Encontré tampones en nuestro baño, no eran míos, entonces hice una revelación sobre mi esposo
Una mujer de 35 años estaba felizmente casada y no tenía ningún motivo para sospechar que su esposo pudiera serle infiel. Pero entonces empezó a notar que había tampones en su cuarto de baño, que obviamente no le pertenecían a ella. Para colmo, periódicamente aparecían manchas de sangre en el suelo del cuarto de baño. Cuando la mujer se enfrentó a su esposo, este le dijo que no tenía ni idea de lo que estaba pasando en su casa. Pero la persistente mujer llegó hasta el final y descubrió la verdad que se ocultaba tras las extrañas cosas que ocurrían en su familia.
Una mujer nos escribió para compartir su curiosa historia real
Una mujer llamada Patricia escribió una carta a nuestra editorial y compartió una historia que ocurrió una vez en su familia. El hallazgo de la mujer podría haberle costado una vida familiar feliz, porque en su casa ocurrían cosas realmente extrañas.
Patricia abría su carta diciendo: "Mi esposo Jorge y yo llevamos más de 10 años felizmente casados. Siempre hemos estado en la misma onda y no teníamos secretos el uno para el otro. Jorge es un hombre de familia, me quiere y no tenía ninguna duda de que siempre me había sido fiel. Hasta que un día nos mudamos a nuestro apartamento hace 9 meses".
La mujer explicó: "Un día, tuve que hacer un largo y agotador viaje de negocios a otro estado. Estuve fuera 8 días, y durante todo ese tiempo Jorge y yo hablamos mucho por teléfono y nos enviamos mensajes de texto. Estaba casi segura de que me echaba de menos, igual que yo.
Cuando volví a casa, lo primero que hice fue darme una ducha, porque fuera hacía calor y sudaba a mares. Así que fui al baño nada más llegar a casa del aeropuerto. Abrí uno de los cajones del cuarto de baño y vi 4 tampones tirados justo encima de mis cosas personales. No eran míos. Me quedé estupefacta".
La mujer no jugó a las adivinanzas y se enfrentó a su esposo
Patricia dijo: “La única persona que podía explicarme el origen de estos tampones era Jorge. Así que corrí hacia él, con los tampones en la mano, e insistí en que me dijera de dónde venían. Pero él se negó en redondo, abrió mucho los ojos y dijo algo así como: ’¿Por qué se supone que un hombre tiene que saber algo de los tampones que están hechos para mujeres? Creía que eran tuyos’”.
Patricia se quedó muy sorprendida, pero al no recibir ninguna explicación clara de su marido, decidió no hacer de este incidente un gran problema. Además, estaba cansada después del viaje, así que lo dejó pasar.
Pero entonces empezaron a ocurrir cosas aún más raras en su casa. Patricia escribió: “Hace unos meses, empecé a notar pequeñas gotas de sangre que salpicaban el suelo de nuestro cuarto de baño y alrededor del inodoro. Por supuesto, me acordé al instante de los tampones que encontraba de vez en cuando en el cuarto de baño. Volví a enfrentarme a Jorge, esta vez por las manchas de sangre, y me volvió a decir que no tenía ni idea de su origen”.
Patricia decidió hacer su propia investigación sobre las cosas extrañas que ocurrían en su familia
Patricia escribió: “Un día, encontré 2 tampones más en nuestra casa. Esta vez estaban colocados en el cajón de mi esposo, cerca de nuestra cama, donde suele guardar sus lentes, sus libros de bolsillo y otras cosas suyas. Esto fue el colmo, lo llamé y le enseñé de nuevo los tampones, y empezó a divagar, luego me dijo que tenía unas hemorragias nasales terribles y que utilizaba estos tampones para detener la hemorragia. No me creí ni una palabra de lo que decía, porque sabía que tenía una alergia que le provocaba una rinitis alérgica grave, pero en toda nuestra vida juntos no había tenido ni una sola hemorragia nasal antes”.
La mujer escribió: “Decidí instalar una cámara en el interior de nuestro cuarto de baño y también en nuestro dormitorio. Por supuesto, no se lo dije a Jorge, e incluso fingí creer lo que decía sobre sus hemorragias nasales. Luego me fui a otro ‘viaje de negocios’, cuando en realidad me quedaba tres días en casa de mis padres. Quería que estuviera relajado con todo y que se entregara”.
La inesperada verdad se reveló rápidamente
Patricia escribió: “Volví de mi ’viaje de negocios’ y esperé a que Jorge se fuera de casa para ver las grabaciones de las cámaras. Cuando empecé a verlas, al principio no había nada delictivo, excepto él comiendo en la cama, cosa que odio totalmente que haga. Pero entonces, vi cómo Jorge se aplicaba un spray nasal y luego se sonaba la nariz. Entonces se enfadó visiblemente, supongo que murmuró algo así como: ‘¡Oh, no, otra vez!’ y agarró un tampón de su cajón, luego lo utilizó para detener la hemorragia nasal que obviamente tenía después de sonarse la nariz”.
Así pues, Jorge decía la verdad cuando explicaba a su esposa que le sangraba la nariz. Pero Patricia estaba preocupada por la conspiración que Jorge había creado sobre todo el asunto. Así que esperó a que volviera a casa y le hizo las preguntas sin rodeos.
Paris escribió: “Resultó que Jorge compró un spray nasal para aliviar su alergia. Antes solía tomar pastillas para este fin, pero esta vez decidió probar ’algo nuevo’. No leyó las instrucciones que venían con el spray y lo utilizaba al azar, en cantidades profusas. Esto le provocaba hemorragias nasales. No quiso decirme que tenía un problema con este spray, porque no quería que yo empezara a sermonearle por lo que hace habitualmente y que me irrita durante toda nuestra vida juntos.
Jorge nunca lee las instrucciones de nada de lo que compra, simplemente lo usa todo según su propia intuición, y eso le ha llevado a que le ocurrieran muchas cosas incómodas antes. Esta vez hizo lo que suele hacer, tiró las instrucciones a la papelera y utilizó el spray sin leerlas. Me enfadé y me sentí aliviada al mismo tiempo. Dicho esto, a partir de ese día, compruebo dos veces los medicamentos de Jorge y la forma en que los toma”.