Elsa Aguirre, de crecer en la extrema pobreza a brillar en el cine de oro mexicano

Historias
hace 1 año

En medio de la oscuridad, un rayo de sol puede asomar en cualquier momento. Eso sucedió con la icónica diva del cine de oro mexicano, Elsa Aguirre. A pesar de los obstáculos, ella encontró su camino y supo aprovechar las oportunidades que se le presentaron para alcanzar el éxito.

¿Cuál es la situación más compleja a la que te enfrentaste y a la que te pudiste sobreponer? ¿Cómo logras hacerles frente a los problemas con los que te encuentras?

1930 fue el año en que Elsa Aguirre llegó al mundo en la ciudad de Chihuahua. Al formar parte de una familia humilde y con cuatro hermanos, fueron muchas las dificultades con las que tuvieron que lidiar y muchas las carencias con las que tuvieron que convivir.

“Nos toca vivir eso, en la máxima pobreza. Mi mamá, siendo hija de un aristócrata de mucho dinero, se casó con mi padre, hijo de una mujer de pueblo”, contó la actriz.

Cuando era aún una niña, su familia decidió trasladarse a la ciudad de México, más concretamente al pueblo de Mixcoac. Pero las dificultades que tuvo que pasar esta estrella del cine de oro mexicano no quedaron ahí. A los 13 años contrajo la fiebre de malta, una enfermedad que suele darse por el contacto con determinados animales y que, en aquella época, podía llegar a tener consecuencias fatales.

Elsa afirmó: “Yo a los 13 años tuve la fiebre de malta, que es como la fiebre amarilla; en aquel entonces no había antibióticos o algo así, nada, y aparte, no lo hubieran podido comprar, ¿cómo salí adelante? Dios no quiso que yo muriera, y entonces me levanté con la fiebre...”.

A los 15 años, la vida de Elsa dio un vuelco cuando una de sus tías les sugirió a ella y a sus hermanas, Alma Rosa e Hilda, que se presentaran a un certamen de belleza. Al principio, la joven tenía sus dudas sobre su capacidad para competir, pero finalmente decidió arriesgarse y resultó ganadora.

Ese certamen cambió su vida: “No tenía todavía ni el cuerpo, tenía 15 años, pero de todos modos fui al concurso de belleza. Nos dieron un contrato de exclusividad a las tres hermanas y le pagaron a mi mamá 300 pesos al mes, era un dineral”.

A Elsa se le abrieron las puertas del mundo de la actuación con un papel en la que fue su primera película, El sexo fuerte. Sin embargo, la joven estaba atemorizada por tener que actuar y ponerse frente a las cámaras. “Yo no me quería enfrentar a las cámaras, me daba pavor. No me quería enfrentar a la vida, mi carácter era tímido, era introvertida, callada, más bien”.

La mamá de Elsa acompañó a su hija en su primer rodaje, pero la filmación de la segunda película resultó más complicada, ya que no querían permitirle la entrada. A pesar de las necesidades económicas y del impacto que un contrato de esa magnitud podría tener en sus vidas, la madre tomó una decisión valiente: rompió el contrato y se llevó a sus hijas a casa.
Como recordó Elsa, su madre tenía un carácter fuerte y no dudó en decirle al productor: “No me importa, tengo que estar con mis hijas”.

Por suerte, no estaba todo dicho. El destino aún tenía previsto un cambio en el guion para la joven Elsa y es que el director, Julio Bracho, fue a buscarla a su casa y la invitó a formar parte de una de sus películas. Logró convencer a la mamá de la actriz y la convirtió en la protagonista de su próxima cinta.

Elsa llegó a ser una de las grandes divas del cine de oro mexicano. Protagonizó muchas películas y compartió cartel con estrellas de la talla de Pedro Infante y Cantinflas.

Después de superar sus temores, de sobreponerse a la enfermedad y de darle un vuelco a su vida, Elsa Aguirre sigue siendo hoy en día, a sus 92 años, una de las grandes divas del cine y un referente. Se trata de una mujer que, gracias a su valentía y su tenacidad, ha logrado escribir su propio nombre en la historia.

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