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Las ciudades están reinventando su relación con los alimentos a través de la agricultura urbana. Esta revolución verde aprovecha cada rincón disponible, desde azoteas hasta balcones, para cultivar productos frescos. Combinando innovación, tecnológica y sostenibilidad, estos sistemas desafían los límites de la producción tradicional. Descubre cómo están cambiando lo que significa “cultivar local”.
Con más de 2 hectáreas cultivadas en Nueva York, Brooklyn Grange produce anualmente cerca de 36 000 kg de vegetales orgánicos. Fundada en 2010, esta granja urbana abastece a restaurantes y mercados locales mientras reduce la huella de carbono de los alimentos.
El modelo integra educación y eventos comunitarios, demostrando que la agricultura urbana puede ser rentable. Su cosecha se distribuye entre hogares, propiedades comerciales y hogares con bajos ingresos.
Se calcula que el 70% de los alimentos producidos globales se consumen en áreas urbanas. La Iniciativa de Ciudades Verdes promueve sistemas agrícolas integrados en el paisaje urbano.
Estos modelos reducen el consumo de agua, de tierra y energía. Además, mejoran la calidad del aire y fortalecen los vínculos entre zonas rurales y urbanas.
Este pionero sistema hidráulico demuestra cómo producir vegetales de alta calidad en espacios reducidos. Un sistema de agricultura vertical con bandejas en varios niveles, montadas en una estructura giratoria, que funciona gracias al uso del agua y la gravedad. Así nació el primer sistema de cultivo vertical del mundo con una huella de carbono muy baja. Además, su tecnología reduce emisiones al eliminar transporte de larga distancia.
Sky Greens es, sin duda, fuente de inspiración para comenzar con una nueva y optimizada forma de cultivar en nuestras ciudades.
En Lorain, la agricultura urbana no es solo una moda, es un movimiento que nace desde la gente. Con Food Forward Lorain al frente, la comunidad está tomando la palabra para decir lo que realmente necesita: acceso a comida fresca y local, más allá de un simple jardín bonito. Las sesiones abiertas, los informes y el contacto directo con vecinos dejaron algo claro: quieren cambios profundos.
Los residentes piden más oportunidades para jóvenes, empleos vinculados a la tierra y reutilizar espacios abandonados con propósito. También reclaman normas que permitan cosas tan básicas como hacer compost o tener colmenas en el barrio. Lo que está en juego no es solo el paisaje urbano, es la forma en que una ciudad puede alimentarse... y sanar desde sus raíces.
En Chongqing, una ciudad china donde lo urbano y lo rural coexisten codo a codo, se ha vivido una transformación enorme del uso de la tierra desde 1980. Más de 2,100 km² de tierras agrícolas desaparecieron, en su mayoría convertidas en zonas urbanizadas. Pero este cambio no fue uniforme: casi todo ocurrió en las zonas centrales, mientras que otras regiones apenas sintieron el impacto.
Lo curioso es que, aunque se perdió mucha tierra de cultivo, su productividad aumentó. Más cosechas por año, más producción y un campo que sigue siendo vital. ¿El factor más influyente? La gente. No solo la economía o la cercanía a la ciudad, sino la fuerza laboral rural. Entender esto es clave para que las ciudades crezcan sin borrar lo que las alimenta.
En 2020, la FAO puso en marcha una idea poderosa: hacer que las ciudades respiren verde otra vez. Así nació la Iniciativa Ciudades Verdes (Green City Initiative), una propuesta que no solo busca más árboles o jardines, sino repensar cómo vivimos, cultivamos y nos conectamos dentro y fuera de lo urbano.
La meta es ambiciosa: transformar 1,000 ciudades para 2030, grandes y pequeñas, haciendo que la agricultura, los bosques urbanos y la bioeconomía sean parte del día a día. Menos huella de carbono, más salud y bienestar, y sobre todo, un puente más fuerte entre lo urbano y lo rural.
Los huertos urbanos son mucho más que tendencias: son una solución tangible a desafíos globales. Al transformar espacios poco utilizados en fuentes de alimento, reinventan nuestra relación con las ciudades y la naturaleza.
¿Qué espacio inesperado de tu hogar o comunidad te gustaría transformar en un huerto urbano y qué te motiva a hacerlo?