El increíble antes y después de una mujer que pasó una década ahorrando para su cirugía de nariz

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hace 3 horas

Desde que era niña, Devyn Aiken sentía que su nariz era lo primero que la gente notaba de ella, y no precisamente de una manera que la hiciera sentir bien. Durante años soñó con cambiarla, imaginando cómo sería su vida si su reflejo en el espejo fuera distinto.

Ahora, a sus 30 años, ese sueño se ha hecho realidad. Después de más de una década ahorrando 11,000 dólares para someterse a una rinoplastia, Devyn finalmente logró la transformación que tanto anhelaba. Sin embargo, lo que no esperaba era el profundo impacto que este cambio tendría en su vida, mucho más allá de su apariencia.

Siempre me sentí mal con mi nariz, pero no con mi apariencia

A pesar de lo que muchos puedan pensar, Devyn nunca se consideró una persona poco atractiva antes de su cirugía en noviembre pasado, un hecho que a menudo genera confusión entre sus 61 500 seguidores en TikTok. Su decisión de operarse no fue un intento por mejorar su autoestima o sentirse más valiosa.

"Siempre pensé que era una chica bonita. Nunca me sentí fea," comparte en una entrevista, apenas nueve semanas después de su cirugía. "Cualquiera que me conociera diría que era una persona muy segura de mí misma. Simplemente, sentía que tenía una nariz enorme y la odiaba."

Para ella, la cirugía no se trataba de buscar validación ni de hacer un cambio drástico en su apariencia, sino de solucionar algo que la incomodaba desde hacía años. Su historia demuestra que la confianza no siempre radica en aceptar todo tal como es, sino en tomar decisiones que nos hagan sentir mejor con nosotros mismos.

La mujer está segura de que su operación de nariz fue la "mejor decisión de su vida"

Desde su rinoplastia, Devyn ha convertido su cuenta de TikTok en un espacio para hablar sobre cirugía estética, compartiendo actualizaciones sobre su recuperación y comparaciones del antes y después. Sin planearlo, se ha convertido en una referencia para quienes están interesados en procedimientos cosméticos.

Sus publicaciones reciben una mezcla de reacciones: apoyo de seguidores, preguntas de personas que consideran someterse a una rinoplastia y, por supuesto, críticas de quienes desaprueban su elección. Pero ella tiene claro su propósito: ser transparente.

"Lo documenté desde el primer día. Publiqué un video cuando aún estaba en la cama recuperándome," recuerda, sorprendida por la viralidad de su contenido. "Pensé: 'Tal vez esto pueda ayudar a otras personas'. Quise mostrar todo el proceso."

Lo que comenzó como una decisión personal terminó convirtiéndose en una plataforma donde educa, tranquiliza e inspira a quienes consideran una cirugía estética.

No me avergüenzo de mi cambio, lo celebro

Devyn no teme compartir su transformación. Con frecuencia publica fotos de sus primeros 30 años de vida, mostrando cómo era antes de que el cirujano plástico y otorrinolaringólogo Dr. Mark Ginsburg remodelara su nariz a finales del año pasado. Incluso antes de su salto a la viralidad, su nariz preoperatoria aparecía en los videos de su día a día que compartía con su audiencia más pequeña.

"No borré ninguno de mis videos ni fotos. Esta soy yo, me operé la nariz y no voy a eliminar mi pasado," afirma. "Me encanta publicar el antes y después porque la diferencia es impactante."

Para Aiken, quien trabaja como asistente legal en Filadelfia, no hay razón para ocultar o sentir vergüenza por su decisión. Fue algo que deseó durante casi tres décadas. Ahora, no solo abraza su nueva imagen con orgullo, sino que comparte su experiencia con confianza y transparencia, enviando un mensaje claro de autoaceptación, sin importar cómo luzca eso para cada persona.

Devyn está más que agradecida por esta oportunidad en su vida

A medida que fue creciendo y dejando atrás los comentarios crueles de la secundaria, Devyn Aiken se volvió cada vez más consciente de la atención que su nariz atraía en cualquier entorno. Ya fuera por miradas sutiles mientras compraba o por susurros que no estaba destinada a escuchar, no podía sacudirse la sensación de que su rasgo más prominente era siempre lo primero que la gente notaba.

"La primera vez que recuerdo haber querido operarme la nariz tenía 14 años. Le pregunté a mi mamá: '¿Puedo hacerme una rinoplastia?'", cuenta. Pero a esa edad, la mayoría de los médicos se negaban a operar, ya que su rostro aún estaba en desarrollo.

Cuando cumplió 18 años, Aiken decidió tomar las riendas de la situación. Programó su primera consulta por su cuenta, con la esperanza de hacer realidad el cambio con el que había soñado durante años. Sin embargo, se encontró con un gran obstáculo: no podía pagarlo. "Tenía un tabique desviado, pero nada que requiriera cirugía. Era puramente estético. El seguro no lo cubría. Esto era simplemente vanidad."

Decidida a alcanzar su objetivo, pasó los siguientes años ahorrando cada dólar posible hasta reunir los 11,000 dólares necesarios para la cirugía. Pero la espera no fue en vano. Durante ese tiempo, investigó a fondo el procedimiento, estudió diferentes técnicas y perfeccionó su idea de lo que realmente quería. Cuando finalmente entró al quirófano, no solo estaba preparada financieramente, sino que tenía plena confianza en su decisión.

Su gran sueño se hizo realidad, con un extra inesperado

"Me siento increíblemente feliz cada vez que me miro en el espejo," confiesa en su entrevista. "Es un cambio de vida total... Ahora puedo salir de compras en paz. Puedo salir sin preocuparme por si alguien hace un comentario. Siento un enorme alivio."

Como era de esperarse, sus videos sobre cirugía estética han atraído tanto apoyo como críticas. Las redes sociales están llenas de comentarios negativos en cualquier tipo de publicación, y en su caso no ha sido la excepción. Sin embargo, con el tiempo, ha aprendido a ser menos susceptible a este tipo de ataques.

"Me ponía un poco nerviosa al exponerme tanto, porque recibo comentarios desagradables todos los días. Cada vez que entro a mis redes sociales hay un comentario asqueroso," admite la influencer de TikTok. "La gente tiene una idea equivocada sobre la cirugía plástica. Creen que te conviertes en una muñeca sin personalidad, que te transformas en otra persona. Pero no es así. Solo estoy mejorando y potenciando lo que ya soy."

Por otro lado, no todas las experiencias con procedimientos estéticos tienen un final feliz. Un caso opuesto es el de una mujer que tuvo la valentía de compartir su desgarradora historia con rellenos faciales mal aplicados. Tras someterse a procedimientos con un supuesto médico, su rostro quedó completamente desfigurado, llegando a compararse con una gárgola. A pesar del impacto emocional que esto le causó, Andrea decidió contar su experiencia para advertir a otros sobre los peligros de acudir a profesionales sin experiencia.

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