9 Historias de niñeras que podrían inspirar una novela de misterio

Historias
Hace 3 semanas

Las niñeras entran en el corazón de la vida cotidiana de una familia, creando vínculos profundos y asumiendo una inmensa responsabilidad. Pero a puerta cerrada, algunas se han visto atrapadas en situaciones mucho más intensas de lo que esperaban.

  • Fui niñera de una pareja adinerada. El hombre tenía un estudio en casa en el que la esposa bromeaba diciendo que “nunca se le permitía entrar”. Ahora bien, soy una persona entrometida y tenía curiosidad por saber por qué no dejaban entrar a alguien en un estudio, sobre todo porque parecía una habitación bastante normal: gran escritorio, paredes cubiertas de estanterías, libros de arquitectura por todas partes.
    Así que un día me puse a dar vueltas por allí. No encontré nada y me sentí un poco decepcionada, pero entonces tomé un libro de una de las estanterías. Tenía dinero entre las páginas: unos 500 dólares, al ojo. Tomé otro libro y encontré lo mismo. Creo que revisé como diez libros diferentes y en todos había dinero escondido.
    Aún no estoy segura de si el hombre estaba paranoico con los bancos o si estaba ocultando dinero a su esposa intencionadamente. © Unknown author / Reddit
  • Hice de niñera de un niño que tenía problemas emocionales. Una vez se escapó mientras yo estaba arriba jugando con su hermana. Se fue al parque de la manzana de abajo, se subió a un árbol y se negó a bajar porque creía que “nadie lo quería”.
    Yo era joven y no pensé en llamar a la policía ni nada parecido. Simplemente me senté al pie del árbol y, literalmente, lo convencí para que bajara. Lo persuadí de que lo quería y quería que volviera a casa. Sus hermanos también me ayudaron diciendo que también lo querían. Me dio mucho miedo. © mieds / Reddit
  • Cuando tenía veintipocos años, de vez en cuando cuidaba a un par de gemelos los fines de semana. Su madre era guapísima y siempre estaba saliendo con alguien.
    Una noche me dijo que había conocido a un chico y que iba a salir con él. Salió a las 6 y dijo que volvería sobre la medianoche. Bueno, siendo cerca de la 1 a.m., estoy pensando que tal vez esté llegando tarde. 2 a.m., 3 a.m... La llamo y la llamo y siempre salta el buzón de voz. Me despierto, son las 7 de la mañana y todavía no ha vuelto. Por fin encuentro el número de los abuelos en una agenda. Llamo a sus padres y ni siquiera parecen inmutarse. Parecen molestos, como si fuera algo habitual, pero me dicen que irán a quedarse con los gemelos y que me puedo ir. Llamo al número de emergencias de la policía y les explico lo que está pasando y que los abuelos están de camino.
    Me quedo una hora más y entonces aparece ella con una playera de hombre, tacones y riéndose. Dice bromeando: “¡Dios mío! ¡Llamar a la policía!”. Nunca me trabajé para ella de nuevo. Acabó quedándose con el hombre toda la noche y apagó el teléfono para que no la molestaran. De verdad pensó que lo dejaría pasar como si no fuera para tanto. © Kikabennet / Reddit
  • Yo era niñera de una familia que acababa de mudarse a una casa grande y vieja. Los dos niños eran muy dulces pero muy curiosos. Un día, me preguntaron por una puerta cerrada en el sótano. Me dijeron que sus padres les habían dicho que era “solo un trastero” y que no se preocuparan. Una noche, después de que los niños se durmieran, oí unos arañazos extraños en el piso de abajo. Curiosa (pero nerviosa), fui a comprobarlo. La puerta del sótano estaba ligeramente abierta. Dentro había una habitación llena de muñecos antiguos, sentados en hileras ordenadas, unos frente a otros como si estuvieran conversando. Entonces me di cuenta de que una se había vuelto hacia mí... Cerré la puerta de golpe y no volví a bajar. Un par de meses después, la familia se mudó, diciendo que la casa tenía “demasiada historia”.
    No pregunté los detalles.
  • Una vez trabajé de niñera para una familia con tres niños llenos de energía que tenían una imaginación desbordante. Su juego favorito era fingir que eran lobos: se arrastraban a cuatro patas, aullaban a la luna y se hacían llamar “manada”. Una noche, montamos una acampada en el jardín e insistieron en que me uniera. Les seguí la corriente riendo, pero entonces oí algo: aullidos lejanos. Los niños se callaron de inmediato, con los ojos fijos en el oscuro bosque que había detrás de la casa. Antes de que pudiera decir nada, una gran sombra pasó corriendo por delante de nuestra tienda de campaña. Me dio un vuelco el corazón cuando agarré a los niños y los metí dentro.
