25+ Cosas que se encontraron de repente entre montañas de basura y resultaron ser más geniales que las que tienen etiquetas de nuevas

Al principio, mantener una amistad con una expareja puede parecer una opción viable. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no es la mejor idea. Es que, aunque es cierto que algunas parejas pueden establecer una relación amistosa tras una ruptura, en otros casos, la situación puede tornarse tóxica y en consecuencia muy poco saludable. Si te identificas con algunas de las señales que leerás aquí, es posible que sea una mala idea mantener una amistad con tu ex. Mejor pensarlo de nuevo y aceptar que soltar y dar vuelta la página es lo que nos permite a todos encontrar un futuro lleno de colores.
Seguramente más de una vez nos hicimos esta pregunta, quizás aún más si acabamos de separarnos y creemos que con nuestra expareja podríamos ser buenos amigos. Lo cierto es que, por tratarse de una pregunta tan formulada, la ciencia quiso darle una respuesta. En ese camino avanzó un grupo de investigadores de Estados Unidos en un estudio que se puede traducir como ¿Beneficio o riesgo? La atracción en la amistad entre los sexos. Sí, el título ya nos deja adivinar el resultado.
Según la psicóloga que estuvo al frente del grupo de investigación, la amistad entre hombres y mujeres es imposible principalmente porque tarde o temprano una de las partes, o las dos, termina por desarrollar algún grado de atracción sexual hacia la otra. Esto se debe a las malas interpretaciones. Es decir que varones y mujeres perciben los mensajes del sexo opuesto de manera distinta. Y, según el estudio, esta mala interpretación se da comúnmente del lado de los varones.
Se dice que los hombres que se sienten atraídos por sus amigas suelen creer que el interés es mutuo. Por el contrario, las mujeres interpretan las actitudes amables y gentiles de sus amigos como una parte natural de su amistad, lo que las hace menos propensas a malinterpretar estas señales como románticas.
Por ejemplo, si un hombre le presta su chaqueta a una mujer en un día frío, ella lo considera un gesto gentil de un buen amigo. Pero si una mujer muestra amabilidad o simpatía hacia un hombre, él podría malinterpretar el gesto como una señal de interés romántico.
“Igual, siempre podrás contar conmigo”, “sigamos como amigos”... ¿Quién no ha hecho o escuchado estos comentarios después de separarse de una pareja? El creer que de alguna manera seguiremos manteniendo el vínculo es una especie de garantía, de tabla de salvación en el medio de un naufragio. Es que, claro, hemos compartido amigos, familia, vacaciones y un sinnúmero de situaciones, ¿por qué ahora, sin más, deberíamos dejar de vernos? Sin embargo, en el mejor de los casos, intentar preservar una relación de amistad puede ser algo complicado y doloroso.
Según los expertos, esta relación podría funcionar siempre y cuando las dos partes sepan qué fue lo que no funcionó en la pareja y no tengan aún sentimientos amorosos hacia la otra persona. Claro que esto es muy difícil que ocurra. Es muy probable que en una separación, al menos una de las dos partes todavía sienta cosas, y una supuesta amistad no haría más que estirar algo que ya no sirve y crearnos falsas expectativas.
De allí que se aconseje esperar de 6 meses a un año antes de retomar algún tipo de vínculo. En ese caso podrán ocurrir dos cosas: o nos seguirá importando y nos dolerá ver que, por ejemplo, la otra persona rehízo su vida, o dejará de interesarnos y así descubriremos que —oh, sorpresa— ya no queremos ser amigos. Pero vayamos a las encuestas y a lo que dicen respecto al tema.
Resulta que según un estudio que se hizo en 2022, alrededor de un tercio de las personas preferiría seguir una amistad con un antiguo amor, mientras que otro tercio no lo haría en absoluto; el resto manifestó no estar seguro. Como vemos, las opiniones están repartidas. Lo que sí podemos afirmar es que la mayoría de los que aseguraron querer continuar una relación de amistad son hombres.
Más allá de los consejos, de lo que digan los estudios y las encuestas, sería bueno que quien esté atravesando una situación del estilo intente tomar distancia al menos por un momento y piense fríamente: ¿para qué quiero seguir esta amistad? En general, las razones no son muchas, pero sí bastante contundentes:
Pero más allá de que pueda haber una amistad posterior al romance o no, hay más señales de alerta que deberían funcionar para nosotros igual que un semáforo rojo.
Si no te identificas con ninguno de estos puntos, pues, adelante. Prueba una amistad con tu ex y luego nos cuentas. Formarás parte de una selecta minoría.