14 Cosas que ya es hora de dejar de considerar un signo de mala educación

Todos hemos escuchado el consejo: “Evita las pantallas antes de dormir”. Aunque, a veces después de un día agotador, lo único que queremos es relajarnos un rato con el celular, quizás viendo una serie o scrolleando por las redes sociales, para luego, supuestamente, dormir con la mente en blanco. Sin embargo, esta costumbre, aparentemente tan sencilla, puede ser un verdadero enemigo.
Aunque parezca que estar en la cama con el teléfono nos relaja, en realidad esa provoca todo lo contrario. Estudios demuestran que usar el celular antes de acostarse se traduce en un sueño de peor calidad y menos horas de descanso. De hecho, cada hora extra de pantalla aumenta el riesgo de insomnio en un 59% y nos roba 24 minutos de sueño.
La razón es la famosa luz azul que emiten nuestros dispositivos. Ya que, estar en contacto con esta de noche, disminuye la producción de melatonina, la hormona encargada de promover el sueño. Y el problema no se limita a sentirte cansado al despertar. La falta de sueño es un efecto dominó que impacta seriamente. Por ejemplo, deteriorando la salud mental, la mala regulación de emociones y hasta generando problemas de memoria y rendimiento.
Sin embargo, las redes sociales podrían tener un impacto aún más grande. Ya no es solo la luz de la pantalla la que nos mantiene despiertos. No hay duda de que las redes sociales han transformado nuestro mundo, y para muchos, ya son una necesidad. Cuando llega la hora de dormir, el cerebro empieza a prepararse para desconectar. Si en ese momento revisamos las redes sociales, es como si le diéramos café. Le estamos enviando una estimulación infinita
Además, cuando las luces se apagan y buscamos un momento de paz antes de dormir, las redes sociales pueden parecer un refugio tentador. Sin embargo, usarlas excesivamente en ese momento puede abrir la puerta a dos poderosos saboteadores del bienestar y del sueño: el FOMO y la implacable comparación social.
Por un lado, nos enfrentamos al “Miedo a Perderse Algo” o FOMO (Fear of Missing Out). Al deslizar el dedo por feeds llenos de vidas aparentemente perfectas y emocionantes, es casi inevitable sentir que la propia se queda corta. Justo cuando tu mente debería estar desacelerando, empieza a rumiar: “¿Por qué no estoy viajando?”, “¿por qué mi vida no es tan emocionante?”.
Esta sensación no es solo una idea, es un fenómeno real. Investigaciones han demostrado que el FOMO está directamente relacionado con un mayor uso de las redes sociales y niveles más altos de ansiedad y problemas de sueño, ya que genera una necesidad compulsiva de estar conectado y una constante evaluación de nuestra vida frente a la de los demás.
Por otro lado, caemos en la trampa de la comparación social. Las redes sociales son, en esencia, un escaparate de versiones pulidas e idealizadas. Vemos los logros, las apariencias cuidadosamente seleccionadas y los momentos álgidos de otros, y sin querer, los usamos como vara para medir nuestra propia valía.
Esta tendencia a compararnos con los demás en línea está fuertemente asociada con una menor autoestima y mayores pensamientos negativos. Cuando esto sucede justo antes de dormir, se crea un cóctel perfecto para el insomnio: la mente se llena de sentimientos de insuficiencia y preocupación, haciendo casi imposible alcanzar ese estado de calma necesario para un sueño reparador.
Sin dudas, al tomar las riendas de cómo y cuándo usamos las redes sociales, no solo estamos eligiendo un mejor descanso, sino que estamos abriendo la puerta a noches más reparadoras y días más tranquilos. ¡Nuestros cuerpos y mentes lo van a agradecer!
¿Crees que las redes sociales te están afectando a ti o los demás? ¿Cómo crees que sería la vida si no fueran parte esencial de todos los días?