7 Mitos y verdades sobre el uso del biberón

Crianza
hace 5 años

Existe todo un debate en torno al uso del biberón. Algunas personas aseguran que no tiene nada de malo alimentar a los niños pequeños de esta manera y otras dicen que podría tener consecuencias no muy favorables. Por ello, investigadores de todo el mundo han hecho diversos estudios para desmentir mitos que se han transmitido de generación en generación.

Genial.guru hizo una recopilación de algunos de los mitos más comunes y cuáles son las conclusiones a las que llegaron las investigaciones.

1. El uso prolongado del biberón ayuda a conservar el peso ideal de los bebés

Falso. Tras analizar los hábitos alimenticios de 6 750 niños, un grupo de investigadores concluyó que la prevalencia de la obesidad a los 5 años y medio se relacionaba con el uso prolongado del biberón. Es decir, los niños lo siguieron utilizando después de cumplir 24 meses. De ellos, el 22,3 % tenía un peso mayor al recomendado para su edad. Esto se debe a que muchos de ellos, el 18,9 %, tomaba su biberón antes de irse a la cama y el resto lo usaba durante el día como una forma de tranquilizarse. Los investigadores dijeron que, si, por ejemplo, una niña de 24 meses tenían la costumbre de tomar su biberón con casi un cuarto de litro de leche antes de dormir, estaría cubriendo aproximadamente el 12 % de sus necesidades calóricas del día.

2. Los niños que se acaban todo su biberón aprenden a comer mejor

Falso. Un estudio evaluó los hábitos alimenticios de los niños cuyas mamás los motivaban a que se acabaran todo el biberón. A los 6 años, los pequeños tenían poca voluntad para controlar su alimentación, debido a que se habían acostumbrado a terminarse todo, aun si ya no querían comer. Los especialistas aconsejaron que los padres de familia se dejaran guiar por el apetito de sus hijos, pues ello les ayudaría a que se puedan autorregular, es decir, a que dejen de comer cuando se sientan satisfechos.

3. Tomar en biberón mantiene los dientes impecables

Falso. Un meta-análisis dice que no es precisamente el biberón, sino su contenido y los momentos en los que se use. Tras analizar siete estudios, cuatro de ellos revelaron que el uso del biberón entre los 18 y los 60 meses está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar caries en comparación con los niños que han sido alimentados a través de la lactancia. Eso sí, aquí también involucraron los hábitos alimenticios, ya que quienes se dormían con él tenían un mayor riesgo de desarrollar este problema en los dientes.

4. Tomar leche con biberón los tranquiliza y evita los cólicos

Depende. Un estudio evaluó las causas de los cólicos persistentes en 97 niños que se alimentaban a través de lactancia y de biberón. A las 2 semanas de análisis, el 16 % de los bebés que fueron amamantados y el 43 % de los que fueron alimentados con fórmula tuvieron cólicos intensos. Sin embargo, a las 6 semanas del estudio, los bebés amamantados lloraron en promedio 40 minutos más por día que aquellos alimentados con fórmula. Asimismo, el 31 % de estos pequeños lloró por más de tres horas por día, mientras que solo el 12 % de los niños alimentados con fórmula tuvo este comportamiento.

5. Es más cómodo que amamantar

Depende. El uso del biberón implica muchos más cuidados, como lavarlos, esterilizarlos, no olvidar meterlos en la pañalera, poner agua, leche. En cambio, para la lactancia materna, no se requiere nada más que a la mamá. Claro, si la leche materna se necesita utilizar en un biberón, implica los mismos cuidados para lavarlo.

6. Se produce la misma cantidad de leche al alimentar con biberón que con la lactancia

Depende. La succión, además de las hormonas, se encarga de hacer que se estimule la producción de leche. Sin embargo, si se utiliza biberón para alimentar a los bebés, la leche materna no se fermentará ni dañará los pechos. Si la madre trabaja y encomienda el cuidado de su hijo en una guardería, lo más recomendable es extraer la leche y proporcionarla para que no se reduzca la producción.

7. Los bebés alimentados con biberón no crean un nexo con sus madres

Falso. Un estudio reveló que no necesariamente es la única manera de crear un nexo con el bebé. En él se asegura que, efectivamente, las mujeres que amamantan crean un lazo con sus bebés al tener esta práctica, pero también tienen fatiga y depresión y que no es la única manera de profundizar la relación con los bebés, ya que el contacto de piel con piel y la cercanía psicológica, incluso cuando alimentan a sus hijos con biberón, también son maneras de crear un nexo entre mamá e hijo.

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Ilustrado por Inna Grevtseva para Genial.guru

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