8 Postres que conquistaron a la realeza y podrían conquistarte a ti también

Cocina
hace 17 horas

Cuando pensamos en la realeza, nos vienen a la mente coronas y palacios. Pero ¿sabías que muchos de los postres que hoy disfrutamos nacieron en esas cortes? Algunos fueron creados especialmente para monarcas, otros viajaron entre países por matrimonios reales o conquistas imperiales. Lo cierto es que estas delicias no solo han resistido el paso del tiempo, ¡sino que ahora puedes prepararlas tú mismo en casa!

1. Macarons

Se dice que María Antonieta, reina de Francia, decía la famosa frase “¡Que coman pastel!”. Otra teoría que no se ha podido comprobar, es que el rey Luis IV sirvió macarrones a los invitados de honor en Versalles en 1682, y la tradición continuó. De nada de esto hay constancia histórica, lo que sí se sabe es que en Francia este postre, en aquella época, era un sinónimo de lujo y exclusivo de la aristocracia. Al principio se trataba de una galleta de almendra, proveniente de los monjes italianos. En Francia se perfeccionaron y se convirtieron en éxito que hoy conocemos.

2. Chocolate Biscuit Cake

A la Reina Isabel II le gustaba tanto este pastel de galletas y chocolate que se llevaba un trozo a todas partes. Esta receta, simple, pero adictiva, combina galletas quebradas con una mezcla de chocolate fundido, mantequilla y azúcar. Fue también el pastel elegido por el Príncipe William para su boda. Es un postre sin horno, perfecto para acompañar una taza de té... o para sentirse un poco más real.

3. Sachertorte

La Sachertorte, ese refinado pastel de chocolate relleno de mermelada de albaricoque y cubierto con una glasa de chocolate brillante, fue inventado por Franz Sacher, chef aprendiz del príncipe Metternich. Según versiones, la creó en 1832 para un banquete del príncipe, aunque parece ser que no es cierto, ya que el propio Sacher afirmó haberla desarrollado más tarde en su restaurante en Pressburg. Su hijo Eduard Sacher la perfeccionó y la incorporó al menú del Hotel Sacher, fundado en 1876. Con el tiempo, se volvió un emblema de la repostería vienesa, frecuentada por la alta sociedad del Imperio austrohúngaro.

4. Croquembouche

El croquembouche, una torre de profiteroles unidos con caramelo, era el espectáculo culinario en bodas reales y celebraciones imperiales. Se dice que fue inventada por Marie-Antoine Carême, pero esta aparece mencionada en la enciclopedia culinaria de André Viard en 1806, 9 años antes de que Carême la incluyera en su libro de cocina. Su nombre significa “cruje en la boca”, y eso es exactamente lo que hace. Aunque su preparación requiere algo de paciencia, el resultado es digno de una corte francesa.

5. Cardinal Slice

Este postre vienés fue creado en 1933, en honor a Theodor Innitzer, el arzobispo de la ciudad.
La combinación de merengue y bizcocho, lo convierte en una experiencia suave y refinada. Era muy apreciado por la aristocracia austrohúngara y aún hoy se sirve en las confiterías más elegantes de Viena. Esa historia explica el nombre, Cardinal slice en inglés, pero también los colores del postre, ya que, la bandera de la Ciudad del Vaticano es amarilla y blanca.

6. Victoria Sponge Cake

El Victoria Sponge es un clásico de la repostería británica, íntimamente ligado a la hora del té y, por supuesto, a la Reina Victoria. Este esponjoso pastel, relleno con mermelada de frambuesa y espolvoreado con azúcar glas, habría sido uno de sus favoritos para acompañar su té de la tarde. Curiosamente, sus orígenes podrían estar en la guardería victoriana. En aquella época, los niños no debían consumir pasteles con trozos de frutas o semillas por cuestiones de seguridad. Se dice que así nació este bizcocho simple, ligero y sin riesgos, pensado especialmente para ellos. Con el tiempo, su delicadeza conquistó también a los adultos, hasta llegar nada menos que a la mesa de la reina... y desde entonces, se volvió un ícono nacional.

7. Battenberg Cake

El Battenberg Cake ha sido durante mucho tiempo un símbolo de la repostería británica. Una teoría es que fue creado en 1884 para celebrar la boda entre de la nieta de la Reina Victoria. Sin embargo, no hay pruebas históricas sólidas que respalden esta versión. Lo que sí se sabe es que la primera receta publicada apareció en 1898, en un libro de Frederick Vine, y presentaba un diseño más complejo: un pastel con nueve cuadros internos. Con el tiempo, este se simplificó a los cuatro cuadrados que conocemos hoy. Aunque su origen real puede ser un misterio, su aspecto geométrico y sabor almendrado siguen siendo un clásico irresistible del té británico.

8. Crème Brûlée

Aunque el nombre suena indiscutiblemente francés, el origen de la Crème Brûlée sigue siendo motivo de disputa. La teoría más conocida la atribuye al chef François Massialot, quien incluyó una receta similar en su libro de 1691 mientras cocinaba para la corte de Luis XIV. Pero otros señalan a la Crema Catalana, un postre casi idéntico aromatizado con canela y cítricos, que ya se preparaba en Cataluña desde el siglo XIV. ¿Quién la inventó primero? El debate sigue tan encendido como el azúcar quemado de su superficie, lo que sabemos es que este postre pertenece a aquellas épocas de realeza.

Detrás de cada dulce hay una historia, y muchas de ellas comenzaron en los palacios y cortes más glamurosos del mundo. ¿Quién diría que podrías compartir el mismo gusto por los postres que una reina o un emperador? ¿Qué sabor te gustaría descubrir o recrear en tu propia cocina? Si eres amante de los postres, en este artículoen este te dejamos recetas de postres típicos de diferentes países.

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