Es muy personal la forma en que cada uno elige pasar su día de cumpleaños. Hay quienes prefieren hacer una gran fiesta, y del otro lado están los que se inclinan por algo sencillo, salir a comer con amigos o simplemente pasarlo en familia. Pero también existen afortunados a quienes sus seres queridos les arman una fiesta sorpresa. Ahora, ¿qué ocurre cuando uno de los invitados a esa fiesta es la persona con la que menos queríamos cruzarnos en nuestra vida? Esto le ha pasado al protagonista de esta historia, aquí te la contamos en primera persona.
Acabo de tener lo que se suponía que sería un cumpleaños genial. Mi novia me preparó una fiesta sorpresa. Era la primera vez que organizaba algo así, y me conmovió de verdad... al principio. Alquiló un espacio acogedor para eventos, invitó a amigos, compañeros de trabajo, a mi madre y a mi hermana; le puso mucho empeño. La verdad es que cuando entré y todos gritaron “¡SORPRESA!”, me emocioné un poco. Hasta que lo vi...
Mi papá. El hombre que abandonó a mi familia cuando yo tenía 15 años después de engañar a mi mamá con su mejor amiga. Perdimos nuestra casa, mi mamá cayó en una depresión profunda y básicamente yo me convertí en un tercer padre para mi hermana menor. No he hablado con él desde el día en que se fue. A lo largo de los años intentó contactarme un par de veces, pero ignoré todos sus intentos.
Así que imaginen mi sorpresa al verlo ahí, sosteniendo una bolsa de regalo y sonriendo como si fuera Santa Claus. Me quedé congelado. Me dijo: “Feliz cumpleaños, hijo. Te he extrañado”. Y trató de abrazarme. Retrocedí y simplemente lo miré. Luego vi alrededor del salón y noté que algunas personas me observaban de cerca, como si estuvieran esperando algo. Sin decir una palabra, subí a mi auto y me fui.
Mi novia sabía todo sobre mi papá. Yo le había contado en detalle, en múltiples ocasiones, cuánto daño nos había causado. Y aun así, ella coordinó con él a mis espaldas durante semanas. Incluso convenció a mi mamá y a mi hermana de no decirme nada, alegando que quería “sanar a la familia”.
Lo que realmente duele es que también se lo contó a algunos de mis amigos. Les dijo que creía que “ya era hora de que superara” todo y que “esto sería un momento de cierre”. Así que sí, no fue solo una sorpresa, también fue una emboscada.
Ahora ella me acusa de haber arruinado la fiesta, de humillarla y de ser inmaduro. Insiste en que trataba de hacer algo hermoso y significativo. Algunos de sus amigos incluso me mandaron mensajes diciéndome que debería “estar agradecido” de que alguien se preocupara tanto.
Pero mi mamá y mi hermana están furiosas. Mi hermana se fue de la fiesta justo después que yo. Mi mamá dijo que se sintió manipulada, pero que se quedó para no hacer una escena.
Desde entonces apenas he hablado con mi novia. Ella cree que estoy siendo cruel. Yo creo que fui traicionado. La “sanación” de mi vínculo no es algo que se pueda forzar, y definitivamente no en una habitación llena de personas sosteniendo sus teléfonos, esperando a ver si el momento padre-hijo pródigo se vuelve viral.
Ojalá ella hubiera hablado conmigo primero. O al menos hubiera respetado mis límites. Ahora estoy aquí sentado, preguntándome si siquiera entiende por lo que he pasado. ¿Qué piensan ustedes? ¿Estoy exagerando?
Quizá tuvo la mejor intención, pero no le correspondía forzar el encuentro sabiendo que aún no estás listo para tener ese acercamiento con tu padre, quizá con más diálogo y comprensión, quizá pueda llegar a algo con tu padre, pero no abruptamente ignorando tus sentimientos
¿Qué opinas tú? ¿Estás de acuerdo con los comentarios o crees que es la novia quien merece una disculpa? ¡Cuéntanos! Te leemos 🧐
