Existe una persona igual a ti en algún lugar de la Tierra, según la ciencia
“¡Vamos! Solo un poco más rápido...”, piensas, sentado en el asiento trasero de un taxi. El conductor lleva casi media hora intentando encontrar una salida a este embotellamiento. Llegarás tarde a tu vuelo, estás poniéndote nervioso. Finalmente, el taxi llega al aeropuerto. Oyes el anuncio: ¡ya están embarcando! Te abres paso hasta el inicio de la fila, molestas a varias personas y corres por el aeropuerto como si fuera el final de una película cursi.
Estás sudando y respirando con dificultad, pero lo lograste. Eres el último del avión y... Qué raro... hay alguien en tu asiento. Será una confusión. Le dices amablemente que se equivocó, la persona voltea y te mira. Esperen. El sujeto parece sorprendido, pero tú también... ¡estás mirando tu propia cara! Es tu doble, un doppelgänger, pero... ¿cómo? Esta es una historia real que vivieron 2 personas en un aeropuerto estadounidense. Y no es la única vez que ha ocurrido. Personas de todo el mundo conocen a sus doppelgängers.
Imagina que conoces a tu copia. Es muy posible, pero no es como encontrar a tu gemelo perdido o algo así. Lo primero que debes saber es que un doppelgänger no es tu copia exacta. Lo más probable es que sea alguien que se parece bastante a ti. Cuando conoces a alguien por primera vez, tu cerebro ve detalles superficiales de la cara de esa nueva persona. No te fijas en la longitud de su boca, la distancia entre sus orejas o la simetría de su rostro; te concentras en los ojos, la boca, las cejas, la nariz, el cabello... pero no demasiado. Tu cerebro mezcla todos esos rasgos faciales y obtiene una imagen superficial en un abrir y cerrar de ojos. Si comparas a la gente de esa manera, no es tan difícil encontrar a dos personas similares.
Imagina a un hombre de ojos marrones, cara redonda, nariz ovalada y cabello corto y oscuro. Hay más de 7000 millones de personas en el mundo, y más de la mitad tienen ojos marrones. De ellas, un gran número tiene la nariz ovalada. Y después, el peinado. No hay tantas variantes: la mayoría de los hombres de ojos marrones tienen cabello corto y oscuro. Bien, ¿qué hay de la cara redonda? Supuestamente, no hay tantos genes responsables de la forma de una cara, así que haz las cuentas. Habrá muchísimas personas con estos rasgos básicos.
Espera, ya hice las cuentas por ti: tus chances de conocer a tu doppelgänger son cerca de una entre 100 000. Pero eso quiere decir que podrías tener unos 70 000 dobles. Parece mucho, pero ¿no les dices siempre a tus amigos que se parecen a algún famoso? En todo el mundo hay cientos de miles de personas que se parecen a una estrella de cine o un músico. Las matemáticas ganan. Bien, ese es el nivel básico. Pero si miramos con más detalle, las posibilidades de conocer a tu doppelgänger son mucho menores. Existen aplicaciones y páginas que pueden encontrar personas que se parezcan mucho a ti. Estos programas analizan los rostros de millones de usuarios que dejan sus fotos por todas las redes sociales. Lo más probable es que la inteligencia artificial encuentre a alguien parecido a ti, con los mismos rasgos básicos. Pero, ¿qué pasaría si encontraras un doppelgänger idéntico a ti?
Te registras en una de esas páginas de “encuentra a mi clon” y subes una foto de tu cara,sin filtros ni efectos. En unos minutos, el sitio te encuentra un doble. Vive en otra ciudad, pero en el mismo país. Lo contactas y lo invitas a tu departamento. Unos días después, tu doppelgänger llega. Es una sensación extraña para los dos... como si se vieran en el espejo. Hablas con él y descubres que les gustan cosas completamente distintas. Sus acentos y voces son diferentes, tienen gustos distintos en películas y música... Cuanto más aprendes sobre él, más te das cuenta de que no se parece en nada a ti.
