Deja de decir esto todos los días y sonarás más inteligente

Curiosidades
hace 7 meses

“Necesito que esto sea perfecto”. Si repites esta frase con demasiada frecuencia, puede parecer que no eres lo suficientemente inteligente o no tienes los pies en la tierra. Aquellos que esperan la perfección se preparan para el fracaso. Las personas inteligentes prefieren completar las tareas paso a paso y ver qué pueden mejorar en el camino. No se imponen expectativas poco realistas sobre sí mismas y los demás, y evitan el tono manipulador y exigente.

“¡No es justo!”. Si utilizas esta frase en conversaciones con tus colegas y amigos, corres el riesgo de dar la impresión de ser una persona ingenua. Todo el mundo sabe que la vida es injusta, por lo que esperar justicia puede parecer un poco infantil. En lugar de quejarse, las personas inteligentes preguntan: “¿Qué puedo hacer ahora mismo para mejorar esta situación?”. Tienen la habilidad de negociar condiciones en las que todos ganan: discuten abiertamente lo que están dispuestas a dar y lo que esperan obtener.

“No te ofendas, pero...” tampoco es la mejor manera de iniciar una conversación. Cuando las personas escuchan eso, inconscientemente comienzan a esperar algo ofensivo e irrespetuoso de tu parte. Las personas inteligentes no iniciarán un diálogo con vibras negativas. No querrás que el oponente se sienta a la defensiva antes de que tengas la oportunidad de expresar lo que tienes que decir.

A veces, bajo presión en el trabajo, puedes decir: “Esto solo tomará un minuto” o “¡Ya lo termino!”, y luego dedicar horas e incluso días a realizar una tarea. Si no puedes estimar de manera realista el período, otros podrían pensar que no eres tan inteligente y confiable. Si deseas verte como una persona inteligente, nunca prometas completar una tarea antes de lo esperado. Será más inteligente otorgarte más tiempo y terminar antes de la fecha límite.

“No es mi culpa” es otra expresión infantil que no quieres decir en el trabajo. Definitivamente no obtendrás ningún respeto al culpar a otros por tus propios errores. Las personas inteligentes tienen la capacidad de admitir que están equivocadas y corregir sus errores. Esta frase también podría provocar que la gente golpee primero y te culpe aún más. Entonces, si sucedió algo malo y realmente no fue tu culpa, es mejor contar los hechos con calma y evitar señalar con el dedo.

Palabras como “Ups” o “Metí la pata” definitivamente no son la forma más apropiada de expresar arrepentimiento por tu error. Las personas pueden sentir que estás tratando de minimizar las consecuencias y no quieres asumir la responsabilidad de tus acciones.

“Tengo una pregunta tonta” o “Esto podría ser tonto, pero” y otras frases en las que te consideras no tan inteligente, suelen aparecer cuando no tienes la suficiente confianza y quieres ir a lo seguro. Las personas inteligentes tratan de evitar esto porque no se sienten avergonzadas de hacer preguntas. Así es como se vuelven inteligentes. Si te falta confianza, pero te esfuerzas por hacer que otras personas te respeten, comienza a tomarte en serio y evita considerar tus propias acciones como tontas.

Evita terminar las oraciones con “... y esas cosas”. Suena inmaduro y puede alejar al oyente de la esencia de la conversación. Si estás enumerando una lista, es mejor nombrar todos los puntos claramente. Esto te hará lucir más responsable y concentrado. Tus colegas y amigos no tienen que adivinar qué quieres decir con “cosas”.

Evita palabras parásitas como “Um”, “Mmm”, “Es como” y otras palabras de relleno en tu discurso. Lo mismo con palabras como: “Literalmente”, “Algo así como”, “Algo así”, “Ya sabes” y cosas por el estilo. El uso excesivo de estas palabras puede hacer que parezcas menos inteligente y competente. Si te salen de forma automática, intenta respirar más profundamente cuando hables y no tengas miedo de ocupar espacio con una pausa si lo necesitas.

“Eso no forma parte de mi trabajo”. Las personas que se niegan a asumir responsabilidades que van más allá de su puesto de trabajo corren el riesgo de dejar una impresión negativa. Otros pueden pensar que no estás interesado en el crecimiento personal y haces tu menor esfuerzo solo para recibir tu cheque de pago. Por supuesto que debes proteger tus derechos y evitar que nadie use tu tiempo gratis. Pero las personas inteligentes usan estos casos como una excusa para negociar un ascenso o un aumento de salario en lugar de simplemente ignorar la tarea.

