500.000 USD por polvo lunar 🤯
¿Cuánto valdría para ti una pizca de polvo? ¿Sin oro ni platino, solo un poco de polvo de Luna? Una subasta reciente vendió por medio millón de dólares literalmente solo una pizca de lo que hay en el satélite. Pero esta cantidad minúscula de polvo se valoró tan alto por su relevancia histórica. Esa pizca provenía de una pequeña bolsa que Neil Armstrong recolectó en la misión Apolo 11 en 1969. Fue una gran parte de la historia humana y un recordatorio físico de cuando el hombre aterrizó por primera vez en la Luna, algo tomado de un lugar al que nadie más había podido acceder. Vender algo de la Luna abre un debate completamente nuevo sobre la legalidad de poseer, usar y vender recursos espaciales de partes no reclamadas del sistema solar. Actualmente, el mundo cumple con el Tratado del Espacio de 1967, que describe los fundamentos de la ley espacial moderna.
Este tratado, establecido hace mucho tiempo, no predijo el uso lucrativo de los mundos exteriores para la utilización de recursos. Aunque impide que alguien reclame la propiedad de nuevos mundos, el valor potencial de estos territorios no reclamados no tiene precio. La Luna no es solo un trampolín para la futura exploración del espacio exterior, sino un lugar en el cual prosperarán algún día las bases lunares y posiblemente ciudades enteras. Para este propósito, los humanos necesitarán desarrollar estaciones espaciales y fábricas para ayudar a los transportistas a cruzar a nuevos mundos. Este proyecto necesitará unas buenas inversiones. Las estaciones mineras proveerán la economía de la hipotética “ciudad lunar”. Habrá infraestructura y transporte a la Luna y de regreso. Todo esto costará mucho, mucho más que un recuerdo de cuando el hombre pisó la Luna por primera vez. Entonces, aparte del polvo de este satélite, ¿qué más podría ser valioso en él?
Hay valor en los recursos de la Luna. No sabemos los números exactos, pero se estima que hay más de lo que se pensaba en el pasado. Se cree que en el satélite natural de la Tierra abundan el hierro, níquel y cobalto, entre muchos otros. Estos minerales brindan el potencial para construir una ciudad lunar. Al igual que en la historia humana, las ciudades de todo el mundo son un reflejo de los recursos que abundan en su entorno, y la ciudad lunar será igual en ese sentido. Una ciudad gris, paredes hechas con metal, polvo de hierro y un concreto de arena lunar, con grandes ventanales hechos de la ilimitada arena disponible.
La Luna también es rica en silicio, un ingrediente importante en la producción de paneles solares. Hay calcio que se usará para fabricar las células solares a base de silicio, junto con otros minerales, como óxido de titanio, hierro y aluminio. El océano de magma lunar lleva inactivo mucho tiempo, pero debajo de su superficie hay magnesio. Es especialmente abundante dentro de la corteza inferior, y es útil para muchos propósitos, sobre todo para aleaciones en viajes espaciales previstos. La producción de acero requiere muchas fuentes de carbono, de importancia crucial para sustentar las megafábricas y los muchos miles de naves que se construirán. Numerosos materiales conocidos como tierras raras se utilizan en todo lo eléctrico. Son cada vez más valiosos, y su extracción es más necesaria a medida que avanza la tecnología, especialmente de vehículos eléctricos y turbinas.
Aunque las tierras raras son abundantes en nuestro planeta, no las encontrarás en muchas áreas concentradas. Están dispersas por toda la Tierra, por lo que localizarlas y extraerlas es bastante costoso, aunque cada año son más necesarias. El proceso de búsqueda y minería en la Luna es mucho más fácil y será una fuente alternativa importante. El nitrógeno, junto con el carbono, son elementos importantes para apoyar la colonización humana y la agricultura, y para garantizar que la Luna no solo sea habitable, sino que tenga un suministro constante de alimentos. Podemos plantarlos dentro de la corteza exterior de la Luna, por lo que es posible cultivarlos allí dentro de biosferas selladas. La extracción de metales es un proceso difícil, pero el resultado vale la pena, no solo por su valor, sino también por los valiosos subproductos que se pueden obtener en el proceso de extracción. Puede haber oxígeno para el aire respirable dentro de la ciudad e hidrógeno para asegurar agua para las plantas y para beber.
