de la calle, ofrecen el asiento en el transporte público, ayudan a levantarse a quien se ha caído, o devuelven un objeto perdido, el alma se llena de alegría. Ya que solo personas realmente buenas son capaces de hacer cosas así.
Genial.guru, gracias a estas fotos, sonrió y recordó que el mundo aún está lleno de cosas buenas. Al final del artículo los espera un bono con historias que conmovieron a los usuarios de internet.
“Mi abuela hizo esta manta para un pequeño elefante llamado Khanyisa, de Sudáfrica. ¡El regalito desde Inglaterra le llegó ayer y está muy feliz con él!”
Puesto callejero con flores y vegetales gratuitos. Se llevaron todo en 6 horas
“Le quitó la sed a la ardilla”
“Una gente buena la encontró ayer. Espero que pueda recuperarse”
“Hoy con mi padre inauguramos una librería pública”
Este joven tenía una entrevista de trabajo y necesitaba ayuda para anudarse la corbata
“Le di al abejorro agua con azúcar, él pudo recuperarse y volar fuera del edificio”
“Nuestra vecina de 10 años dejó esto en nuestra puerta. Su mamá nos contó que ella sembró semillas y quiso compartir sus pequeñas plantas”
Pequeños gestos de bondad
“Me dirijo al desconocido que hoy pagó por mi sándwich: los últimos días fueron duros para mí. Su gesto de bondad y esta comida me dieron fuerzas para seguir, gracias”
El oficial de policía ayuda a la persona mayor a cruzar la calle
“La hermana de mi amiga perdió las llaves del coche mientras corría. Alguien se ocupó de que las encontrara”
Los salvavidas ayudaron a los patitos que no lograban salir del agua de la represa
El bien siempre vuelve
“Rescataron al gato del agua”
“En la mayoría de los casos, la gente dice cosas negativas de los taxistas. Hoy me encontré con la situación contraria. El conductor, con su dinero, organizó este gesto de comodidad para los pasajeros”
“Cargadores de teléfonos, dulces y chicles, botella de agua, servilletas (húmedas y secas), cepillo para zapatos y auriculares Bluetooth. En el coche se compartía el Wi-Fi y la música se acompañaba con videos en el teléfono”.
“Me gusta ver gestos de bondad casuales”
Balones de baloncesto gratis.
“Hoy el piloto dibujó esta cara en el cielo justo encima de nuestro edificio”
“Piensa de forma global y actúa de forma local”
“Me olvidé el Nintendo en la habitación del hotel durante el viaje. Gracias al cielo, el personal del hotel lo encontró y me lo enviaron por correo a mi país, encima agregaron una nota”
“¡Buen día! Nos dimos cuenta de que has olvidado tu consola. No has perdido el progreso en el juego, ya que guardamos todo. Además, te subimos la actualización. ¡Que tengas un lindo verano!”.
Gesto de bondad casual
“Alguien dejó estas 2 canastas con dulces de Pascua bajo nuestra puerta”
“Hicimos un rincón de libros en el departamento de oncología”
“Encontré este precioso regalo en la canasta de mi bicicleta. Es una botella isotérmica de agua que estaba envuelta de una forma muy linda”
“Esto es una demostración de un gesto de bondad casual”.
Bono
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Mi abuelo es trabajador veterano. Llevaba trabajando 49 años y 7 meses en la fábrica de producción de faroles. Estaba cansado, pero quería llegar a los 50 años laborales. Hace poco, en la fábrica contrataron a una chica ciega. Ella estaba sin marido y con un niño. Pero la semana pasada le comentaron que se tenía que ir, ya que los volúmenes de producción cayeron y que no les convenía conservarla. Mi abuelo averiguó previamente si la iban a dejar en caso de que él se fuera y le confirmaron que sí. Él presentó su renuncia y ahora, a partir del día 16 de marzo, es jubilado. Me dijo: “Mi conciencia no me lo permitiría, igual iba a trabajar 6 meses más y me jubilaría. Pero esta chica ciega no tiene a donde ir. No podría dormir si me quedara”. Solo quise compartir esta historia, mostrar el orgullo que tengo por mi abuelo. © SavkinDi / Pikabu
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En tiempos de crisis me quedé sola con 3 niños. No nos pagaban el sueldo y los niños pasaban hambre. Una vez, vi en la tienda galletas sueltas. Como tenía poco dinero, pedí 300 gramos. La vendedora preguntó: “¿500 tal vez?”. Le dije que no me alcanzaba. ¡Entonces esa mujer saca debajo del mostrador una bolsa llena de migas de diferentes galletas y me lo entrega! Me dice: “Toma, no te espantes, son los restos que quedan en los paquetes de galletas, lo juntaba para mí. Toma un paquete de margarina, harina y prepara una masa, agrega las migas a la masa y ponlo a hornear, yo siempre lo hago y sale muy rico”. Ahora estoy sentada llorando y escribo todo esto. Lo hice tal como me enseñó. Las migas me alcanzaron para hornear tres fuentes llenas. Y la verdad que sí resultó ser muy rico. Los niños estaban muy contentos. Pasaron ya muchos años y yo sigo recordando a esta buena mujer, se lo agradezco tanto. Quizá ella esté leyendo esta historia. © zhenimama2 / Pikabu
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Este invierno fue muy duro para mí. Viajaba en metro llorando, tenía que llegar a la estación terminal. No paraba de llorar. Un día se me acerca un joven bien vestido y me entrega un paquete de servilletas diciendo: “Todo va a estar bien”. Ese gesto en verdad me calmó y pude tranquilizarme. Me impresionó que aún existan personas comprensivas. Lamento que en esa ocasión no le miré la cara. A veces me acuerdo de esa historia y sonrío. © Habitación N° 6 / VK
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Trabajo de camionero y nunca llevo chicas guapas y jóvenes. Trato de ayudar a ancianos, gente pobre o extraña. A una chica guapa siempre alguien la llevará, en cambio a estas personas no les va a ayudar casi nadie. La verdad es que no me gusta llevar pasajeros, pero cada vez despierta una voz en mí que dice: “¿Quién lo hará si no lo haces tú?”. Por eso me detengo y les ayudo. © Oídoporahí / Ideer
¿Qué ejemplos de demostración de bondad has visto?
Comentarios
Gran idea la biblioteca pública
Muero de amor con la niña de 10 años que dejaba plantas a los vecinos
El gesto de las zapatillas me emocionó
Tengo dos vivencias para compartir:
1.- En el año 2004 mi esposa y un servidor estábamos en la búsqueda de empleo; con un bebé de ocho meses por alimentar y la falta de recursos económicos, nuestra situación era muy precaria. En el dia de San Valentín caminábamos por la calle y vimos pasar un vendedor de churros... Pude ver cómo mi esposa vió esos churros azucarados y fue entonces cuando le pregunté si quería uno, ella asintió y llamamos al vendedor, le compramos uno (solo nos alcanzaba para uno), el vendedor nos atendió y al final nos obsequió un churro más. Fué una bendición en ese momento, pues pasábamos dificultades en ese momento.
2.- Muy cerca de ahí, a una cuadra de donde un buen hombre nos obsequió un churro azucarado, pedí agua para beber en una casa. Salió una chica relativamente joven, .e escuchó y me pidió que le esperara, entonces nos dió agua fresca, esperó a que bebiéramos mi esposa y yo y después nos dió mas agua para llevar en una botella. Dos actos de enorme bondad en un mismo día.