Convirtieron a mi hija en Cenicienta, creo que mi esposa es la culpable
Seguro que cuando leímos por primera vez La Cenicienta, agradecimos no vivir una situación tan precaria como la de su pobre protagonista. Sin embargo, esta historia nos hizo pensar que deberíamos andarnos con cuidado antes de vernos atrapados por algún villano que ni Disney se habría imaginado, incluso dentro de nuestra propia casa.
He tenido problemas con mis hijastras, ya que siempre le piden a mi hija que cuide a sus niños. Jessica no tuvo ningún problema al principio, puesto que esto es lo que hace para ganar algo de dinero, pero como sus hermanastras no le pagaban bien, simplemente comenzó a negarse a cuidar de sus niños. Lo solucionamos haciendo que mi esposa se hiciera cargo de pagar el cuidado de los niños a un precio más justo para mi hija y me pareció que el problema entre ellas se había solucionado.
Comencé a planear unas vacaciones familiares de 3 días, todas estaban muy felices con la noticia y estaban ansiosas por ir. Sin embargo, los problemas regresaron cuando tanto Mónica como Leah sugirieron que Jessica debería quedarse en casa para cuidar a los niños, ya que mi esposa no quiere que vengan sus nietos.
Yo no entendía por qué, entonces ellas dijeron que sus hijos están acostumbrados a estar bajo el cuidado de Jessica y contratar a otra niñera sería difícil e inseguro. También agregaron que de todas formas a Jessica ni siquiera le gustaría el lugar al que iríamos, sin embargo; para mí era obvio que Jessica quería ir.
Se suponía que nos iríamos la semana pasada, pero cuando todos estábamos en el aeropuerto; registrando nuestras maletas, Jessica comenzó a asustarse, pues descubrió que su pasaporte ya no estaba, aunque decía estar segura de haberlo guardado en su bolso.
Revisamos su bolso y su maleta, no estaba por ningún lado, así que decidimos regresar a casa a buscarlo.
Mi hija y yo estábamos desesperados, mientras que Beth y mis hijastras seguían lloriqueando para que volviéramos al aeropuerto o perderíamos el vuelo. De nuevo me pidieron que Jessica se quedara en casa con los niños. Incluso le dijeron a la nueva niñera que se fuera a casa porque ya no la necesitaban.
Me negué a ir y seguí buscando el pasaporte, no pensaba darme por vencido. Fue entonces que Mónica admitió que ayudó a Leah a ocultar el pasaporte de Jessica para que se quedara en casa con los niños. Estaba furioso. Traté de que me dijera dónde estaba, pero ella dijo que Leah lo tenía y Leah seguía negándolo, así que las amenacé con cancelar las vacaciones y fue entonces cuando de mala gana me lo devolvieron.
Aunque me habían regresado el pasaporte, seguía demasiado molesto, así que decidí cancelar las vacaciones y las regañé, pero ellas se volvieron en mi contra. Se quedaron arriba por un tiempo, culpándome de arruinar el momento. Mi esposa se niega a hablarme, pues piensa que castigué a mis hijastras solo por preocuparse por sus hijos y querer que se quedaran con alguien que ya conocen. Me dijeron que exageré y arruiné el viaje para todos. Ahora me pregunto si de verdad fui yo el que se equivocó.
Por suerte no todas las madrastras son tan malas como villanas de cuento, también hay casos en las que los lazos de amor son mucho más fuertes que los de sangre, como lo han demostrado algunos famosos. Otros incluso han creado nuevos términos como “madre extra” para no ser catalogadas bajo esta palabra que desgraciadamente ya está un poco mal vista.