    A la mañana siguiente, salimos y encontramos huellas de patas alrededor de la tienda. Los niños estaban encantados, convencidos de que habían invocado a un “lobo real”.
    ¿Y yo? Decidí que mis días de acampada con ellos habían terminado oficialmente.
  • Estaba en el salón, viendo Cosas de hermanas, cuando de repente oigo a un hombre decir: “Hola”. Compruebo la puerta principal, miro por la ventana hacia la entrada, los padres no están en casa. Subo a ver a los niños, siguen en la cama.
    Vuelvo abajo, lo oigo otra vez, desde el comedor a oscuras, “Hola, soy Armando”. Tenían un maldito loro. © Unknown author / Reddit
  • Conseguí un trabajo muy bien pagado de niñera para dos niños, pero por la exigencia de los padres firmé un acuerdo de confidencialidad. Un día, en el parque con los niños, se me acercó una mujer preguntando sobre las rutinas de los niños. Las preguntas eran extrañamente específicas. Pero antes de que respondiera, el perro de la familia saltó sobre ella y la ahuyentó. Más tarde, ese mismo día, se me heló la sangre cuando la madre de los niños reveló llorando que uno de los dos niños no era suyo, sino hijo de un diplomático extranjero. Confesó que les habían confiado su cuidado con motivo de una amenaza contra su familia. El motivo de la intensa seguridad, la estricta confidencialidad y, ahora, el extraño encuentro en el parque, todo cobraba sentido de repente.
    Estaba aterrorizada de que alguien les hubiera seguido la pista. Afortunadamente, tras denunciar el incidente, la familia fue trasladada rápidamente a un lugar más seguro. Los niños estaban a salvo y, a pesar de la aterradora experiencia, sabía que había hecho mi parte para protegerlos.
  • Una vez, estaba de niñera y los niños tenían una habitación de juguetes al final del pasillo. No había luz en el cuarto y era de noche, así que estaba muy oscuro. Le pedí al niño de 4 años que guardara algo en la habitación y empezó a llorar histéricamente, diciendo que había una bruja en el cuarto. Así que, como ya era adulta (en realidad era adolescente en aquel momento), me fui despreocupadamente por el pasillo para guardar el juguete.
    La habitación era espeluznante. Cuando salía de allí, el niño me miró aterrorizado y empezó a gritar: “¡La bruja está detrás de ti! La bruja te va a pillar!”. Nunca había corrido tanto en mi vida. © This_Conversation943 / Reddit
  • Hace unos años, fui niñera de un dulce niño de 6 años. Su madre era madre soltera, simpática, pero siempre cansada, como si tuviera muchas cosas en la cabeza. Su casa era vieja, llena de antigüedades, pero había algo que llamaba la atención: una puerta cerrada en el desván, al final del pasillo. Un día, el niño la señaló y susurró: “Mamá dice que nunca podemos subir ahí”. No le di mucha importancia hasta que, una noche, lo estaba acostando. Oí pasos por encima de nosotros, pasos lentos y firmes. Se me revolvió el estómago. Su madre aún no había llegado y se suponía que estábamos solos.
    Tratando de mantener la calma, me dirigí hacia la puerta del desván. A medida que me acercaba, oí algo aún más espeluznante: un suave zumbido, como si alguien estuviera cantando una canción de cuna. Me tembló la mano al tocar el pomo, pero justo cuando lo toqué, una voz detrás de mí me hizo dar un respingo. “No deberías estar aquí”. Me giré y vi a la madre del niño de pie, con la cara pálida. Me agarró del brazo y me apartó de la puerta, como si le diera miedo. Nunca me explicó qué había dentro, solo dijo: “Algunas cosas es mejor dejarlas tal cual”.
    Nunca volví a preguntar. Pero incluso ahora me sigo preguntando si detrás de aquella puerta había solo un recuerdo, un secreto familiar o algo totalmente distinto.

A veces, los padres con hijos se sienten con derecho a un trato especial, asumiendo que tienen derecho a exigir cosas por el mero hecho de tener hijos. Recientemente, un usuario de Reddit compartió una experiencia en la que una familia intentó presionarle para que cediera su mesa en un restaurante. Cuando se negó, las tensiones aumentaron y desembocaron en un incómodo enfrentamiento. Lee la historia a través de este enlace.

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas