No entiendo la relación entre el vegetarianismo y la delgadez. No es así
Comprobé personalmente por qué el vegetarianismo no significa tener un cuerpo hermoso
Me llamo Natalia, soy autora de Genial.guru y me gustaría compartir mi historia sobre cómo no he comido carne durante 2 años, por qué renuncié a esta idea y cómo afectó mi salud, mi cuerpo y mi autoestima.
Desde la adolescencia tuve problemas con el sobrepeso, del que intenté de deshacerme de diferentes maneras. A la edad de 17 años, mi peso alcanzó los 70 kg, y me di cuenta de que había que hacer algo. Afortunadamente, con la ayuda de un nutricionista, logré perder 10 kg en poco tiempo, pero a partir de aquel momento nunca me abandonó el miedo de volver a engordar.
Un desafío a mí misma
A la edad de 18 años fui a estudiar en Polonia y conocí a un estudiante de Irlanda que había sido vegetariano desde la infancia. Nos hicimos amigos, empezamos a correr y disfrutar de nuestro tiempo libre juntos. Entonces pensé que sería bueno desafiarme a mí misma y también dejar de comer carne. Me pareció que esta era una excelente manera de mantenerme en forma y no aumentar de peso. Revisé completamente mi dieta, aunque toda mi vida fui una ávida consumidora de carne.
Cabe señalar que al elegir esta nueva vida en 2009, no me importaba el lado ético o filosófico del asunto. No estaba obsesionada por la compasión hacia los animales; quería desafiarme a mí misma, probar algo nuevo y perder algunos kilos.
Nueva dieta
No he comido carne durante hace 2 años. Lo descarté drásticamente y sin compromisos: no me permití comer ni pollo ni sopas con caldo de carne, en general, nada cocinado con carne. Recuerdo que una vez me trajeron un tom-yum a base de caldo de pollo y tuve que negarme.
Al mismo tiempo, no rechacé los productos lácteos y los huevos, ya que entendí que necesitaba calcio. También me permitió comer pescado y mariscos. Pensé que viviendo en un país frío como Polonia sería demasiado duro alimentarme solo con vegetales.
Debo decir que en Polonia no me fue difícil seguir mi nueva dieta: había muchas cafeterías y restaurantes vegetarianos. Me sorprendió descubrir que el shawarma vegetariano puede ser muy sabroso, y el hummus y el falafel se han convertido en mis platos favoritos.
Primeras dificultades
Las dificultades comenzaron al regresar a casa de mis padres. En primer lugar, me costó explicar a mis familiares por qué ya no como carne. Las fiestas familiares se convirtieron en una especie de atracción: mi madre intentó convencerme de que comiera “al menos un pedacito de pollo”, tuve que rechazar con orgullo su oferta y seguí comiendo mi ensalada griega. Como resultado, mis padres aceptaron mi elección, aunque nunca la aprobaron.
Se ha grabado en mi memoria un incidente gracioso. Una vez que visitamos a los padres de mi futuro esposo, su madre nos invitó a comer chuletas de pescado. Pregunté sobre los ingredientes y me respondió que era 100 % pescado. Eran muy sabrosas, comí 2 piezas. Después de aproximadamente un año, me enteré de que 1/3 de las chuletas consistía en manteca de cerdo.
En segundo lugar, tuve que enfrentar algunos problemas sociales: mis amigos no entendían por qué ya no comía lo mismo que ellos.
Me sorprendió saber que muchas personas se ponen molestas cuando te niegas a compartir su comida. No sé si es una peculiaridad mental o rechazo de la otredad. En cualquier caso, considero importante advertir que al elegir una forma de vida ligeramente diferente, puedes destrozar en un abrir y cerrar de ojos las relaciones con personas anteriormente cercanas.
En tercer lugar, todavía tenemos pocos establecimientos para vegetarianos. Es decir, una persona que no consume carne, apenas puede encontrar una cafetería donde le sirven un plato vegetariano sabroso y asequible.
El mito de que el vegetarianismo ayudará a bajar de peso
He leído repetidamente que el vegetarianismo ayuda a las personas a bajar de peso. Pues, no me ayudó. En el momento de dejar de comer carne, pesaba 60 kg, y mantuve este peso los 2 años de mi vegetarianismo. Entiendo perfectamente que cada caso es individual, y es muy posible que el rechazo de la carne haya ayudado a alguien a obtener el cuerpo deseado, pero solo estoy hablando de mi experiencia.
