Di esto para que una pequeña charla cobre importancia de verdad

Curiosidades
hace 7 meses

Si no quieres que tu pequeña charla se convierta en un gran problema, recuerda preguntar siempre “Por qué” y no “Qué”. Una simple pregunta como “¿A qué te dedicas?” te dará una respuesta de una sola palabra. Pero si le cuestionas a la persona por qué decidió elegir el trabajo de piloto, contable o profesor, te dirá mucho más sobre sí misma. Cuando empiece a responder a la pregunta del “por qué”, podrás averiguar cuáles son sus valores en la vida, sus aficiones y sus intereses. Por ejemplo, si mencionan que decidieron ser profesores porque todos los miembros de su familia tenían ese trabajo, es obvio que sus parientes significan el mundo para ellos.

Para inspirar a tu nuevo conocido a compartir historias contigo y que no solo se limite a darte respuestas de una sola palabra, toma la iniciativa y comparte algo ligeramente personal. Los secretos acercan a la gente como la magia. Por supuesto, no tiene por qué ser algo realmente personal o embarazoso. Puedes contarles cómo descubriste un nuevo restaurante por accidente o una divertida anécdota de vacaciones. Comparte algunos detalles sobre tu último proyecto en el trabajo o lo que te inspira. Lo más probable es que tu interlocutor haga lo mismo. Si alguien saca el tema del clima o del tráfico, no lo pienses dos veces y desvía de inmediato la conversación en otra dirección. Esos asuntos cliché no te llevarán a ninguna parte.

No tengas miedo de parecer gracioso o de cometer un error, a menos que estés en un entorno laboral y no quieras que tus nuevos compañeros o tu jefe pongan en duda tu experiencia. En todos los demás casos, sé el primero en reírte de esa palabra graciosa que acabas de pronunciar o de un error tonto que has cometido. Te hará parecer más accesible y simpático. Además, la risa es irresistible, así que es muy probable que hagas sonreír a la otra persona.

Aprende a hacer preguntas no por cortesía, sino por auténtica curiosidad. Si la persona con la que estás hablando dice que le encanta ir de compras y eso es algo que no soportas, intenta pasar al tema de la comida, por ejemplo. “Ese centro comercial parece divertido, pero ¿qué hay de la zona de restaurantes? Por cierto, ¿te gusta la comida italiana?”. Es una forma fácil de hacer que la conversación sea interesante para ambos. No finjas que te interesa algo que en realidad no lo hace. Siempre es fácil darse cuenta, y entonces no parecerás digno de confianza.

Ayuda a tus interlocutores haciéndoles preguntas originales. Puedes pensar en ellas de camino a la reunión o incluso tener una lista preparada que sirva para todas las situaciones. “¿Qué superpoder te gustaría tener?”. “¿Adónde irías si alguien inventara la teletransportación?”. Estas preguntas no dejan lugar a una respuesta aburrida de una sola línea y llevan la conversación más lejos. Pide consejo a tus nuevos posibles amigos. Cada persona tiene su área de especialización y, una vez que conozcas sus intereses, podrás sacarle información muy útil. Esto hace que la gente se sienta competente y se haga a la idea de que son tus aliados. Intenta recordar todos los nombres y todos los detalles que puedas de tus interlocutores. Si alguien que acabas de conocer o que solo has visto una vez en tu vida recuerda tu nombre, te hace sentir más importante en la conversación. Así que llama a la persona por su nombre y recuerda los nombres de su empresa, su universidad, sus mejores amigos y sus mascotas. Es una de las formas más fáciles de dejar la mejor impresión en alguien.

