Cosas que vale la pena recordar sobre las diferencias entre culturas para evitar una catástrofe en una cena con un extranjero
Incluso la persona más educada y cortés, cuando interpreta el papel de un turista, es capaz de comportarse como un verdadero salvaje. Especialmente cuando nos referimos a la comida. No dudamos de que manejes hábilmente un cuchillo y un tenedor sin cambiarlos de una mano a otra, pero ¿bastará con eso para causar una buena impresión mientras cenas con un italiano, un sueco o un coreano?
Recuerda: los errores con el idioma, a diferencia de los culturales, no hacen que la gente te mire de reojo y se aleje de ti. Por eso, Genial.guru te contará cómo disfrutar de la cocina autóctona y al, mismo tiempo, conservar una actitud civilizada.
Japón
- Aquí, la comida rara vez se acompaña con bebidas y el té se sirve solo al final de la degustación.
- Los palitos se sostienen con la mano derecha y el tazón con comida, en la izquierda, sosteniendo por arriba con el pulgar y con los cuatro dedos restantes por abajo. Es necesario llevar el tazón hacia la boca y no inclinarse hacia él. Si lo haces, debes saber que los japoneses dicen que de esta manera solo comen los perros.
- Tradicionalmente, el sushi se come de una sola vez, pero si la pieza es demasiado grande, puedes morderla o partirla por la mitad con el palito, así lo harás bien.
- Se perdona que atravieses la comida con los palillos en un intento de llevarlo a la boca, pero a ojos de los autóctonos, tú serás como un niño pequeño.
- Nunca, bajo ninguna circunstancia, te suenes la nariz ni te la frotes con una servilleta estando a la mesa: se considera una terrible falta de educación.
Egipto
- No mires fijamente los platos de la gente a tu alrededor en un establecimiento: incluso si se acaba de despertar en ti la curiosidad típica del turista. Desde afuera, esto se percibirá como una señal clara de avaricia y envidia. Puedes echarle un vistazo, pero si te han pillado, puedes salir del apuro diciendo: “¡Tiene buena pinta!”.
- Si te ofrecen degustar algo, tendrás que “jugar” un poco: no forma parte de su costumbre aceptar, ni en la primera, ni la segunda vez. Sin embargo, al final, tendrás que probarlo, de lo contrario, darás la sensación de que no te gusta para nada la comida.
- Un momento especialmente importante si eres el invitado: si no dejas rastro de comida en el plato, si lo dejas limpio, significa que los anfitriones no han sido lo suficientemente generosos contigo. Los pones en una posición incómoda con tu gula. Tanto que incluso pueden apresurarse inmediatamente a ir una tienda o a casa de los vecinos en busca de un nuevo manjar que ofrecerte.
- Sin embargo, los turistas afirman que los egipcios son bastante leales a la violación de las normas de etiqueta en la mesa por parte de los foráneos. Ciertamente, son más indulgentes que los japoneses o los italianos.
Francia
- Los franceses son muy aficionados al pan y lo sirven con casi todos los platillos, pero si empiezas a montarte un sándwich sentado en la mesa o untar generosamente mantequilla en tu rebanada de pan, el autóctono se avergonzará de estar sentado a tu lado. Una rebanada de pan se coloca cerca del plato, de ahí se va dividiendo en trocitos y de uno en uno se unta en la parte superior la mantequilla o la mermelada, o bien se coloca el queso.
- Por cierto, en relación al queso: no se toca con las manos ni con un tenedor. Siempre se utiliza para esto un cuchillo especial.
- No bebas hasta que se llenen todas las copas de los que están sentados a la mesa. Esta regla estricta se aplica incluso al agua común y corriente.
Corea del Sur
- A diferencia de Japón, antes mencionado, aquí no es costumbre levantar el tazón de arroz o sopa de la mesa. También, el arroz, en este país, se come con cuchara, no con palillos.
- Los palillos se colocan encima del plato o al lado, ¡pero no se introducen en el platillo! Esto, primero, se relaciona con los funerales y, en segundo lugar, los palillos que salen de la comida se ven, simplemente, surrealistas a ojos de los coreanos.
- ¡Come tanto como te sea posible! Lamentablemente, el hambre jugó un papel importante en la historia de varios países asiáticos, por lo que comer en abundancia se considera uno de los mayores placeres de la vida, según los habitantes del país. Además, así te mostrarás como un sincero admirador de la cocina coreana.
