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Consumir mariscos puede parecer inofensivo, pero en algunos casos puede acarrear riesgos de salud inesperados. Una mujer lo descubrió de la peor manera tras comer cangrejos de río, desarrollando una grave enfermedad causada por un parásito poco conocido llamado gusano pulmonar de la rata. ¿Qué fue exactamente lo que ocurrió y cómo algo tan pequeño pudo provocar un problema tan grande? Vamos a verlo más de cerca.
Según un informe publicado en el Journal of the American Medical Association, una mujer de 60 años llegó al hospital tras experimentar fiebre persistente durante tres días, alcanzando una temperatura de 38 °C. Al ser admitida, ya no podía comunicarse con normalidad. Antes de este episodio, gozaba de buena salud.
Aunque presentaba tono muscular, reflejos y movilidad en las extremidades normales, los médicos detectaron una rigidez importante en el cuello. Una resonancia magnética inicial mostró múltiples lesiones en la sustancia blanca del cerebro, lo que llevó a un diagnóstico preliminar de meningitis purulenta.
Dos semanas después, una nueva resonancia magnética, esta vez con contraste, reveló un aumento considerable en el daño de la sustancia blanca. Además, un análisis de sangre mostró niveles elevados de eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco que suele indicar la presencia de una infección parasitaria.
Al conversar con la familia de la paciente, los médicos descubrieron que la mujer había comido una gran cantidad de cangrejos de río la noche anterior al inicio de la fiebre. Este dato resultó clave para concluir que su enfermedad era causada por una infección de gusano pulmonar de la rata, la principal causa de meningitis eosinofílica. Este parásito suele transmitirse cuando las personas consumen larvas en su tercera etapa presentes en hospedadores intermedios poco cocidos, como los cangrejos de río.
Una vez confirmado el diagnóstico, los médicos iniciaron el tratamiento con albendazol, un medicamento antiparasitario específico para infecciones por lombrices.
En menos de dos semanas tras ajustar el tratamiento, la paciente mostró una notable mejoría y pudo recuperar su capacidad de comunicarse y desenvolverse normalmente.