15 Galanes guapísimos a quienes las canas solo los han hecho aún más irresistibles

Imagina que pediste una pizza y esperas con ansias comértela, pero al recibirla, te encuentras con una masa fría y un queso seco como cartón. ¡Una tragedia culinaria instantánea! La pizza es complicada en lo que respecta a la temperatura. Si la dejas desatendida en la mesa por un tiempo, se vuelve gomosa. Si la calientas demasiado, la corteza se seca. Pero no desesperes, para solucionarlo, reunimos estos trucos con los que podrás mantener la pizza caliente, deliciosa y siempre lista para ser devorada.
Si se trata de una pizza para llevar de un restaurante, puedes aprovechar al máximo los asientos con calefacción de tu automóvil. Cuando estés regresando a casa, crea un nido de calor para tu manjar, y deja la pizza en un asiento que tenga calefacción. Luego, cúbrela con una manta para conservarla calentita. Si no tienes un asiento con calefacción, coloca la caja en el piso, del lado del pasajero, y enciende la calefacción del suelo.
Algo simple como una caja de pizza puede ser tan mágico como el sombrero de un hechicero. Las pequeñas pestañas en forma de semicírculo que tienen a los lados tienen la maravillosa funcionalidad de ayudarte a mantener la pizza a la temperatura adecuada. Aprovéchalas de la siguiente manera:
Si el horno está configurado en la temperatura más baja, la caja de pizza no se incendiará. Si el ajuste de temperatura es de alrededor de 200 °C, hay una mayor probabilidad de que la caja de cartón se queme.
Estás de pie frente al microondas, con esa suculenta rebanada de pizza que te quedó del festín de anoche. Pero ¿cómo lograr que ese pedazo de gloria vuelva a su esplendor original sin convertirse en una masa gomosa e insípida?
Simplemente, coloca un vaso de agua en el microondas junto con la pizza, y caliéntala unos 30 segundos o más, dependiendo de la potencia de tu microondas. ¡Listo! Tendrás una porción caliente y crujiente, como si acabara de salir del horno.
Si quieres mantener la pizza caliente durante más de 3 horas, envolverla en papel de aluminio es tu mejor opción. Con este método, es mejor calentar las rebanadas sueltas en lugar de toda la pizza.
Si las calientas por más de 10 minutos, se endurecerán o se secarán demasiado.
¿Quién dijo que un utensilio tradicional como una sartén no puede ser el mejor aliado para un reavivamiento culinario? Para que haga el mejor equipo con tu pizza, tan solo sigue dos pasos:
Estos hornos son como grandes loncheras que calientan la comida. Todo lo que tienes que hacer es mantener la pizza dentro del horno portátil y subir el fuego cuando quieras recalentar las rebanadas. Recuerda consultar las instrucciones proporcionadas por los fabricantes del horno a la hora de utilizarlo, para sacarle el mayor provecho.
Este es el gran secreto de los repartidores de pizza para retener el calor en sus órdenes mientras van camino a entregarlas. Estas bolsas no mantienen la pizza caliente durante más de 3 horas, por lo que se recomienda combinar este método de calentamiento con otros de los que ya hemos hablado.
Aprovechar las sobras de comida congelándolas para disfrutarlas después es una gran idea. Y para darle un final épico a esa gran iniciativa, lo ideal es que, al calentarlas, queden tan apetitosas como si estuvieran recién cocinadas. Primero, es importante que la comida esté descongelada y evitar calentarla cuando aún está llena de hielo.
Para eso, pásala al refrigerador o usa el modo de descongelación del microondas. Una vez que estén descongeladas, puedes calentarlas en una sartén, en el microondas o en el horno. Incluso, puedes usar una freidora de aire a su máxima temperatura, y así estará lista rápidamente. Calienta las sobras hasta que el calor cubra todos los alimentos, removiéndolos de vez en cuando para que no quede ninguna parte fría.