14 Personas comprobaron de primera mano que los niños son un reflejo de sus padres

La familia es uno de los factores más importantes en nuestra identidad. Crecemos y aprendemos junto a nuestros parientes, y la forma en que ellos viven deja huella en nuestra vida. Tanto que, cuando formamos una relación de pareja o construimos un matrimonio, esos lazos familiares también pueden interferir. Y a veces, no de la mejor manera, tal y como le pasó al protagonista de la historia que te traemos hoy.
“Ayer, mis primos llegaron a mi casa, con sus amigos, y sin avisar. Mis 3 primos y sus 7 amigos dijeron que todos debíamos pasar el 1 de abril juntos, por lo que cocinamos juntos y nos divertimos como nunca”.
“Debí esperar que le harían una broma a mi esposa por el día de los inocentes, y mientras estaba tomando algo con los otros chicos, mi esposa apareció frente a mí, me agarró y me preguntó que si la estaba engañando, lo cual me tomó por sorpresa. Le dije que no la estaba engañando, y que nunca la engañaría. Ella me pidió mi celular y se encerró en nuestro cuarto. Pasó casi media hora revisándolo y cuando salió dijo que se las pagaría si se enteraba de que la estaba engañando, y que no tendría piedad conmigo”.
“Resulta que las mujeres le hicieron una broma y le dijeron que yo la estaba engañando. Mi mujer es muy religiosa y casarme con ella ya fue todo un logro. Todos mis primos y sus amigos le explicaron que había sido una broma y que no la estaba engañando. Pero mi esposa estaba molesta y les dijo que se marcharan de la casa y que ya no quería escuchar sus explicaciones.
Después de que todos se fueran, mi esposa me dijo que si yo la engañaba se aseguraría de que me arrepintiera de hacerlo, que no se casó conmigo solo para que yo me metiera con otra mujer. Yo le dije que nunca la engañaría y que le estaban haciendo una broma”.
“Pero mis primos ahora me dicen que no debí dejar que ella los echara de la casa, y que, en cambio, debí explicarle a ella que solo había sido una broma. Les dije que había sido una broma de mal gusto y que no sabía qué esperaban como resultado. Les dije que ya no tenían permitido estar en mi casa, al menos por un tiempo. Ellos dijeron que ambos estábamos locos y que yo era el esclavo de mi esposa.
En serio no sé qué esperaban que pasara, ¿que mi esposa se riera? ¿Quién hace bromas de ese tipo? Creo que hay bromas inofensivas, y esta fue estúpida”.
Ya sea porque hubo una discusión con tu pareja o porque te diste cuenta de que necesitas poner límites con tus familiares, las consecuencias de un evento así siempre son reales. Para que estés preparado en caso de una situación parecida, acá te dejamos unos consejos para tener en cuenta.
Como lo vemos, aun cuando una broma pueda no tener malas intenciones, las consecuencias pueden ser muy reales. Claro está que ninguna relación está exenta de retos, en especial un matrimonio, pero esto tampoco significa que debamos soportar que las acciones de un familiar pongan en riesgo nuestras relaciones.
Los lazos de sangre, aunque sean significativos, no deberían ser una excusa para vulnerar la intimidad que tenemos con nuestra pareja. En ocasiones, debemos reconocer que toca tomar decisiones difíciles por el bien, no solo de nuestra pareja, sino también de nuestra paz mental. Al final, el amor que elegimos también merece respeto y protección.
Y tú, ¿has vivido una situación donde algún familiar influyó en una de tus relaciones? Cuéntanos en comentarios cómo lo manejaste.