Esta es la razón por la que no es bueno respirar por la boca
Algunas personas tosen automáticamente cuando se ponen algo en uno o ambos oídos. Es porque tienen el llamado reflejo de tos de oído del nervio de Arnold. Es superraro. Tus pies y antebrazos tienen aproximadamente la misma longitud. ¿No te suena real? Mide tu brazo desde el pliegue del codo hasta la muñeca y compáralo con tu pie o zapato. Sip, ¡es lo mismo! La respiración no consiste solo en mover el aire dentro y fuera. Se trata de la forma en que lo haces, porque puede afectar literalmente a la forma de tu cara. Si respiras por la nariz, con el tiempo conseguirás unos pómulos bien definidos. También hará que tu cara sea más ancha porque tu lengua ejercerá fuerza contra tu mandíbula. Si respiras por la boca, tu lengua no tendrá un lugar donde descansar. Cambiará tu estructura facial con el paso del tiempo. Tu cara puede ser más estrecha y tus pómulos no serán tan visibles.
Además, si respiras por la boca, probablemente tenderás a inclinar más la cabeza hacia atrás. De esta manera, aumentas el contenido craneal en la parte posterior de tu cerebro y cambias directamente toda tu postura, junto con la forma de tu cuello y cara. El mayor flujo sanguíneo de tu cuerpo no se encuentra en tu cerebro, hígado o corazón. De hecho, ¡está en tus riñones! Tu cuerpo los utiliza como sistema de filtración natural, así que son los que más sangre necesitan. La sangre humana es roja, pero otros animales la tienen de diferentes colores. Las arañas, los pulpos, los calamares y los crustáceos poseen sangre azul. Las sanguijuelas y algunas especies de gusanos la tienen verde. Algunos tipos de gusanos marinos poseen incluso sangre morada. En cuanto a los insectos, como las mariposas y los escarabajos, la suya es de color amarillo pálido o incolora.
El color cambia debido al tipo de pigmento respiratorio que transfiere el oxígeno a través de la sangre. En el caso de los humanos de sangre roja, ese pigmento es una proteína llamada hemoglobina. Nuestra sangre contiene átomos de metales como el zinc, el hierro y el cobre. Incluso hay pequeñas trazas de oro que corren por nuestras venas. Sí, ¡alrededor del 0,02 % de la sangre humana es oro puro! Cuando ocurre algo embarazoso, la mayoría de nosotros nos sonrojamos. Esto ocurre porque la sangre se precipita a la cara. Pero, al mismo tiempo, también va al revestimiento del estómago. Así que, cuando tu rostro se sonroja, debes saber que tu barriga hace lo mismo. Los humanos no tienen dientes tan grandes como los de un tiburón tigre, ni tantos. Pero las investigaciones dicen que, aunque los tiburones tienen dientes recubiertos de un esmalte muy duro, no son más fuertes que los nuestros.
Tenemos proteínas que pegan nuestros dientes para evitar que todo el diente se rompa. No los perdemos, a diferencia de los tiburones. Sus dientes no están unidos a las encías por una raíz como los nuestros, así que pierden aproximadamente uno cada semana. Los estudios demostraron que, si te sientas junto a una ventana, puede ayudarte a trabajar mejor. La luz natural procedente del exterior reduce la fatiga ocular y, en general, facilita la concentración en el trabajo. Pero no puedes absorber la vitamina D del sol a través de la ventana. ¡Así que sal a dar un paseo durante un descanso para abastecerte de ella! Los seres humanos, en promedio, tienen entre 2000 y 4000 papilas gustativas. Estos pequeños órganos sensoriales que nos permiten saborear las cosas no se encuentran únicamente en la lengua. También están repartidos por la parte posterior de la garganta, el esófago y la nariz. Así es, ¡la nariz también saborea! El sentido del olfato es muy importante a la hora de probar algo.
Somos el único tipo de simios “sin pelo” que existe. Nuestra piel es el órgano más grande y de más rápido crecimiento, fuerte pero flexible. Es una barrera impermeable pero transpirable que nos mantiene a salvo del mundo exterior. Nuestra piel se regenera sola. Ayuda a regular la temperatura corporal y reduce la pérdida de agua. Esto nos ayudó a evolucionar hasta convertirnos en lo que somos hoy: nuestra piel desarrolló la melanina, un pigmento natural que bloquea la dañina radiación UV. Unas glándulas sudoríparas especiales ayudaron a nuestros antepasados a regular su temperatura mientras caminaban largas distancias en condiciones desagradables. Tu cuerpo tiene entre 2 y 5 millones de glándulas sudoríparas. Cuanto más activo seas, más sudor producirán. Tu cuerpo tiene un mecanismo para reconocer que es el momento de refrescarse para poder seguir con el entrenamiento.