Para llevar tu relación con alguien al siguiente nivel, prueba susurrar de vez en cuando. Es una forma de comunicación íntima que une a la gente. Para potenciar el efecto, inclínate ligeramente hacia la otra persona, como si estuvieras compartiendo un secreto, pero sin violar el espacio personal de nadie. La persona se inclinará instintivamente hacia ti para escuchar mejor. Elogia a tu nuevo conocido, pero sin que parezca un halago evidente. Menciona que te gusta su trabajo, hazle un cumplido físico platónico o halaga su energía. “Estar rodeado de gente con tu tipo de vibras siempre es divertido” es un buen punto de partida. Anima a tu interlocutor a alabarse a sí mismo. Pídele que te hable de sus logros o méritos, y luego muéstrate sorprendido: “¡Guau! ¿De verdad lo hiciste tú solo? ¿Cómo lo lograste?”. La persona no tendrá más remedio que elogiarse un poco a sí misma. Como resultado, ambos se sentirán bien y relajados. También puedes intentar hacer un cumplido a alguien en tercera persona. Di que tu amigo común ha destacado su excelente sentido del estilo. Destaca algo que tu interlocutor haya conseguido trabajando duro. Siempre es lo más gratificante.

Levanta las cejas cuando te encuentres con otras personas. Esto les hará saber que eres amigable con ellas. El cerebro humano reconoce esta señal incluso a distancia y la percibe como un signo de una persona agradable en la comunicación. Eso sí, no mantengas un contacto visual prolongado cuando juegues con las cejas o las frunzas. Eso es un poco molesto. ¿Quizá la persona con la que intentas mantener una conversación no se siente cómoda a tu lado? ¡Fíjate en sus pies! Si apuntan hacia otro lado, tu interlocutor está soñando, consciente o inconscientemente, con irse cuanto antes. Lo mismo ocurre si intenta distanciarse de ti de cualquier forma posible, aunque sea dando un paso atrás.

Si cruzan los brazos sobre el pecho o las piernas, o tal vez todo al mismo tiempo, es posible que se sientan incómodos o a la defensiva, ya que no comparten la misma opinión que tú. Es posible que simplemente estén acostumbrados a sentarse así. Pero si te preocupa, nunca está de más volver a comprobar si el otro se siente cómodo con la conversación. ¿La persona con la que intentas hablar se balancea de lado a lado? A no ser que le guste mucho la música de la habitación, es otra señal de que no está a gusto en tu presencia. La forma más fácil de hacer que se relaje es decirle que no te molestarás si se va. Si realmente tiene que estar en otro sitio o no soporta tu compañía, lo más probable es que se disculpe y se vaya. Si no es el caso, sabrás que sí le agradas y eso ayudará a que la conversación sea más fluida.

Ahora que sabes que la persona está realmente interesada en esta conversación contigo, asegúrate de no ser tú quien envíe mensajes negativos. Estar con los tobillos cruzados demuestra que no crees del todo en las cosas que estás diciendo. Si tienes las manos en los bolsillos, es señal de que estás nervioso o intentando ocultar algo, lo que no es un buen comienzo de conversación. Lo mismo ocurre si te tapas la boca. Parece que esa mano te está ayudando a ocultar algún secreto o a tapar tus mentiras. Sonreír, o evidentemente forzar la sonrisa, es un intento demasiado obvio de hacer que los demás se sientan cómodos, pero sin estarlo tú. Lo mismo ocurre con el reflejo: probablemente sepas que inconscientemente copias el comportamiento de alguien que te gusta, ¡pero no vayas demasiado lejos! Siempre se nota cuando copias deliberadamente cada movimiento y gesto de otra persona para caerle bien.

Si tienes la costumbre de sentarte en la mesa y hablar con una persona con la mano extendida hacia ella, esta podría verlo como una señal de que quieres que deje de hablar. Si tienes miedo a cualquier situación social y eso te impide conocer gente nueva, prueba algunas técnicas que te ayudarán a sentirte cómodo en público. Piensa en el peor de los casos. Si dices una tontería o te olvidas de algo, ¿alguien se reirá de ti o se irá en ese mismo instante? Lo más probable es que la gente ni siquiera se dé cuenta de tu error. Mientras repasas tu posible fracaso en tu cabeza, parece mucho más dramático que la realidad. Intenta señalar las cosas que más te asustan y encuentra una solución para cada una de ellas antes de abrir la puerta a la posibilidad de charlar. Si temes no saber cómo empezar, un simple “Hola” bastará. Si crees que no hay nada de qué hablar, haz una lista de temas que te apasionen. Al menos uno de ellos debería ayudarte.

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