Después de unos seis meses de mi nueva vida, decidí ir al gimnasio. En esta etapa me enfrenté a un problema: no tenía la fuerza suficiente para entrenar. Me di cuenta de que las verduras y cereales no me saciaban, y para obtener las calorías faltantes, comencé a comer nueces, queso, pasta de cacahuate, etc. Es decir, reemplacé la carne con alimentos mucho más altos en calorías. Además, comencé a comer más dulces. No sé exactamente con qué estaba relacionado. Tal vez mi cuerpo necesitaba más energía derivada de carbohidratos rápidos.
De todos modos, hablé con mi entrenador y el nutricionista y los dos me dijeron que era mejor para mí devolver la carne a la dieta. Entonces, por primera vez en dos años me puse a pensar en ello.
Regreso
Un día fuimos con mis amigos a una barbacoa. No tuvimos ningún problema para comprar carne para asarla a la brasa, pero no logré encontrar el pescado adecuado para mí. Al final, todo el mundo comiendo chuletas de carne, y yo intentando saciar el hambre con tomates y pepinos. Al parecer, esta fue la última gota. De repente me di cuenta de que ya era suficiente seguir con esta tontería y ponerme a prueba. Me pareció que en estos 2 años me demostré que puedo vivir sin carne, pero no me trajo ningún beneficio.
Después de este caso volví a comer la carne, sin considerarla un producto especial. Primero comí pollo, luego carne de res, y gradualmente volví a mi estilo de vida anterior. En unos seis meses, perdí 5 kg sin mucho esfuerzo, solo continuando mi entrenamiento.
Al final, me di cuenta de que no necesitaba seguir restricciones estrictas, ya que me siento mejor sin ellas. Mi nutricionista dijo una vez que el cuerpo perderá peso cuando esté bien y cuando esté relajado. Al parecer, tuvo toda la razón. Actualmente peso 54 kg, mantengo este peso desde hace varios años, entreno regularmente 3 veces por semana, camino 10 mil pasos por día y me siento muy bien.
Las desventajas de la vida sin carne
Hoy en día puedo nombrar con imparcialidad todos los pros y los contras de vivir sin carne. Una vez más quiero destacar que esta es una experiencia puramente personal.
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Tenía que pasar 2 veces más tiempo cocinando. Mi futuro esposo no compartió mi dieta, así que cociné para él por separado.
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El menú vegetariano no es nada barato. Las verduras, las frutas y las bayas de temporada no son caras, pero fuera de temporada cuestan más que la carne. Los mariscos de buena calidad tampoco son baratos.
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Estaba más débil. Algunas personas cuentan sobre la ligereza en el cuerpo que tienen al renunciar a la carne, pero lo que sentía era debilidad.
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El cabello se volvió más opaco y las uñas, más quebradizas.
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Tuve que restringirme en muchas cosas, lo que era especialmente difícil a la hora de viajar. Durante mi viaje a los Estados Unidos, no he probado las famosas costillas a la barbacoa, ni los churrascos ni las hamburguesas.
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Enfrenté la necesidad de dar constantes explicaciones sobre las razones por las que no comía carne. “No, no soy una vegetariana convencida ni budista”, “No, no estoy enferma”, “Sí, tengo prendas de piel y cuero”, “No, tampoco como carne de pollo”, tuve que repetir estas frases casi siempre al conocer gente nueva.
Las ventajas de la vida sin carne
Por desgracia, para mí tiene más desventajas.
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Entrena tu fuerza de voluntad.
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Es una excelente razón para probar platos nuevos. Me enamoré de la cocina india con todo mi corazón.
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Entrena a la perfección las habilidades de la cocina; dominé muchas especias.
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Tal vez la dieta tuvo un efecto positivo en mi estado emocional: me hizo más tranquila.
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También durante la vida sin carne, me acostumbré a comer muchas verduras e incluso le inculqué este hábito a mi esposo. Actualmente en nuestra dieta están presentes las verduras y el pescado en abundancia.
De hecho, según mi dietista, se puede rechazar los alimentos cárnicos bajo la condición de tener un menú variado. La dieta debe incluir nueces, cereales, legumbres, huevos, pescado y mariscos. También es importante agregar aceite vegetal y pequeñas porciones de grasa animal, como la mantequilla. Entonces, si estás pensando en convertirte en vegetariano, primero tienes que consultar con tu médico y elaborar un menú complejo para no causar un desequilibrio de calorías y obtener el máximo de nutrientes importantes para el cuerpo.
Y tú, ¿qué opinas sobre el vegetarianismo? ¡Comparte tu opinión en la sección de comentarios!
Comentarios
Alguien se hace vegetariano por convicción, no para perder peso
El pescado también es un animal
Es lógico que si no comes carne pero comes más dulces engordes
Si dejas de comer carne necesitas obtener las proteínas y sus propiedades de otros alimentos