Nunca menciones tu alto coeficiente intelectual como evidencia de que eres más inteligente que los demás (descargo de responsabilidad: ese nunca ha sido mi problema). Los psicólogos ya han descubierto docenas de diferentes tipos de inteligencia, que incluyen lingüística, visual, musical, rítmica, emocional y otras. La prueba de coeficiente intelectual examina solo una de ellas y determina qué tan bueno eres para resolver acertijos y problemas. No garantiza que seas más inteligente en todos los aspectos de la vida. Es por eso por lo que referirse a un test de coeficiente intelectual como evidencia de tu inteligencia excepcional puede parecer obsoleto.

Hoy en día, las tecnologías se desarrollan rápidamente y las innovaciones pasan a la historia en un abrir y cerrar de ojos. Es por eso por lo que la frase “Siempre lo he hecho de esta manera” te hace parecer un poco vago y resistente al progreso. Hace que la gente se pregunte por qué no te tomas el tiempo para mejorar tus rutinas. Si a menudo repites palabras que te hacen parecer perezoso y pasivo, es poco probable que tu jefe esté ansioso por encomendarle tareas responsables y ascensos.

Otra forma fácil de parecer tonto es usar en tu vocabulario palabras que en realidad no comprendes. Si no estás 100 % seguro del significado de la palabra o de su pronunciación correcta, búscala en Google. O al menos evita usarla. Ten cuidado con el uso de demasiadas palabras de moda y jerga profesional solo para sonar genial. Especialmente con personas que no conocen el significado de esos términos. Puede hacerte sonar como si fueras un robot que carece de empatía y cita un libro de negocios.

Está bien decir “No estoy seguro” de vez en cuando si estás hablando de ciertos hechos. Pero si estás expresando tu propia opinión y pones demasiados calificativos en cada oración, esto puede sonar confuso e incómodo. Las personas inteligentes tienen fe en que su punto de vista importa y expresan su opinión subjetiva en voz alta y clara para evitar un caos innecesario.

A veces, todos nos sentimos abrumados por misiones aparentemente imposibles. Repetir la frase “No puedo hacerlo” no te proporcionará ayuda ni apoyo, pero puede hacerte sonar tonto y perezoso. Las personas inteligentes buscan soluciones en lugar de poner excusas. Y si realmente no tienen la experiencia o las habilidades adecuadas para realizar la tarea, no dudan en pedir ayuda.

Dirigirte a tus colegas masculinos con “amigo” o “hermano” puede dejar un regusto irrespetuoso. Lo mismo ocurre con “chicas” cuando se trata de mujeres. La gente conservadora puede encontrar esto muy inapropiado e incluso ofensivo. Si trabajas para una startup muy informal y esta forma de comunicación se considera normal, asegúrate de que está bien llamar a alguien “hermano” antes de hacerlo.

Cuando dices “Lo intentaré”, parece que no tienes suficiente confianza en tu capacidad para completar la tarea. Las personas inteligentes saben que son responsables de sus propias acciones. Si afirmas en voz alta que dudas de tus capacidades, los demás dudarán de ellas aún más. Las personas que no son conocedoras de los negocios tienden a juzgar sin hacer una investigación detallada. Si eres impulsivo y grosero al juzgar a las personas, los eventos y los lugares, puedes ganarte la reputación de una persona superficial. La gente inteligente no se apresura a sacar conclusiones y se toma el tiempo para observar.

“Soy tu gran fan”: idolatrar a las personas que te rodean o a las celebridades puede hacerte sonar un poco ingenuo. Cualquier persona tiene cualidades fuertes y débiles, y la gente inteligente respeta a los demás por lo que realmente son y evita convertir a nadie en un perfecto amigo imaginario. Si imitas ciegamente a las celebridades, repites sus frases y acciones, usas los mismos cortes de pelo y atuendos, no serás considerado una persona madura. Las personas inteligentes tienen el coraje de ser ellas mismas.

También hay muchas formas no verbales de lucir menos inteligente de lo que realmente eres. Asentir constantemente con la cabeza, sentarse con la espalda encorvada o violar el código de vestimenta. Si tu empresa exige que todos los empleados usen ropa informal de negocios para eventos corporativos y tú apareces con jeans y una sudadera con capucha, la gente podría pensar que te falta conciencia y respeto.

“Vuelvo en 20 minutos”: si tienes la costumbre de dejar esas notas en tu lugar de trabajo, es posible que la gente piense que no eres muy inteligente. Un cliente que acaba de llegar a un café o una tienda y ve una puerta cerrada con esta nota no sabe cuándo te fuiste. No puede estimar cuánto tiempo debe esperar. Por eso es más inteligente indicar la hora exacta en la que planeas regresar a tu lugar de trabajo. ¿Lo tienes? Bien.

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