Recursos valiosos no solo provendrán de la superficie de la Luna. Su potencial para la energía solar es tan grande que las ondas solares serán suficientes para alimentar ciudad lunar. El hecho de que carezca de una atmósfera espesa y que no haya interrupción de los patrones climáticos elimina algunos de los principales obstáculos que están presentes en la Tierra. La energía creada podría ser suficiente para todos los requisitos de la Luna y, a corto plazo, también puede ayudar a resolver muchos de los problemas energéticos de la Tierra. La extracción de recursos y los requisitos de fabricación serán importantes a medida que pase el tiempo. Cuando la ciudad lunar comience a crecer, y los humanos lleguen más lejos al espacio exterior, se requerirá más y más energía. La producción de las fábricas en la Luna serán tan elaboradas que necesitarán fuentes alternativas de energía. La fusión impulsada por átomos será una importante fuente de energía sin subproductos peligrosos. Será más segura que las tecnologías actuales que utilizan uranio.
Alimentar este tipo de fusión requerirá el más valioso de todos los recursos que se encuentran en la Luna: el helio-3. No solo está presente allí, sino que también se puede encontrar en la Tierra, pero la cantidad es muy limitada aquí debido al fuerte campo magnético de nuestro planeta. Asegura que la vida pueda prosperar en la Tierra, pero, al mismo tiempo, desvía los vientos solares del Sol, lo que dificulta la producción de helio-3. La Luna no tiene campo magnético y ha estado absorbiendo el viento solar durante miles de millones de años, acumulando constantemente un suministro interminable de este elemento en el proceso. Absorbe los vientos en la capa superior de material sólido de la Luna, también conocida como regolito. El regolito está esparcido por toda la Luna, y hace que la extracción del helio-3 sea una acción aún más valiosa. Minarlo también incluiría extraer todos los demás minerales valiosos en el proceso. Básicamente es golpear dos pájaros lunares con una roca lunar.
El valor del helio-3 es tan sustancial que muchos países y empresas están decididos a hacerse un espacio en la Luna. ¡Su valor es de billones de dólares! Algunas personas creen que las oportunidades que este brindará a la humanidad son inconmensurables. Habrá energía ilimitada proporcionando millones de puestos de trabajo en la ciudad lunar. Esa energía también apoyará las necesidades de la Tierra. Solo 25 toneladas de helio-3 podrían dar energía a los Estados Unidos durante todo un año. Este recurso proporcionará el potencial para dar energía a toda la Tierra durante miles de años, y será suficiente para ayudar a guiar a los humanos hacia el espacio. Permitirá la construcción de puertos espaciales alrededor de la Tierra y un viaje más eficiente desde este planeta a la órbita. Desde allí, las personas serán trasladadas a transbordadores destinados a otros lugares del sistema solar. La duración de los vuelos espaciales se reducirá significativamente, creando vuelos más frecuentes hacia Marte. Se erigirán más puertos alrededor de su órbita, apoyando nuevas colonias para residir en su superficie.
Las colonias mineras con el apoyo de energía infinita se extenderán por todo el Planeta Rojo con recursos valiosos que se encuentran dentro de su suelo rojo. Esta nueva era de colonización en el Sistema Solar provocará un efecto dominó a medida que continúe avanzando con cada generación de naves desarrolladas. Los viajes serán cada vez más eficientes a medida que el helio-3 continúe ayudando a hacer avanzar la tecnología de las naves espaciales. Se desarrollarán puestos avanzados de todos los propósitos en las lunas de Júpiter y Saturno, desde la investigación de la habitabilidad potencial para la vida en Europa o Encelado hasta continuar con la tradición de extraer recursos valiosos en cada lugar. La Luna seguirá encontrando formas de proporcionar la energía necesaria para terraformar nuevos mundos. Ayudará a calentar Marte y alimentará un campo magnético artificial.
También ayudará con la construcción de un gran reflector que podrá enfriar a Venus. Todos estos serán los cimientos para crear más lugares habitables para las futuras generaciones de humanos, todo gracias a esa fuente inicial de energía de la Luna. Es difícil poner una etiqueta de precio general a la Luna, incluso cuando se sabe que hay valor en la extracción de sus recursos. El valor real del polvo lunar no puede determinarse por una cifra monetaria, sino por su potencial para influir en lo que los humanos pueden crear a medida que continuamos progresando como especie.