Ahora llegó el momento de vivir la mejor de las fantasías: ser reemplazado por un doble, tomar distancia y ver qué pasa. Quieres saber cuánto tiempo puede fingir que eres tú antes de que los demás se den cuenta de que algo no anda bien. Para que parezca realista, el doppelgänger practica tu voz y tu acento. Después, aprende a caminar y a moverse como tú. Vas a la tienda y le compras ropa, el tipo de ropa que tú llevarías. Van a la peluquería y piden el mismo corte de cabello. El barbero no te cree cuando dices que no son hermanos. Ahora son completamente idénticos. Ha llegado el momento. Tú te quedas en casa y tu clon sale a la ciudad con una cámara oculta. ¡Esto va a ser increíble!
Tu doppelgänger entra en tu cafetería favorita y pide un capuchino grande. La camarera te conoce desde hace mucho tiempo y parece contenta de verte... Bueno, de verlo a él... Lo que sea. Sonríe y le da a tu casi gemelo el café y el cambio. Puede verte de pie frente a ella, pero su subconsciente le dice que algo anda mal. No sabe qué exactamente, y eso la asusta un poco. Después del café, el doppelgänger se encuentra con tus amigos. Ya le has hablado de tu círculo social, así que está preparado. Al principio, todo transcurre como siempre, pero, después de unos minutos, tu doble comienza a relajarse.
Tus amigos son geniales ¡y él está pasando un gran momento! Es entonces cuando las sospechas aparecen. No, no creen que no seas... tú. Dicen que has cambiado... para mejor. Qué incómodo. Tu doppelgänger es divertido, tiene sentido del humor... Esto se está poniendo raro. Tu doble regresa a casa... es decir, a tu casa. Le insinúas amablemente que tal vez sea hora de dejar la ciudad. Gracias, gracias, gracias, adiós, adiós, adiós. Le pides un taxi hacia el aeropuerto. Después, comes una hamburguesa en un sitio barato de comida rápida. Cuando llegas a casa, te das cuenta de que la hamburguesa no era muy buena y pasas la mayor parte de la noche encorvado en el baño. Al día siguiente, no puedes ni salir de la cama. Recibes una notificación: una amiga te ha etiquetado en una foto.
Intentas conectarte para decirle que se equivocó. Estás enfermo en la cama, no saliste a tomar un café. Pero... ¿por qué no puedes acceder a tu perfil? Alguien debe haber ingresado con tu usuario y cambiado la contraseña. Llamas a tus amigos para advertirles que no te hablen. No a ti, sino a tu doble. Suena ridículo, tus amigos creen que estás bromeando. Te arrastras fuera de la cama y te reúnes con ellos para contarles todo sobre la página y el doppelgänger. Debería haber abandonado la ciudad, pero por alguna razón se quedó... ¡quiere robar tu vida! Les adviertes que se alejen de él. Tu mejor amiga te mira raro. “Oye, ya nos contaste todo esto hace una hora”. “¡No fui yo! ¡Fue él!”.
Te miran como si estuvieras loco. ¡Uno de tus amigos incluso te pide que le muestres tu identificación! No la tienes encima... ¡¿por qué ahora?! Corres de regreso a casa, pero cuando llegas a la puerta principal, te llevas otra desagradable sorpresa: tus llaves no funcionan. ¡El doppelgänger entró a tu casa y cambió las cerraduras! ¿Cuál es su problema? Llamas, golpeas, gritas, pateas... Al cabo de un rato, llega la policía. Te alegras de verlos y les cuentas todo. De pronto, la puerta se abre, y tu doppelgänger agradece a los oficiales por haber venido tan rápido... Llamó a la policía por ti... por él... Ni tú lo entiendes. Te pide que lo dejes en paz y dice que esta es su casa. Le muestra a la policía tu identificación, con tu dirección. No hay nada que puedas hacer.
Hora de investigar. Tomas tu teléfono y abres la página donde encontraste a tu clon... ¡Tal vez haya información sobre este sujeto que te pueda servir! Encuentras su perfil, pero solo hay información sobre... tu vida, no la suya. Tu número de teléfono, tu correo electrónico, tu biografía, tu cumpleaños, tus fotos... Abres tu perfil y ves... nada. Está vacío. A esta altura, ni siquiera tú puedes entiendes quién es quién. ¿Qué tal si tú, el verdadero tú, estás sentado en tu departamento ahora mismo? “¿Acaso yo soy el doppelgänger?”.