“Entendí que para alcanzar el éxito hay que trabajar duro”, cómo Mark Wahlberg dejó su pasado tras las rejas para convertirse en una estrella

Seguramente recuerdas a Mark Wahlberg en películas como Guerra de papás o Transformers, o quizá por su impresionante físico bien trabajado. Pero pocos saben que este actor taquillero transitó por momentos que le enseñaron que la fama, el éxito y la fortuna se consiguen con esfuerzo y empeño.

Es por eso, que en Genial.guru queremos contarte un poco sobre la vida y la trayectoria de esta estrella de Hollywood, quien logró llegar a la cima a fuerza de pulso. Creemos que su historia puede inspirarte a nunca bajar los brazos.

De niño indiciplinado a actor taquillero

Mark Robert Michael Wahlberg, nació en Boston hace cinco décadas. Es el más joven de nueve hermanos. Durante su adolescencia no fue un chico fácil de llevar. De hecho, su rebeldía lo llevó a tener problemas con la policía y a pasar 45 días en una correccional. Al salir de allí, se dio cuenta de que debía darle un giro a su vida: “Entendí que la única forma en la que lograría el éxito sería trabajando duro y haciendo lo correcto”, confesó en una entrevista.

En los 90, uno de sus hermanos formó parte de la exitosa banda pop New Kids on the Block y quizá eso fue lo que impulsó a Mark a hacerse conocido en el medio. Claro que su primera opción no fue Hollywood, sino la música rap. Mark comenzó su carrera como rapero liderando el grupo Marky Mark & the Funky Bunch, con la cual cosechó algunos hits.

Casi al mismo tiempo, su envidiable y llamativo físico lo llevó a trabajar como modelo publicitario para una famosa marca de ropa interior. Ya en 1992, se encontraba en la lista de las 50 personas más bellas del mundo, según una encuesta de la revista People.

Dos años después, hizo su debut en el cine de la mano de Danny DeVito, en la película Renaissance Man. Luego, filmó The Basketball Diaries junto a Leo DiCaprio y saltó a la fama tras protagonizar la polémica Boogie Nights: juegos de placer en 1997, dejando a los críticos pasmados con su capacidad de interpretación.

A partir de allí, Mark Wahlberg no dejó de actuar, haciendo una, dos o más películas por año, además de participaciones en televisión o como productor. Se puede decir que ha interpretado de todo: fue policía, pescador, albañil, bombero, perforador de petróleo, militar y boxeador. Todos personajes sencillos, con los que los espectadores fácilmente pueden identificarse.

La disciplina y saber adaptarse es la clave de su éxito

Su talento y esfuerzo lo ha llevado a ser uno de los actores mejor pagados de Hollywood: “Siempre estoy listo para trabajar diez veces, cien veces más que el resto de profesionales del rodaje, y siempre estoy listo para proponer ideas o para hacer exactamente lo que el director me indique que haga”, asegura Mark.

Su extensa trayectoria cuenta con varios éxitos de taquilla. Pero, ahora, el actor prefiere centrarse en personajes que lleguen al corazón del público: “Siento que está comenzando un nuevo capítulo para mí en el que puedo ayudar a las personas. Definitivamente, quiero centrarme en hacer más”, comenta. Y está comprometido a hacerlo, aunque estos papeles impliquen que Wahlberg tenga que modificar toda su apariencia, pues para el filme “El milagro del padre Stu”, subió varios kilos de peso para el papel.

Detrás de la fama se esconde un padre de familia

Aún así, su vida privada no es muy diferente a la de otros hombres. Se casó con la modelo Rhea Durham en 2009, con la que tuvo cuatro hijos, dos niñas y dos niños. A pesar de su apretada agenda, Mark está muy presente en la vida de sus familia.

Esto puede lograrlo gracias a una disciplinada rutina, pues como él dice: “Hay tiempo más que suficiente en un día”. Así es como aprovecha el tiempo levantándose muy temprano en la mañana para hacer ejercicio, llevar a los niños a la escuela y volver a casa a cenar sin falta cada noche.

Antes que una celebridad, es un padre de familia que ha sabido dejar atrás su costado rebelde para convertirse en una hombre generoso y caritativo. De hecho, participa activamente en una organización benéfica que ayuda a los jóvenes sin recursos.

Mark es un claro ejemplo de que las acciones del pasado no definen a las personas. “Creo que el haber sido capaz de darle la vuelta a mi vida, conseguir que mi madre esté orgullosa y convertirme en una persona mejor hace que me sienta honrado cada vez que vuelvo a casa”, explica. Y lo aplaudimos por ello.

En tu caso, ¿qué cosas del pasado dejaste atrás para superarte? ¿Cómo lo lograste?