África Meridional y la Occidental
- Los africanos, por ejemplo, los habitantes de Benín o Sudáfrica, saben perfectamente manejar un cuchillo y tenedor, y en ciertos casos, seguramente, los utilizan, pero si hablamos de la versión tradicional, la comida se debe tomar con la mano y esta debe ser la derecha.
- La izquierda entra en acción solo si algo debe sostenerse con ambas manos. Si se pone un platillo en común a la mesa, debes tomar tu ración solo del lado más cercano a ti.
- Se puede comer tanto a la mesa, como en el suelo o sentados en sillas bajas.
Países escandinavos
- Si, por ejemplo, en Georgia, un brindis siempre va acompañado de una elocuencia, los “fríos” noruegos, al contrario, a menudo levantan sus copas sin decir media palabra. Es extremadamente importante mirar a los ojos de tu acompañante, no querrás ofenderlo sin querer, ¿verdad? Si varias personas están sentadas a la mesa, pasa tu mirada por cada una de ellas levantando la copa.
- En Suecia, igual de lacónico que el resto de países nórdicos, es costumbre llamar al mesero mirándolo en vez de agitar la mano o gritando.
- Si en Finlandia te encuentras en un restaurante y pides alcohol, recuerda que a la hora del almuerzo es mejor no hacerlo: se verá completamente inapropiado. Aquí se bebe solo de noche.
Grecia
- Uno de los pocos países donde, gracias a Zeus, nadie te condenará por mojar el pan en las salsas o caldos. Es tan sabroso... ¿Quién puede negarse a tanto placer? También, aquí no está mal visto proponerte probar algo de su plato o hacerlo del tuyo, por supuesto, siempre dentro de los límites de la “dignidad”.
- Durante la comida, los griegos generosa y continuamente, añaden vino u ouzo, así que si crees que ya es suficiente para ti, simplemente, deja tu copa medio llena.
Turquía
- El té se sirve tradicionalmente en pequeñas tazas curvadas que suelen mantenerse por los bordes. La leche no se añade, ni al té, ni al café. Ambas bebidas se sirven en todos los establecimientos: es un gesto de hospitalidad, por lo que simplemente estás obligado a aceptar tu taza, incluso si luego solo tomas unos sorbos.
- No es costumbre servirse bebida a uno mismo, así que, al cenar con alguien, siempre debes estar atento a llenar la taza o copa de tu acompañante, siempre con cortesía. Se renuevan las bebidas, no cuando están vacías sus tazas o copas, sino cuando ya queda un poco menos de la mitad.
Italia
En este país soleado, la comida es casi una religión, así que no esperes piedad en cuanto a las normas de etiqueta a la mesa. Solo trata de seguir las siguientes reglas con toda la seriedad posible.
- Nunca añadas queso a la pasta con mariscos: echarás a perder todo su sabor. Sí, es cierto que existen varios platillos donde el pescado y el marisco se acompaña con queso, pero si realmente es necesario, el chef, seguramente, lo colocará por iniciativa propia.
- Los italianos toman café después de comer, nunca durante la comida. Beber agua mientras se come es aceptable. El café con leche (cappuccino, latte) se toma tradicionalmente durante el desayuno. El resto del tiempo: espresso. Un cappuccino o latte con canela no tiene sentido. La crema batida (nata montada) o chocolate es con lo que acompañan el café con leche los italianos.
- El pan y la pasta son incompatibles.
- Cortar los espaguetis con un cuchillo o ayudar a recogerlos en el tenedor con una cuchara solo se permite a los niños pequeños.
- Los italianos emocionales pueden expresar abiertamente su indignación ante tu ignorancia y entonces nada salvará tu reputación con respecto a ellos. Se puede hacer la vista gorda con tus errores, probablemente, en lugares turísticos de paso. Sin embargo, las trattorias, estos establecimientos italianos destacables con comida casera, que a menudo suelen ser un negocio familiar, requieren de mostrar respeto por las tradiciones italianas. Así, una extranjera, estando en Florencia, por falta de experiencia, renunció a un platillo que no le gustó y además se atrevió a decirlo honestamente al mesero. Los gritos del chef, quien vino corriendo a la sala, probablemente, se pudieron oír incluso desde la calle: este platillo lleva preparándose por tres generaciones por lo que no permitía irse a la mujer sin probar ni tan siquiera un trozo. Realmente, a los ojos de los italianos, la que tuvo un mal comportamiento fue, por supuesto, la extranjera.
¿Alguna vez te has visto en una situación embarazosa en el extranjero por no conocer el decoro y las costumbres locales?