Además, el sudor normal y el que produce tu cuerpo a causa del estrés son dos cosas diferentes compuestas por elementos distintos. A diferencia del sudor por estrés, el normal no está compuesto por ácidos grasos. ¡Tu cerebro lo puede clasificar muy bien! Hablando del cerebro, es el órgano que utiliza más de una cuarta parte de la cantidad total de oxígeno que necesita tu cuerpo. Y casi el 60 % de tu cerebro es grasa. A medida que pasa el tiempo, tu cerebro tiene más dificultades tratando los recuerdos a largo plazo. No es capaz de filtrar y eliminar completamente los recuerdos antiguos. Así que es más difícil para el cerebro absorber nuevas ideas. Por eso tiene que esforzarse más para producir recuerdos a medida que envejeces. ¿Te has preguntado alguna vez por qué tienes uñas de los pies? Estas están hechas de queratina. Es una proteína que se encuentra en el pelo, las garras, las pezuñas y el cabello. A diferencia de las garras, nuestras uñas son planas y anchas. Protegen las puntas de los dedos de los pies y de las manos de las lesiones.
Además, gracias a las uñas, tenemos un soporte rígido que nos ayuda a agarrar y separar diferentes objetos. Sería difícil despegar una calcomanía del reverso o tomar una pieza de rompecabezas sin las uñas. Los simios y monos también utilizan sus pies para tareas delicadas similares. Los científicos creen que los primates desarrollaron las uñas para agarrar con fuerza las ramas, quitarse las garrapatas y hacer otras cosas parecidas. Hay unos 1000 tipos diferentes de bacterias en nuestra piel. Esta sirve como una importante barrera que impide que las bacterias entren en el interior. Al mantenerlas en la superficie, la capa externa de la piel se renueva constantemente. Todo este proceso dura aproximadamente 28 días. ¿Cuántos sentidos tienes? El oído, el tacto, la vista, el olfato y el gusto: la respuesta es 5, ¿o no? Estos sentidos te dan información sobre el mundo exterior, por eso los llamamos “exteroceptivos”.
Pero tu cuerpo tiene más que eso. Tiene el sentido del equilibrio, del espacio y de la temperatura. También tiene receptores de lo que ocurre en su interior. Por ejemplo, la expansión de los pulmones, el latido del corazón, el gorgoteo del estómago y muchas otras cosas de las que no eres consciente. Las llamamos funciones “interoceptivas”. Tu cuerpo utiliza algunos de los receptores para más de un sentido. Las retinas son portales para las ondas de luz. Sin ellas no podrías ver. Pero algunas células de la retina también informan al cerebro de si es de día o de noche, lo que constituye la base de los ritmos circadianos, que a su vez afectan al ciclo del sueño y al metabolismo.
Tu cerebro es fascinante. Crea sentidos para los que ni siquiera tienes receptores. El sabor es un buen ejemplo. Tu cerebro lo procesa a partir de la información que saborea y huele, además de considerar la humedad, hecha a partir de la temperatura y el tacto. Tu cerebro construye todo lo que pruebas, hueles, ves, oyes y sientes y utiliza algo más que los datos que envían tus receptores. El cuerpo humano brilla en la oscuridad, es decir, somos ligeramente bioluminiscentes. Pero esa luz es 1000 veces más débil de lo que pueden ver nuestros ojos. Sin embargo, otros animales detectarán fácilmente nuestra débil luz. Tus ojos son bastante sensibles. Si estuvieras en un lugar plano, podrías ver la luz de una sola vela a 48 km de distancia. Casi nunca tienes la oportunidad de comprobar la sensibilidad de tus ojos debido a toda la luz que te rodea constantemente.
Las células humanas son solo el 43 % del total de células de tu cuerpo, y el resto son colonos microscópicos. Eso significa que estás formado principalmente por bacterias y hongos. Así que, básicamente, eres la mezcla del ADN de los microbios del intestino y tu propio ADN. ¡Tu cerebro no solo descansa tranquilamente cuando duermes! A veces es incluso más activo que cuando estás despierto. Cuando duermes, tu sistema nervioso es menos reactivo a las cosas de tu entorno. La actividad de las ondas cerebrales también cambia. Es una etapa realmente importante para muchas de sus funciones. Las neuronas, que son células nerviosas, nunca dejan de comunicarse entre sí. Por eso tu cerebro es una de las partes más activas de tu cuerpo cuando duermes. Procesa los recuerdos, elabora un mapa, junta la información antigua y la nueva y hace muchas otras cosas.