14 Personas compartieron historias de sus vidas que podrían convertirse en guiones de películas de terror

Durante más de 2000 años, el paradero de Cleopatra ha sido uno de los mayores misterios de la arqueología. Mientras muchos buscaban bajo las aguas de Alejandría, una abogada dominicana sin formación arqueológica siguió una corazonada: ¿Y si la última reina de Egipto no está donde todos creen? Esta es la historia de Kathleen Martínez, la mujer que dejó su exitosa carrera legal para embarcarse en una obsesión que podría reescribir la historia.
Kathleen Martínez no era arqueóloga. Era una brillante abogada penalista en República Dominicana cuando, en 2002, decidió viajar a Egipto con una teoría revolucionaria: Cleopatra no estaba enterrada en Alejandría, sino en Taposiris Magna, un templo dedicado a Isis.
Con solo un mapa de Strabo y su intuición, convenció al célebre arqueólogo Zahi Hawass para excavar.
Martínez siempre defendió que Cleopatra fue una estadista genial, no la femme fatale que retrató Roma. Su búsqueda no era solo arqueológica, sino de justicia histórica:
Kathleen Martínez dice que la idea que tenemos de Cleopatra es errónea, pues lo que sabemos de ella viene de los romanos, quienes la consideraban una rival.
Se dice que Cleopatra dijo alguna vez que ningún hombre hallará su tumba, pues Kathleen Martínez, una mujer latinoamericana, parece estar cerca de conseguirlo. En 2020, con ayuda del Dr. Robert Ballard (descubridor del Titanic), la búsqueda de Kathleen Martínez dio un vuelco y podríamos estar cerca de descubrir la tumba de Cleopatra.
Estructuras sumergidas cerca del templo Taposiris Magna podrían ser parte de un complejo mayor. Pues hallaron bloques de piedra de 50 toneladas, posibles restos de una ciudad hundida por terremotos y 16 momias con lenguas de oro (símbolo de diálogo con Osiris).
En 2021, el equipo de Martínez descubrió 14 momias en Taposiris Magna con un detalle inquietante: todas tenían lenguas de oro. En la mitología egipcia, esto permitía al difunto hablar con Osiris en el más allá. ¿Eran sacerdotes de Cleopatra? ¿Guardianes de su tumba? El hallazgo refuerza la teoría de que el templo era un centro de culto clave.
Martínez no excava solo con pico y pala. Su equipo usa, especialmente, un radar de penetración terrestre para mapear túneles a 20 metros de profundidad. Además, usa otra serie de tecnologías para su búsqueda que no sería posible sin estas.
A diferencia de otros arqueólogos, Martínez rechazó financiamiento de universidades estadounidenses. Ella insiste en que quiere que este hallazgo lleve la bandera de la República Dominicana. Su meta es inspirar a latinoamericanos en la egiptología.
La búsqueda de Kathleen Martínez es más que arqueología: es un desafío a cómo recordamos a las mujeres poderosas de la historia. Mientras espera permiso para excavar nuevas cámaras en Taposiris Magna, una pregunta queda en el aire: ¿Estamos ante el umbral de reescribir la historia de Cleopatra o su tumba seguirá evadiéndonos por otros 2000 años?
¿Qué aspecto del trabajo de Kathleen Martínez te parece más inspirador?